El derecho al agua y el "sueño de la playa propia" - Piedra OnLine

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martes, 11 de agosto de 2015

El derecho al agua y el "sueño de la playa propia"

En Villa La Angostura casi no quedan costas de acceso público para las personas. La mayor parte está virtualmente privatizada, con restricciones más laxas o severas.

Por MARIANA M. FERNÁNDEZ marianafernandez@rionegro.com.ar


Hasta mediados del siglo pasado, el valor de la tierra en La Angostura se medía por la cantidad de árboles y la posibilidad de extracción de madera.

Con el crecimiento turístico y el boom inmobiliario, las tierras ubicadas en la costa de lago pasaron a cotizar en alza y hoy se ubican en el segmento más caro del mercado inmobiliario. No sólo por su vista y ubicación privilegiada, sino porque son pocas.

Hoy gran parte de las tierras linderas al lago Nahuel Huapi y algunos ríos –a excepción del Piedritas que atraviesa un barrio popular– están en manos de personas de alto poder adquisitivo.

La realidad es que dentro del ejido urbano, los accesos públicos a las costas son escasos. En la península de Puerto Manzano, por ejemplo, existen cuatro accesos y playas públicas y es una de las zonas más turísticas y visitadas. Hay antecedentes de vecinos costeros que alambraron la playa para evitar el paso de la gente, pero por presión de la comunidad debieron sacarlo.

Más cerca del pueblo, con acceso libre están las áreas del puerto. Después la playa se retoma recién cerca del Correntoso. Por el momento, si el nivel del lago lo permite, en varios sectores se puede ir caminando por la costa, pero no en toda su extensión. De hecho por la falta de accesos públicos, algunas playas sólo se pueden visitar por agua.

El caso CumelénA unos tres kilómetros del pueblo, entre Puerto Manzano y Las Balsas, se encuentra el caso paradigmático de Cumelén, que pese a tratarse de un barrio como cualquier otro, con calles públicas, por usos y costumbres –y un precario acuerdo con el municipio– desde hace años el único acceso desde el "exterior" es por la Ruta 40 y hay que pasar por una garita y seguridad privada.

Cumelén tiene cuatro kilómetros de costa y playa a las cuales no pueden acceder libremente ni los residentes que no viven en el barrio ni los turistas por vía terrestre. De manera oficial, la garita sólo se ocupa de hacer un "control" y, en teoría, el ingreso sería libre. Pero en la práctica no es así. Si uno quiere pasar a visitar la playa, tiene que pedir autorización al administrador y dar nombre y apellido. En el mejor de los casos, le permitirán la entrada.

"Sólo pueden entrar socios o invitados", afirman en el ingreso.

En territorio de Parques

Según la normativa que regula el uso y construcción en Parques Nacionales, los propietarios de tierras dentro del Parque deben dejar un retiro mínimo de al menos 35 metros desde la línea de crecida.

La realidad es que no son muchos los propietarios costeros que lo cumplen en la zona norte del Parque Nacional Nahuel Huapi, al margen de las mansiones en brazo Machete y las poblaciones del perilago.

Hay antecedentes dentro del Parque Nacional de lo que se podría llamar el "sueño de la playa propia". Es el caso del Lago Espejo Resort.

Un grupo de empresarios de Buenos Aires compró años atrás la hostería a orillas del lago Espejo y consiguió la concesión de Parques para explotar el balneario. Intentaron restringir el acceso izquierdo a la playa, un lugar frecuentado principalmente por los vecinos de la villa. Históricamente el lugar tenía acceso vehicular y, con la autorización de Parques, lograron anularlo y dejaron un incómodo sendero peatonal hasta la playa. También se quiso poner una tranquera y establecer un horario, pero la presión de la comunidad logró evitarlo.

Hoy, pese a las dificultades, sigue siendo el lugar elegido por los vecinos para pasar el día.

Piden reglamentar la ley

"La parte negativa de la reforma del Código es que se redujo el camino de sirga en 20 metros, pero al leer los otros artículos hay cosas positivas, como que aclara que puede ser exigido el espacio para uso recreativo, algo que antes no estaba tan definido", asegura Rubén Martin, vicepresidente de la Asociación de Pesca con mosca de Neuquén.

Apunta que antes había una "necesidad real de acceso al agua, pero no existía que tuvieras la necesidad de usar el lugar para caminar o pasar el día. Esta especificado, puede exigir el uso público de la ribera". Sin embargo, advierte que para instrumentar el uso, se deben sancionar leyes especiales y plantea la necesidad de una ley de uso de riberas o costa de lago.

Asegura que "al dominio público lo condiciona a que los ríos sean navegables, es muy ambiguo. Por ejemplo, el reglamento de pesca para Neuquén dice que la mayoría de los ríos no son navegables salvo seis o siete. Eso se va a tener que rever".

El problema de fondo, advierte, no es la extensión de la franja de retiro, sino la falta de acceso a los espejos de agua, ya sea porque se declaran que son ríos no navegables así como por la ausencia de servidumbres de paso.

"La visión es compleja. Si vos no me dejás entrar al río, que tenga una franja de 15, 20 o 100 es lo mismo. Lo importante es cómo entramos, que se defina la navegabilidad de los ríos como corresponde. Y si no se puede navegar, dame las servidumbre de paso, dame la posibilidad de llegar", explica.

"Los acceso de servidumbre de pasos no se cumple. Podes tener la mejor ley o la peor pero si no la aplican no sirve. Depende del propietario del campo y lo que negocie", agrega.

Finalmente, apunta que "lo que le han quitado al camino de sirga, es para poder ampliar los terrenos, un dueño de un campo que tiene 70 km de costa de río, por 20 metros, es mucho más tierra".

Cómo afectaría la pesca

"No estoy de acuerdo con el cambio del Código. Al único que beneficia es al propietario", señala Hugo "Colo" Dezurko, guía de pesca con mosca local. "Antes, en el Traful tenías la excusa el Código Civil para decir por qué podías quedarte ahí. Ahora, con las crecidas, te obligan a estar en el campo privado o en el límite y la opción es meterte a dos metros de profundidad", explica.

"Lo mismo va a pasar con el Limay y otros lugares. ¿Qué pasaría en el Correntoso si al propietario se le ocurre cerrar? Nos están privando de un lugar público que usamos todos", agrega.

Dezurko señala que en general la gente no está informada sobre el nuevo Código y las implicancias, y por lo tanto "nadie ve la inmensidad del problema. Va a saltar algún problema y ahí va a haber lío. Va a estar compli-cado".

El mercado inmobiliario

En las inmobiliarias locales la preocupación por los cambios del Código Civil tiene que ver más con la reglamentación de los PH que con la reducción a 15 metros del camino de sirga. Dos productores inmobiliarios consultados coincidieron que no creen que la ampliación sobre la costa tenga un impacto importante en el mercado.

"No sé si esos 15 metros que quedan van a valorizar la propiedad, no creo que vayan a cambiar los valores, ya los terrenos con costa de lago son caros y en Villa La Angostura casi no hay ninguno en venta. No hay lotes chicos o son muy grandes", detallaron en una de las inmobiliarias.

El valor de un lote en costa de lago ronda los 200 y 300 dólares el metro cuadrado.