Argentina: esperando el segundo semestre - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

jueves, 9 de junio de 2016

Argentina: esperando el segundo semestre

Lo que tiƱe la coyuntura es, sin dudas, la expectativa de que el segundo semestre "serĆ” mejor" tanto en relaciĆ³n con la inflaciĆ³n como con el nivel de actividad. El ministro Frigerio dijo, por ejemplo, que "en el segundo semestre bajarĆ” drĆ”sticamente la inflaciĆ³n porque se estĆ”n aplicando las polĆ­ticas indicadas". 

Esta expectativa ha sido alentada por el gobierno como una forma de contrarrestar el clima de "miedo a perder el empleo" que la oposiciĆ³n habĆ­a contribuido a generar con motivo del debate sobre la (mal) llamada ley anti-despidos. Un clima de ese tipo era muy poco adecuado para vetar esa ley, como lo hizo finalmente el presidente. Pero si bien es indudable que la expectativa de una mejora de la economĆ­a en el segundo semestre fue funcional al propĆ³sito buscado, tambiĆ©n lo es que generĆ³ una restricciĆ³n para el gobierno. Si la tasa de inflaciĆ³n no baja sustancialmente y el nivel de actividad no se recupera, la administraciĆ³n de Macri va a pagar costos en tĆ©rminos de la percepciĆ³n que los agentes tienen de su capacidad para manejar la economĆ­a. Lograr esos objetivos no serĆ” fĆ”cil, ademĆ”s de plantear una serie de interrogantes.

Se puede esperar que la tasa de inflaciĆ³n se retraiga luego de la fuerte aceleraciĆ³n que siguiĆ³ a las correcciones de precios relativos y que el nivel de actividad se reanime en algo por el efecto de las paritarias sobre el salario real y la reactivaciĆ³n de la obra pĆŗblica. Pero tratar de satisfacer la expectativa creada mĆ”s allĆ” de esto podrĆ­a poner en peligro otros objetivos de polĆ­tica que el gobierno habĆ­a seƱalado como prioritarios. Esto es particularmente asĆ­ en lo relativo al ajuste fiscal y la recuperaciĆ³n de la competitividad del sector transable.
La competitividad podrĆ­a sufrir porque el tipo de cambio real ha tendido recientemente a caer. Esto ocurriĆ³ porque la inflaciĆ³n se acelerĆ³ y el tipo de cambio nominal se retrajo primero y se estancĆ³ despuĆ©s, debido a las altas tasas de interĆ©s. Si en el segundo semestre se pone todo el empeƱo en lograr tasas de inflaciĆ³n bien por debajo del 2%, es difĆ­cil que las autoridades se preocupen demasiado si el tipo de cambio nominal evoluciona por debajo de los precios ya que ello ayudarĆ­a a suavizar la inflaciĆ³n, sobre todo en un contexto en que los aumentos recientes en combustibles no van a ayudar a reducirla.
El contexto en que se estĆ” produciendo esta trayectoria del tipo de cambio no es propicio para evitar –al menos a corto plazo– una apreciaciĆ³n real. Por un lado, no serĆ” harĆ” fĆ”cil que la inflaciĆ³n se reduzca hasta alinearse con la evoluciĆ³n del tipo de cambio nominal porque las sucesivas paritarias se han firmado bien por encima del 30% y en algunos casos sĆ³lo se firmĆ³ por seis meses. AdemĆ”s, se incrementĆ³ el salario mĆ­nimo con un aumento a materializarse en tres tramos. Por otro lado, las expectativas sobre las acciones de la Fed han virado suavemente hacia la posibilidad de que haya una correcciĆ³n alcista en la tasa de los fondos federales. Bajo estas circunstancias, los capitales estĆ”n saliendo del mercado europeo para dirigirse a Estados Unidos y los emergentes. No sorprende que el Banco Central estĆ© desalentando la compra de LEBACs desde el exterior.

El ordenamiento fiscal necesario para llegar a los niveles de dĆ©ficit establecidos por Prat-Gay tambiĆ©n podrĆ­a encontrar dificultades si se privilegiara el nivel de actividad antes que las correcciones en el gasto y los impuestos. En el perĆ­odo reciente ha habido seƱales en este sentido. Luego del fuerte aumento de los precios regulados (electricidad, gas, agua) se anunciĆ³ que no habrĆ” mĆ”s ajustes y, ademĆ”s, se han lanzado una serie de iniciativas con costo fiscal. Entre ellas, la sanciĆ³n de la ley para devolver el IVA (hasta 300 pesos mensuales) en las compras de alimentos por jubilados con haber mĆ­nimo y beneficiarios de planes sociales; asistencia fiscal y financiera a las pymes; reintegro gradual (3% por aƱo) del 15% de coparticipaciĆ³n y aceleraciĆ³n de las licitaciones de obras pĆŗblicas.

Estas medidas se adicionan a las que ya habĆ­a tomado el gobierno relativas a impuestos, asignaciĆ³n universal por hijo, etc. que tambiĆ©n tienen costo fiscal. Si bien es difĆ­cil establecer con precisiĆ³n cuĆ”l serĆ” el impacto final sobre el dĆ©ficit fiscal, las evaluaciones hasta el presente indican que el aproximadamente 1.2% del PBI que se espera ganar con las correcciones tarifarias seguramente se perderĆ” por el financiamiento de las medidas mencionadas, lo que genera dudas respecto del cumplimiento de las metas de dĆ©ficit establecidas.

Lo que surge de lo anterior es que el gobierno se estĆ” tomando el gradualismo muy en serio. Esto ha despertado crĆ­ticas de quienes consideran que para ordenar la macroeconomĆ­a serĆ­a mĆ”s efectivo un tratamiento de shock, tanto en el plano fiscal como el monetario. ¿Por quĆ© estĆ” el gobierno optando por un gradualismo de este tipo? Parece razonable argumentar que esas razones hay que buscarlas mĆ”s en la economĆ­a polĆ­tica que en el plano estricto de la economĆ­a. Como el oficialismo no cuenta con mayorĆ­as en ninguna de las dos cĆ”maras, si una estrategia de shock generara protestas sociales de importancia o una actitud de oposiciĆ³n militante por parte de los gobernadores o los intendentes, la gobernabilidad podrĆ­a verse afectada. Ya hemos argumentado mĆ”s arriba que fueron razones en primer lugar polĆ­ticas las que llevaron a las autoridades a generar expectativas tan firmes de que el segundo semestre serĆ” mejor.

Desde un punto de vista de economĆ­a polĆ­tica, lo que el gobierno estĆ” haciendo es decidir frente a un dilema: ajustar mĆ”s rĆ”pido los desequilibrios macroeconĆ³micos exponiĆ©ndose a problemas de gobernabilidad o ajustar mĆ”s gradualmente pero asumiendo menores riesgos polĆ­ticos. Como dice el adagio ingles, "There is no such thing as a free lunch"; no se puede conseguir algo sin sacrificar algo. Si esto es asĆ­, no es correcto discutir la opciĆ³n shock vs. gradualismo sin evaluar la viabilidad polĆ­tica y las consecuencias para la gobernabilidad.

Si consideramos que el gobierno ya optĆ³ por el gradualismo, lo mĆ”s interesante desde el punto de vista econĆ³mico es identificar y evaluar el tipo de riesgos macroeconĆ³micos en que estĆ”n incurriendo las autoridades y sus estrategias para manejarlos. En relaciĆ³n con esto, pareciera que el gobierno estĆ” optando, bĆ”sicamente, por tratar de encauzar la evoluciĆ³n del corto plazo operando sobre las expectativas de largo plazo. La idea parece ser "ayudar" al corto plazo creando la convicciĆ³n de que no sĆ³lo el semestre que viene sino el "futuro" serĆ”n mejores econĆ³micamente. Esto hasta cierto punto se estĆ” reflejando en las encuestas que muestran que la gente contesta que hoy su situaciĆ³n no es buena pero cree que mejorarĆ”.

Los riesgos de tratar de "anclar" el corto con el largo plazo tiene varias facetas. El primer riesgo es que las penurias del presente lo hagan ingobernable. Ya dijimos que para esto se estĆ” aplicando el gradualismo. El segundo riesgo deviene del hecho de que el gradualismo hay que financiarlo. El dĆ©ficit fiscal hay que financiarlo hoy. AquĆ­ aparentemente se recurrirĆ” al financiamiento extraordinario. Para mitigar los efectos fiscales del gradualismo y conseguir financiamiento mĆ”s allĆ” de los canales habituales, se espera que las autoridades lancen un blanqueo con amnistĆ­a para dĆ³lares no declarados que podrĆ­a mejorar tanto las cuentas fiscales como las externas. AdemĆ”s, para indicar que el financiamiento no serĆ” un problema, el secretario de finanzas Caputo declarĆ³ –tratando de estirar el horizonte de las expectativas sobre lo que harĆ” el gobierno– que no se piensa volver al mercado de renta fija hasta 2018 con el objetivo de dejar lugar a empresas y provincias. El tercer riesgo es que las expectativas de inflaciĆ³n se desmadren. Para evitarlo el Banco Central ha estado colocando las tasas de interĆ©s en niveles muy elevados, aunque en los Ćŗltimos dĆ­as las ha ido reduciendo en algo para comunicar su expectativa de que ve la inflaciĆ³n cayendo. Probablemente, el intento de mayor alcance para anclar las expectativas fue el que dio el presidente del Banco Central al presentar el primer Informe de PolĆ­tica Monetaria. En el mismo se detalla lo que el gobierno espera que ocurra con la demanda de dinero para lo que resta del aƱo. AdemĆ”s se establecen los objetivos de inflaciĆ³n y la intenciĆ³n de avanzar con la implementaciĆ³n de un rĆ©gimen de metas de inflaciĆ³n. El cuarto riesgo es que el "futuro" de crecimiento no sea finalmente lo que se espera debido a que la evoluciĆ³n de las variables de corto plazo no se alinea con lo que la Argentina necesita para reanimar el crecimiento y, sobre todo, la generaciĆ³n de empleo.

Si esta es la forma en que el gobierno racionaliza sus polĆ­ticas es realmente difĆ­cil de saber. Entre otras cosas porque no se presentĆ³ un programa econĆ³mico y las medidas se van conociendo de manera sucesiva. Sin embargo, consideramos que esta racionalizaciĆ³n ayuda a ordenar el anĆ”lisis. Creemos que es muy Ćŗtil para mostrar las tensiones que aparecen entre la gobernabilidad, la estabilizaciĆ³n de corto plazo y la necesidad de retomar el crecimiento. Lo ejemplificamos, a modo de conclusiĆ³n, con las tensiones que se enfrentarĆ”n para establecer un rĆ©gimen de metas de inflaciĆ³n.

Para establecer un rĆ©gimen de metas de inflaciĆ³n, la polĆ­tica monetaria debe ser autĆ³nomamente manejada por el Banco Central. Esto se debe a que la autoridad monetaria debe poder determinar la tasa de interĆ©s exclusivamente en funciĆ³n de la meta de inflaciĆ³n que se haya establecido. Por supuesto, para que las acciones de la autoridad monetaria sean efectivas las mismas deben estar en condiciones de influir sobre las expectativas del sector privado y, para que ello ocurra, las acciones del Banco Central deben gozar de credibilidad. En lo institucional, un factor clave para lograr esa credibilidad es que el Banco Central sea independiente del Ejecutivo. Sin embargo, con declarar la independencia no alcanza. TambiĆ©n deben estar dadas las condiciones econĆ³micas para que esa independencia pueda ser ejercida. Y, en relaciĆ³n con esto, hay dos condiciones econĆ³micas necesarias.

La primera se refiere a la no existencia de dominancia fiscal, sea en el presente o en el futuro cercano. Esto es, no debe existir el temor de que la tesorerĆ­a recurra a la emisiĆ³n monetaria para financiar el dĆ©ficit fiscal en el presente o el futuro cercano. Para ello el dĆ©ficit fiscal de hoy debe ser financiable sin emisiĆ³n y, ademĆ”s, la deuda pĆŗblica debe ser sustentable ya que, si el dĆ©ficit es elevado y la emisiĆ³n se evita aumentando excesivamente la deuda pĆŗblica, Ć©sta podrĆ­a rĆ”pidamente devenir insostenible.

La segunda condiciĆ³n es no utilizar la polĆ­tica monetaria para influir de manera sistemĆ”tica sobre el tipo de cambio. El Banco Central podrĆ­a hacerlo por dos razones que influirĆ­an de manera diferente sobre la inflaciĆ³n. Por un lado, podrĆ­a tentarse e inducir bajas en el tipo de cambio nominal pronunciadas para lograr –vĆ­a pass-through– una reducciĆ³n mĆ”s rĆ”pida de la inflaciĆ³n. Esto es, podrĆ­a aumentar marcadamente la tasa de interĆ©s para apurar el ajuste hacia abajo de la inflaciĆ³n. El mercado leerĆ­a esta acciĆ³n como poco sostenible porque generarĆ­a desempleo y atraso cambiario. Por otro lado, de manera opuesta, el Banco Central podrĆ­a tratar de mantener un tipo de cambio excesivamente depreciado para promover la competitividad. Para lograrlo deberĆ­a reducir la tasa de interĆ©s, lo cual –de nuevo vĆ­a pass-through– acelerarĆ­a la inflaciĆ³n haciendo poco creĆ­ble la meta establecida. AdemĆ”s, para lograr la depreciaciĆ³n deberĆ­a reducir la tasa de interĆ©s promoviendo el incremento del nivel de actividad, lo que tambiĆ©n empujarĆ­a la inflaciĆ³n hacia arriba.

¿CĆ³mo se observan las iniciativas del gobierno considerando que desea moverse hacia un rĆ©gimen de metas?

Primero, en lo que hace a la independencia del Banco Central se han dado algunos pasos. En particular, se acordĆ³ con hacienda que no se emitirĆ­an mĆ”s de 160.000 millones para financiar al fisco y el Banco Central ha estado determinando las tasas de interĆ©s. Sin embargo, tambiĆ©n es cierto que, en funciĆ³n de la promesa de que la inflaciĆ³n serĆ” muy inferior en el segundo semestre, la tasa de interĆ©s ha estado en niveles muy elevados y, como se dijo, ello colocĆ³ el tipo de cambio nominal en niveles deprimidos en relaciĆ³n a los observados en el perĆ­odo que siguiĆ³ a la unificaciĆ³n del cepo. El mercado podrĆ­a muy bien anticipar que la autoridad se siente muy cĆ³moda con un tipo de cambio que ayude a anclar la inflaciĆ³n. El problema es que, como es fĆ”cil imaginar, una tasa tan alta influye negativamente sobre el empleo en un momento en que el presidente vetĆ³ la ley sobre desempleo. En los Ćŗltimos dĆ­as el Central ha empezado a reducir las tasas. En este contexto, es difĆ­cil para el mercado elucidar si el Central es o no influido por lo que desea el ejecutivo y esto podrĆ­a erosionar la credibilidad. El punto mĆ”s general es que en el plano institucional no hay todavĆ­a independencia.

Segundo, la polĆ­tica fiscal sigue un curso que hace difĆ­cil discernir si finalmente serĆ” posible cumplir con la meta de dĆ©ficit que se ha fijado. Hemos visto que esto puede interpretarse en el sentido de que esto ocurre porque el gobierno "debe" lograr un segundo semestre mejor para estar en lĆ­nea con sus promesas y en funciĆ³n de ello prefiere posponer en algo el ajuste. El gobierno tiene, en relaciĆ³n con esto, un punto muy a favor: no enfrenta problemas de sostenibilidad de deuda pĆŗblica y podrĆ­a endeudarse en los mercados externos para financiar el dĆ©ficit, aunque las declaraciones de Caputo no van en este sentido, sĆ­ podrĆ­an endeudarse las provincias. Un nivel de dĆ©ficit como el actual combinado con tasas de interĆ©s altas como las que paga la argentina podrĆ­an en el futuro no tan lejano producir situaciones de insostenibilidad de deuda pĆŗblica. Hay que tener en cuenta que lo que importa en la cuenta de la sostenibilidad es la diferencia entre la tasa de interĆ©s de la deuda pĆŗblica y la tasa de crecimiento. Tasas elevadas y crecimiento bajo son una combinaciĆ³n nada deseable.

Si se optara por mantener una polĆ­tica dura combinada con gradualismo fiscal, habrĆ­a que tomar en cuenta que una polĆ­tica monetaria "dura" para bajar la inflaciĆ³n rĆ”pido combinada con una polĆ­tica fiscal "blanda" para evitar que el nivel de actividad se deteriore tiene efectos deletĆ©reos para el crecimiento.

En suma, aĆŗn si el gobierno tuviera muy claro hacia dĆ³nde quiere ir en el mediano plazo, para ir en esa direcciĆ³n, deberĆ” sortear un obstĆ”culo fundamental: los desequilibrios macroeconĆ³micos heredados que presionan en direcciĆ³n opuesta a la del crecimiento y la creaciĆ³n de empleo. Hoy por hoy, el mayor activo que tiene el gobierno para dar la lucha es la expectativa de los agentes de que el "futuro" serĆ” mejor. Un activo frĆ”gil.