La carta completa del Indio Solari a los pibes torturados de La Garganta Poderosa - Piedra OnLine

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jueves, 6 de octubre de 2016

La carta completa del Indio Solari a los pibes torturados de La Garganta Poderosa

El mĆŗsico muy comprometido con la actualidad, se solidarizĆ³ con los dos jĆ³venes agredidos por prefectura, tambiĆ©n efectuĆ³ duras criticas contra la ministra Bulrrich y todo el "gobierno de los CEOs" como el los llamĆ³.

Torturaron a un pibe que, pobrecito, se habrĆ” llevado el susto de su vida. No puedo imaginarme cĆ³mo debe ser tener 15 aƱos y vivir durante horas toda esa humillaciĆ³n dolorosa y espantosa. Cuidado. Hay que tener mucho cuidado, cuando estas cosas empiezan a reflotar. Yo sĆ© muy bien, porque los conozco, que ustedes atraviesan con frecuencia situaciones similares y tambiĆ©n sĆ© que no debe ser nada fĆ”cil tomar la decisiĆ³n de contarlo pĆŗblicamente, como lo hizo IvĆ”n. Hacen falta unos cojoncitos bien grandes, para decir eso ahĆ­, donde aĆŗn habita la Prefectura, porque probablemente los trasladen a estos pelotudos, hijos de puta. Y aun asĆ­, vengan otros en su reemplazo.

No es fĆ”cil, no es sopa, porque estĆ”s controlado por la misma gente que te verduguea, pero tuvieron esa valentĆ­a y por eso decidĆ­ comunicarme con ustedes para decirles que los admiro, los admiro por esta lucha y por esa revista estupenda que publican, donde saliĆ³ la mejor nota que me hicieron en la vida, porque fue profundamente genuina. Seguramente por eso, me sentĆ­ tan cĆ³modo como nunca antes en un reportaje. Y desde ese dĆ­a, me siento vinculado con ustedes y el compromiso que significa representar las problemĆ”ticas del barrio. Ustedes hablan de todo eso que no se habla.

Va mi apoyo y mi afecto sincero, para toda La Poderosa, para Ezequiel y para IvĆ”n, que me conmoviĆ³ por su coraje, tanto como me conmoviĆ³ su padre que respondiĆ³ con la palabra exacta, cuando le preguntaron quĆ© sentĆ­a: impotencia. SĆ­, impotencia, porque te cuesta la vida defender a tu hijo. Y la impotencia, para un padre, es algo muy jodido.
Desde acĆ”, quiero mandarles un gran abrazo y hacerles saber que no puedo ir, porque lamentablemente no estoy en mi mejor versiĆ³n de salud, pero estoy con ustedes, apoyando a la distancia el acto en el barrio. OjalĆ” muchos otros chicos se atrevan a denunciar estas prĆ”cticas hasta que se visibilicen las cosas como son: esto pasa y pasa cotidianamente, aunque la gente lo vea presentado en la televisiĆ³n como si fuera un caso aislado.

Cuando un gobierno da piedra libre a la PolicĆ­a para que haga lo que quiera, se pone difĆ­cil la vida, pero especialmente la vida de ustedes. No dejo de pensar en la tremenda injusticia que padecieron los pibes, cuando ese uniformado les cuestionaba si ellos podĆ­an o no podĆ­an tener una campera asĆ­… ¿QuĆ© carajo les importa? ¿CĆ³mo pueden inquirir a un chico de esa manera?

Siempre hubo torturas, en algunas Ć©pocas menos y en otras mĆ”s. He vivido en carne propia cĆ³mo se siente estar en ese lugar, porque me dieron picana dos veces en la misma noche, mientras los presos pasaban a ver quiĆ©n era yo, que estaba ahĆ­ por averiguaciĆ³n de antecedentes. Me salvĆ³ uno de ellos, cuando me dijo que no tomara agua porque me provocaba una electrĆ³lisis. Y por eso digo que sĆ© cĆ³mo se siente la humillaciĆ³n de ver cĆ³mo hacen con vos lo que quieren. Porque sĆ­, visitĆ© presos polĆ­ticos muchas veces, pero tambiĆ©n presos comunes, para poder entender que todo preso es polĆ­tico.

Ahora, que la ministra de Seguridad y el secretario de Derechos Humanos no hayan dicho nada todavĆ­a en relaciĆ³n a IvĆ”n y Ezequiel, se explica Ćŗnicamente por el gobierno que hay. CambiĆ³ la mano, pero no es una mano que estĆ© pendiente de la gente con mĆ”s complicaciones. Es un gobierno de CEOs, de empresarios, que ven absolutamente todo de otro modo: ven estadĆ­sticas y cifras, aunque tampoco en eso les estĆ” yendo bien. Pero olvĆ­dense, esa gente no va a pensar nunca en ustedes, de manera generosa o respetuosa, porque creen que ustedes, los villeros, son un peligro. Y el peligro lo generan ellos, sometiĆ©ndolos a circunstancias sociales tan difĆ­ciles de sobrellevar, mientras vemos la tele gratis, porque les sirve para vender cosas.

En sĆ­ntesis, transmitirles la envidia que siento por todos los que hoy responderĆ”n a esta convocatoria, lo suficientemente sanos como para trasladarse hasta ahĆ­ y poder vociferar junto a ustedes. A mĆ­, la vida me estĆ” cobrando los excesos y hay que pagar la cuenta en algĆŗn momento, cuando uno ha disfrutado tanto. A diferencia de los escritores o artistas que siempre acusan algĆŗn trauma de la niƱez,a mĆ­ me tocĆ³ crecer feliz desde mi infancia hasta mi alocada adolescencia. Y tambiĆ©n en las vivencias extraordinarias que tuve despuĆ©s, pero ahora esta enfermedad de mierda me estĆ” jodiendo la vida…

Bienvenido este acto por los chicos, que puedo imaginar multitudinario, porque si no fuera asĆ­, serĆ­a una vergĆ¼enza.

A ustedes, todo mi cariƱo.

Indio.