Un compañerito del jardín le clavó un lápiz y perdió un ojo - Piedra OnLine

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sábado, 17 de octubre de 2015

Un compañerito del jardín le clavó un lápiz y perdió un ojo

El nene fue operado tres veces pero no le pudieron salvar la visión.

Neuquén.- La víctima y el atacante tienen apenas cinco años. El 10 de agosto, cuando pintaban juntos en la salita del Jardín 28, uno de los chiquitos le clavó el lápiz en el ojo a Benjamín, su compañero, ante la mirada atónita de la maestra y la preceptora. El nene perdió la visión del lado derecho y la familia anunció que irá a la Justicia porque venían advirtiendo que algo así podía pasar y no los escucharon.

Sabrina Lencina, la mamá de Benjamín, denunció que era común que el mismo chico agrediera a sus compañeros. Dijo que se presentaron quejas por "golpes en el estómago y empujones con muchos nenes" y que pidió una maestra integradora, pero no le hicieron caso.

"Es una criatura que tenía problemas en la casa, había sido trasladado de otro colegio. Pero no quiero hablar del nene porque es otra víctima de la violencia de los adultos; esto se podría haber evitado", remarcó.

El día de la tragedia había 9 alumnos en la sala del Jardín 28, ubicado en el barrio Provincias Unidas. Eran las 11 y estaban pintando. De repente, porque no hubo un juego o pelea previa, el nene señalado como problemático le perforó el ojo derecho con el lápiz a su compañerito.

Las maestras llamaron a la ambulancia y a la mamá. "Me dicen que mi hijo tuvo un accidente y que fuera urgente, llego y le estaban poniendo un hielo en el ojo, que sangraba", contó Sabrina.La ambulancia tardó 40 minutos, aparentemente porque se perdió, ya que el colegio está en una calle cortada. El nene llegó al Castro Rendón, donde le dieron morfina por el intenso dolor y lo operaron de urgencia. En un primer momento, los médicos pensaron que recuperaría la vista.

La mamá de la víctima dice que el agresor es un chiquito problemático, que pidió ayuda antes y que no la escucharon. Para el CPE, fue un accidente.

Lo derivaron a Buenos Aires, donde le iban a poner un lente detrás del cristalino. Fue entonces, el 2 de septiembre, cuando Sabrina se enteró de que la herida era más profunda de lo que creían. "Al operar, se dan cuenta de que estaba todo roto, así que filtraron todo y hubo que esperar para la tercera operación, que fue el 6 de octubre", relató.

En la última cirugía, quedaba la esperanza de "perforar una membrana que se había formado para que pudiera tener visión en el futuro", en palabras de la mamá.

"Ahí salió el médico con lágrimas diciéndome que no podían salvarle la vista; mi reacción fue de desesperación, un dolor en el alma", recordó conmovida.

En medio del sufrimiento, el seguro que contrata el Consejo Provincial de Educación le pidió firmar la renuncia de derechos a cambio de 20 mil pesos. Por consejo de un abogado, se negó y planea presentar una demanda judicial contra el colegio.

En tanto, la maestra de la sala dejó de ir al jardín y también se fue la directora, que era suplente. Benjamín, ajeno a todo, sigue sus clases con una seño domiciliaria, extraña a sus compañeritos y todavía no sabe que no le podrán curar el ojo dañado.

Niegan que el agresor sea un alumno con problemas

Mónica Bellido, directora de Nivel Inicial del Consejo Provincial de Educación (CPE), remarcó que lo que pasó en el Jardín 28 "fue un accidente" y negó que hubiera un alumno agresivo al que no se atendió a tiempo. Contó que se hizo una investigación administrativa: "Vimos que la institución se manejó bien, según el protocolo". Agregó que, al momento de la agresión, había dos personas trabajando en la sala, la maestra y la preceptora, y eran pocos chicos, "pero la acción fue tan abrupta que ni siquiera el chiquito pudo poner la mano o correrse".

Explicó que encontraron "varias actas de la maestra por problemas con varios nenes, incluso el que se lastimó", y que no hay registros "de una cuestión grave con un niño que sobresalga". Detalló que sí averiguaron que la víctima y el agresor estaban "en un subgrupo de cinco nenes con diferentes niveles de conflicto, donde no había una visión terrible sobre el comportamiento de uno en particular".

Afirmó que un equipo interdisciplinario trabajó en el jardín, al que aún concurre el nene que agredió al compañero, "y seguimos acompañando a la familia en los espacios que nos dan, a las dos familias".
Sobre el posible juicio contra el colegio, indicó: "Los padres están en libertad de accionar y nos haremos cargo. El docente no está abandonado a su suerte".

Subrayó que "se trató de un accidente muy lamentable, pero nada indicaba que algo grave iba a pasar esa mañana", y añadió: "Pese a eso, me queda la pregunta dando vueltas de por qué, si lo que se hizo estuvo bien, se llegó a esta consecuencia irreversible".