Petra Laszlo no pide perdón por las patadas a refugiados - Piedra OnLine

Información del Mundo

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Petra Laszlo no pide perdón por las patadas a refugiados

La reportera que le puso la zancadilla a un hombre y su hijo ha reconocido los hechos y podría enfrentarse a una pena de cárcel de entre 1 y 7 años.
Petra László, esa desalmada reportera que se dedicó a dar patadas y poner la zancadilla a refugiados sirios sin ningún tipo de reparo, ha reconocido los hechos y no ha querido explicar lo sucedido ni pedir perdón.

Además: Desalmada reportera húngara se lía a patadas con los refugiados

La reportera de la cadena húngara N1 puso la zancadilla a un hombre que corría con su hijo en brazos en su huida de un control policial en Röszke, tras pasar allí la noche en condiciones precarias. En otras imágenes se la ve pateando a varios refugiados, incluida una niña.

El canal privado húngaro N1 ha despedido a la periodista y ha asegurado que ésta "reconoció su acción, aunque no pudo dar explicaciones" sobre su comportamiento. Según el portal informativo "hvg", la reportera ha desconectado su teléfono móvil y es imposible dar con ella.

En la red social Facebook se ha abierto la página "Muro de la vergüenza Petra László", que cuenta ya con más de 15.000 "me gusta". En ella se recogen las notas publicadas sobre el caso en el mundo, desde Estados Unidos hasta España y los países árabes, en las que los usuarios critican el comportamiento de la reportera.

Además: España acogerá 14.900 refugiados

Algunas opiniones tachan el caso en húngaro, inglés, árabe y portugués, entre otros idiomas, como una vergüenza y afirman que la periodista representa lo peor de la humanidad.

La formación de izquierda Coalición Democrática, del ex primer ministro socialdemócrata Ferenc Gyurcsány, y el partido Együtt-PM han anunciado que denunciarán a la reportera por agredir a los refugiados.

El Comité Helsinki por los derechos humanos ha señalado que, como la reportera pateó a varias personas, podría enfrentarse a una pena de cárcel de entre 1 y 7 años, ya que los hechos están agravados porque la violencia está dirigida contra miembros de un colectivo.