El presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, pateó el tablero regional al convertirse en el primer exponente de la “nueva derecha” latinoamericana en acceder al gobierno de su país, algo que aún no pudieron hacer Henrique Capriles (Venezuela), Aécio Neves (Brasil), Mauricio Rodas (Ecuador) y Luis Lacalle Pou (Uruguay), los otros exponentes de este espacio político aún en conformación. Esto, más allá de significar un cambio concreto en la actual correlación de fuerzas -que aún sigue teniendo un fuerte peso de líderes de extracción nacional-popular, progresistas y de izquierda- también abre discusiones nuevas en el plano regional, donde Macri apuntará, tal cual dijo, a intentar converger con la Alianza del Pacífico, pretendiendo asimismo avanzar en un acuerdo de libre comercio con la Unión Europa.
Hay un punto adicional de la propuesta de Macri que ha tomado carácter público reiteradas veces en las últimas semanas: la posibilidad de aplicar la denominada “cláusula democrática” del Mercosur a la República Bolivariana de Venezuela. Aquí hay varias cuestiones a repasar, ya que el tema ha dado lugar a diversos debates en nuestros países. En primer lugar, dar cuenta que sólo la interrupción del orden democrático en un país del bloque permite aplicar dicha normativa. Un ejemplo claro, concreto, fue el Paraguay de Federico Franco, quien tras el “golpe parlamentario” a Fernando Lugo fue retirado del Mercosur por el resto de los integrantes, retornando tras la votación que consagró a Horacio Cartes como presidente.
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