MPN: Poco para festejar - Piedra OnLine

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domingo, 15 de noviembre de 2015

MPN: Poco para festejar

Salarios, inversiĆ³n regalĆ­as y deuda pĆŗblica, entre las partidas que mayores distorsiones muestran. El gasto en personal en el 2015 serĆ” de algo mĆ”s de 18.000 millones. Para el prĆ³ximo aƱo se prevĆ© un aumento sobre esta partida de sĆ³lo el 5%. RegalĆ­as, a la espera de una devaluaciĆ³n.
Por RedacciĆ³n Central

SegĆŗn el diccionario, un mayordomo es el "sirviente principal de una casa o hacienda, encargado de la organizaciĆ³n del servicio y de la administraciĆ³n de los gastos".

Cuando la tarea que los funcionarios tienen entre manos es administrar los fondos del Estado, la responsabilidad que les cabe no es otra que la mayordomĆ­a sobre los bienes de la casa o hacienda a la que sirven. Esa "hacienda" es ni mĆ”s ni menos que la "cosa pĆŗblica" o los recursos que pertenecen al "seƱor" de esa cosa pĆŗblica: "el pueblo".

SerĆ­a de esperar que un buen administrador hiciera uso eficiente de los recursos, incrementara las prestaciones o beneficios de los propietarios e hiciera crecer la riqueza de un perĆ­odo a otro.

En este sentido, el presupuesto es una herramienta fundamental de todo administrador. Es una previsiĆ³n respecto de los recursos y gastos que una empresa, una familia o un Estado tendrĆ”n en un futuro cercano. Establece ademĆ”s un plan de acciĆ³n que direcciona las partidas de fondos aplicadas a cada uno de los fines y permite controlar los posibles desvĆ­os a medida que transcurre el tiempo.

Como todo plan, el presupuesto puede cumplirse al pie de la letra o sufrir modificaciones sobre la marcha, si la realidad resulta ser diferente al plan de ruta trazado antes de comenzar el perĆ­odo en cuestiĆ³n. Se supone que los planes se trazan con la firme intenciĆ³n de ser cumplidos, mientras que los desvĆ­os son producto de las circunstancias imprevistas. De aquĆ­ el nombre de "ley de leyes" que suele otorgarse a la ley de presupuesto de cada aƱo.
Cuesta entender la razĆ³n por la cual los distintos niveles de gestiĆ³n pĆŗblica (municipal, provincial, nacional) suelen trazar planes que desde el vamos son invĆ”lidos basados en los datos que muestra la situaciĆ³n econĆ³mica actual y la experiencia reciente.

Un claro ejemplo de lo antedicho es el presupuesto de la Provincia de NeuquĆ©n, presentado a fines de octubre: un plan que subestima ingresos y sobreestima gastos, que contempla los efectos de una correcciĆ³n cambiaria sobre los ingresos por regalĆ­as, pero que no contempla la presiĆ³n inflacionaria que podrĆ­a surgir como consecuencia, y no prevĆ© aumentos racionales sobre la masa salarial de la planta estatal.

A continuaciĆ³n daremos un breve repaso de las inconsistencias del proyecto de presupuesto neuquino para el 2016.



Trucos contables

Los artilugios contables del presupuesto en la administraciĆ³n pĆŗblica son un secreto a voces. El truco habitual, tanto en la administraciĆ³n nacional como provincial, es subestimar los ingresos y sobreestimar los gastos; polĆ­tica que, desde hace aƱos, viene aplicando a administraciĆ³n Sapag.

Lo primero permite a quien administra utilizar discrecionalmente los ingresos adicionales que, a lo largo del aƱo, superan el monto presupuestado. Lo segundo abre las puertas al gobierno para, entre otras cosas, justificar la necesidad de tomar deuda pĆŗblica para afrontar erogaciones que pocas veces terminan por ejecutarse.

Esta es la primera maniobra que se advierte al analizar el presupuesto neuquino para el aƱo que viene. El proyecto prevƩ ingresos totales por $ 34.070 millones y gastos totales por $35.693 millones. Ello nos muestra que terminarƔ el 2016 con un dƩficit financiero de $ 1.623 millones. La pauta significa un incremento del 25% en los ingresos y del 34% en los gastos respecto al presupuesto 2015 presentado por el Ejecutivo en la Legislatura, el que nunca fue aprobado.

Otra vez aquĆ­ aparece la subestimaciĆ³n de ingresos y sobreestimaciĆ³n de gastos. El Ćŗltimo punto se fundamenta, entre otras cosas, en la intenciĆ³n del gobernador electo Omar GutiĆ©rrez de sostener la autorizaciĆ³n del poder legislativo para emitir tĆ­tulos por $ 2.100 millones.

Si se desglosan ingresos y gastos por partidas, los interrogantes se hacen aun mĆ”s evidentes. Al proyectar los ingresos, el plan prevĆ© regalĆ­as por $ 7.290 millones. La cifra implica un crecimiento del 30% respecto de lo que recibirĆ” la provincia en todo el 2015 por ese mismo concepto. Las regalĆ­as se ajustan por precio o volumen, o una combinaciĆ³n de ambos. Dado que un crecimiento explosivo de la producciĆ³n de hidrocarburos es impensado para los prĆ³ximos doce meses, la Ćŗnica forma de explicar semejante salto en las regalĆ­as es si el gobierno neuquino ya avizora una fuerte devaluaciĆ³n. Este es un nĆŗmero sobre el que todavĆ­a el Ejecutivo estĆ” trabajando y no puede definir hasta que anuncien las nuevas medidas del prĆ³ximo gobierno. No es de extraƱar una correcciĆ³n en el tipo de cambio, cuando la propia YPF dio a conocer esta semana en sus previsiones una devaluaciĆ³n del peso y su impacto en los balances.

Para tener una idea de lo que estamos mencionando, con un dĆ³lar a 13 pesos los ingresos adicionales por regalĆ­as sumarĆ­an mĆ”s de 800 millones de pesos anuales para la administraciĆ³n GutiĆ©rrez. Un dato no menor.

Asimismo, en el presupuesto se espera un crecimiento del 32% en los recursos tributarios. Todo indica que los tiempos que se vienen no estarĆ”n caracterizados por un fuerte crecimiento del nivel de actividad. Es evidente entonces que el incremento en la recaudaciĆ³n contempla apenas la pauta inflacionaria, sobre la base de los registros de los Ćŗltimos aƱos.

Llama la atenciĆ³n que, si el gobierno neuquino ya proyecta la devaluaciĆ³n de la moneda para el cĆ”lculo de las regalĆ­as, no anticipe tambiĆ©n el impacto de la misma sobre el nivel de precios. Una aceleraciĆ³n de la inflaciĆ³n podrĆ­a traer aparejado un incremento de la recaudaciĆ³n, en el hipotĆ©tico caso de que el nivel de actividad econĆ³mica no se viera afectado a la baja por la caĆ­da del consumo y la inversiĆ³n.

Pero si hay algo en lo que podrĆ­a impactar una suba en el nivel de precios, es sobre los salarios, con los consecuentes reclamos de recomposiciĆ³n en el poder adquisitivo por parte de los gremios estatales.

El gasto en personal que deberĆ” enfrentar la provincia serĆ” de algo mĆ”s de 18.000 millones este aƱo que estĆ” por finalizar. La cifra es un 33% mayor en relaciĆ³n a la que figura, para ese mismo Ć­tem, en el presupuesto 2015 que no fue aprobado por la Legislatura a fines del aƱo pasado. La sorpresa surge cuando se compara ese nĆŗmero con la previsiĆ³n para el 2016. Las erogaciones en masa salarial estimadas para el aƱo prĆ³ximo estĆ”n en los $ 19.028 millones, apenas 5% por encima de la cifra que se ejecutarĆ­a este aƱo. No hace falta explicar que la partida en cuestiĆ³n serĆ” mucho mĆ”s abultada que lo que estipula el proyecto de ley. SĆ³lo computando el acompaƱamiento de un piso de inflaciĆ³n del 20%, los salarios deberĆ­an ubicarse en torno a los 22.000 millones de pesos, es decir casi 3.000 millones mĆ”s de los proyectados por el Ejecutivo.

Otro burdo artilugio tiene que ver con la obra pĆŗblica. El presupuesto 2015 aprobado inicialmente por los diputados provinciales indicaba para la partida de InversiĆ³n Real Directa (IRD) fondos por $ 2.857 millones. Con mucho viento a favor, las inversiones ejecutadas ascenderĆ”n a un valor cercano a los $ 1.700 millones, un 40% menos que lo presupuestado. La previsiĆ³n para el 2016, mientras tanto, arroja inversiones por $ 2.954 millones, un 74% mĆ”s que lo que se ejecutarĆ­a este aƱo. Cuesta entender de quĆ© forma harĆ” el gobierno neuquino para emprender obras por $ 2.900 millones el aƱo prĆ³ximo, si ni siquiera pudo hacerlas por $ 1.700 este aƱo. No es muy difĆ­cil pensar que se trata de una forma de redireccionar el gasto hacia otras partidas presuntamente deficitarias para el prĆ³ximo aƱo.



La maldita deuda

Por Ćŗltimo, cabe destacar el incremento del peso de la deuda en la "ley de leyes" de la provincia. En el presupuesto 2015, los pagos por capital e intereses de la deuda pĆŗblica representaban el 7,8% de los ingresos totales. Para el aƱo prĆ³ximo, la carga de los pasivos sobre la disponibilidad estatal ascenderĆ” al 10% de los ingresos totales. La incidencia podrĆ­a ser todavĆ­a mayor si, tal como lo prevĆ© el propio Ministerio de Hacienda provincial, se produce una devaluaciĆ³n.

En el 2010 la deuda pĆŗblica neuquina tomada en dĆ³lares representaba algo mĆ”s del 20% del total de los pasivos de la Provincia. Hoy esa relaciĆ³n se ubica por encima del 60%. Es decir que la administraciĆ³n GutiĆ©rrez se enfrentarĆ” a un serio problema si, a partir del 10 de diciembre, se produce una brusca devaluaciĆ³n en el paĆ­s. Pero algunos no ven un escenario tan complicado en este tema. "Los pasivos en dĆ³lares, que lejos estĆ”n de ser los ideales, se acoplan a las regalĆ­as que tambiĆ©n se relacionan con la divisa norteamericana. Es decir que, si hay una devaluaciĆ³n, mĆ”s pesos deberemos pagar por nuestros compromisos de deuda en dĆ³lares, fondos que saldrĆ”n de los mayores ingresos que generarĆ” el barril de crudo por esa misma correcciĆ³n cambiaria", intentĆ³ justificar un alto funcionario del Ministerio de EconomĆ­a al ser consultado por el tema.

Lo cierto es que la administraciĆ³n Sapag contĆ³ en estos Ćŗltimos ocho aƱos con recursos rĆ©cord para ejecutar, ingresos extraordinarios generados por las prĆ³rrogas de las concesiones de las Ć”reas hidrocarburĆ­feras, transferencias Ćŗnicas por los contratos celebrados en Vaca Muerta, y pese a ello tuvo que recurrir al endeudamiento provincial para poder hacer frente a sus compromisos presupuestarios. Los problemas de gestiĆ³n, a la vista.