Por Marco Teruggi, desde Caracas.
Una vez mĆ”s la capital venezolana fue el centro de la gran disputa polĆtica entre el chavismo y la derecha. La fecha, primero de septiembre -1S- habĆa sido anunciada con bombo y platillo por la Mesa de Unidad DemocrĆ”tica (MUD) desde hacĆa semanas. Iban, segĆŗn su plan, a ser un millĆ³n y presionar al ComitĆ© Nacional Electoral (CNE) para conseguir una fecha para el inicio de la recolecciĆ³n de las firmas necesarias para el referĆ©ndum revocatorio que quieren, aunque lo sepan imposible, tenga lugar este aƱo. SegĆŗn sus voceros la jornada estaba destinada a quebrar el orden de las cosas y demostrar la supuesta nueva e imparable mayorĆa opositora en Venezuela.
Desde el inicio los pasos se dieron de otra manera. El CNE anunciĆ³ la fecha dos dĆas antes de la movilizaciĆ³n, quitando el principal argumento reivindicativo/polĆtico de la movilizaciĆ³n. La direcciĆ³n de la MUD replegĆ³ entonces las ambiciones de ir al CNE y reorientĆ³ toda la jornada hacia el este de la ciudad, es decir las zonas de la burguesĆa, de su base social. La #TomaDeCaracas se transformĆ³ desde antes de comenzar en una marcha al sector pudiente -una toma de Palermo, para decirlo en geografĆa de Buenos Aires. Una acciĆ³n sin presencia en los barrios, en los sectores populares, lo de siempre por parte de una oposiciĆ³n eminentemente clasista.
Lo segundo fue que el anunciado millĆ³n se transformĆ³ en 25 mil. Es necesario detenerse en esa cifra. Es cierto, fue menos de lo vociferado, pero tambiĆ©n resultĆ³ ser mucho mĆ”s de lo que la oposiciĆ³n lograba movilizar desde la Ć©poca de las guarimbas, a principios del 2014, una etapa de violencia callejera en la cual asesinaron a 43 personas. El dato principal de la jornada podrĆa ser la reactivaciĆ³n de su base social, de clases altas, medias altas, medias, y algo de medias bajas, en ese orden. ¿Pobres? A cuentagotas. La direcciĆ³n es a imagen y semejanza de su base.
Se sabĆa tambiĆ©n que el dĆa podĆa derivar en una oleada de violencia. No hubiera sido nuevo, la derecha venezolana se ha caracterizado por grandes hechos de violencia: en el 2014, ante la victoria de NicolĆ”s Maduro como presidente en el 2013, y con el Golpe de Estado del 2002. Para nombrar algunas de las mĆ”s conocidas. Nunca ha existido una oposiciĆ³n democrĆ”tica con capacidad hegemĆ³nica, su vocaciĆ³n golpista no ha tenido fisura. AdemĆ”s, el Gobierno habĆa procedido a arrestar cĆ©lulas armadas, en particular un campamento de 92 colombianos apostados a 500 metros del Palacio presidencial. El clima, en la maƱana del 1S era tenso, casi explosivo.
El chavismo
El chavismo por su parte venĆa de cuatro grandes movilizaciones consecutivas en cinco dĆas. Enfrentado a sus propios desafĆos, se encontraba ante el de hacer una nueva demostraciĆ³n de fuerza -cada acto es un volver a empezar. La polĆtica, se sabe, se mide muchas veces en nĆŗmeros y calles. Eso en Venezuela siempre ha sido asĆ, y desde hace mucho la victoria del chavismo ha sido indiscutible. Caracas iba a ser el 1S una gran imagen aĆ©rea de dos movilizaciones.
Es cierto entonces que la oposiciĆ³n logrĆ³ recuperar terreno movilizado. TambiĆ©n que el chavismo desplegĆ³ lo que es: pueblo, genuino, alegre, consciente y formado bajo el liderazgo de Hugo ChĆ”vez. El contraste entre las dos movilizaciones no fue Ćŗnicamente de nĆŗmeros -algunos podrĆ”n discutir cuĆ”n amplia fue la diferencia a favor de la conducida por NicolĆ”s Maduro- sino eminentemente en tĆ©rminos de composiciĆ³n clasista. RecorrĆ ambas movilizaciones: una fue de resentimiento, odio y vuvuzelas; la otra de tambores, Ć©pica histĆ³rica y barriadas. Una pedĆa por el derrocamiento del rĆ©gimen -con seƱoras iguales a las caceroleras de Recoleta- la otra por seguir con un proyecto transformador que hoy se encuentra en uno de sus momentos mĆ”s complejos. Un contraste nĆtido, sin margen para el debate.
Sobre el final de la jornada tuvieron incidentes sueltos: quemas de auto, corte breve de autopista. Se mantuvo la paz, y esa fue una victoria chavista. La base social de la derecha quedĆ³ resentida con su dirigencia que le prometiĆ³ tomar Caracas y derrotar a NicolĆ”s Maduro, y terminĆ³ con un discurso y el llamado a tocar las cacerolas por la noche. La etiqueta de Twitter “trendig topic” al terminar la tarde fue: #MalditaMUD. Impulsada por la misma oposiciĆ³n, traicionada una vez mĆ”s en sus expectativas. QuerĆan fuego, tuvieron, segĆŗn su mirada, cobardĆa.
Lo que sigue
No se puede entender el 1S por fuera del plan general de desestabilizaciĆ³n que viene llevĆ”ndose adelante contra la revoluciĆ³n. La jornada fue parte del abanico de opciones que maneja la oposiciĆ³n para intentar dar por fin con el chavismo. Se debe ademĆ”s enmarcarlo en el anĆ”lisis latinoamericano. Un ejemplo claro: el dĆa anterior habĆa tenido lugar el golpe de Estado contra Dilma Rousseff, en Brasil. Las cosas no suceden por azar.
¿SabrĆ” la derecha administrar su nuevo acumulado? Resulta difĆcil saberlo, aunque, dado que su plan es exclusivamente derrocar al chavismo, los pasos tĆ”cticos le resultan difĆciles de construir. ¿A quĆ© convocar a movilizar? El problema de la oposiciĆ³n ha sido siempre ser poco creĆble, disputarse entre sĆ, y no tener arraigo en los sectores populares. Logran reunir odios de clase y descontentos dispersos, pero sin nada que ofrecer. La gente no se mueve hacia el vacĆo -aunque la rabia antichavista conduce a puntos de ceguera inmensos.
Puede que un nuevo ciclo de movilizaciones estĆ© en curso. El chavismo asĆ lo ha planteado, la derecha lo desea tambiĆ©n, pero se mueve sobre un terreno mucho mĆ”s inestable. Es seguro que todas las formas de guerra seguirĆ”n: asesinatos de militantes chavistas, desabastecimiento de alimentos, medicinas, productos de higiene para desgastar a la poblaciĆ³n -una tĆ”ctica asesina- y presiones geopolĆticas. La revoluciĆ³n estĆ” bajo los golpes de un plan desestabilizador conducido por el Gobierno norteamericano, que estĆ” a punto de cambiar de presidente. ¿CĆ³mo querrĆ” irse la gestiĆ³n de Barack Obama con el tema Venezuela?
Muchas preguntas, hipĆ³tesis que se irĆ”n resolviendo con un final de aƱo que serĆ” complejo, con batallas cuerpo a cuerpo, desafĆos del tamaƱo del proyecto planteado. Una vez mĆ”s, y sin ningĆŗn tipo de fisuras, la revoluciĆ³n venezolana deberĆ” ser defendida.
@Marco_Teruggi
viernes, 2 de septiembre de 2016
Las batallas de Caracas
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# Fuente: http://notas.org.ar
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