El comedor de MarĆa Colipe de Allen brinda almuerzo y merienda a 30 niƱos por dĆa, que viven en el acceso al Aeroclub y en el sector de los hornos de ladrillos.
En un rincĆ³n Ć”rido de Allen, donde empiezan las bardas del Norte y la pobreza se siente, MarĆa Colipe, “Maruca” como todos la conocen en la ciudad, lleva 20 aƱos alimentando a los niƱos del barrio acceso Aeroclub y de un sector de los hornos de ladrillos. Su comedor lucha por subsistir, sin ningĆŗn apoyo de la provincia y ni del municipio.
Pasaron los radicales, llegaron los peronistas y despuĆ©s los aliancistas. Sin embargo, ella y su comedor trascendieron a todos los gobiernos porque siempre tuvo bien en claro que la necesidad estĆ” mĆ”s allĆ” de cualquier banderĆa.
Cada maƱana Maruca (65) mira por la ventana mientras en una enorme olla de aluminio prepara la comida para unos treinta niƱos que al mediodĆa van a almorzar y a la tarde a merendar.
“HabĆa mucha pobreza cuando empezamos con esto y hoy se ve que el hambre vuelve otra vez. Yo me pongo muy feliz cuando van llegando los chicos con sus platitos para comer. Y no sĆ© si lo que hacemos acĆ” es mucho o es poco pero nunca se dejĆ³ de hacer el intento para que las cosas salgan y los niƱos se vayan con la panza llena”, dijo Maruca.
En el comedor “El Sol”, asĆ lo bautizĆ³ Maruca cuando lo fundĆ³ hace 20 aƱos, todo se hizo con mucho esfuerzo y sacrificio. El lugar se sostiene principalmente con la jubilaciĆ³n de Maruca, la colaboraciĆ³n de algunos comercios y una empresa. “Paso por algunas panaderĆas y me dan las facturas o el pan que no vendieron. AsĆ, con la ayuda de los que nos pueden dar una mano, nos la rebuscamos para seguir adelante aunque no es fĆ”cil. Yo me criĆ© de una forma muy humilde y me da no sĆ© quĆ© dejar de trabajar por los niƱos”, seƱalĆ³.
Cuando faltan los recursos y hay que “llenar la olla” Maruca y Eduardo, su compaƱero de vida, venden algĆŗn lechĆ³n de los que crĆan para comprar los alimentos o ponen “en rojo” las tarjetas de crĆ©dito. “No podĆ©s tener un comedor y decirle a las mamĆ”s o a los chicos hoy no se abre porque no hay comida”, insistiĆ³, al mismo tiempo que apelĆ³ a la solidaridad de los empresarios de Allen que puedan colaborar.
Actualmente, Maruca no recibe ningĆŗn tipo de aporte del Estado provincial y municipal. “LlevĆ© los papeles al municipio pero nunca pasĆ³ nada. Mi idea es poder agrandarlo. Esto es chico pero mientras podamos acercarle un plato de comida a los niƱos, vamos a seguir”, agregĆ³.
En el comedor, por pedido de los jefes policiales de Allen, tambiĆ©n de manera gratuita y desinteresada, Maruca les prepara la vianda a los detenidos que no tienen familiares y que estĆ”n alojados en las comisarĆas 33 y Sexta.
En julio pasado los niƱos que asisten a “El Sol” vivieron una experiencia que jamĆ”s olvidarĆ”n. El Aeroclub Allen, los invitĆ³ a volar por primera vez. MĆ”s de 40 niƱos pasaron toda una tarde en el club y contemplaron la ciudad desde el cielo. Todos recibieron un diploma. AdemĆ”s, para celebrar el aniversario de “El Sol”, el artista Marcelo “Chelo” Candia, pintĆ³ un mural en el frente del comerdor.
“Noto que la pobreza aumentĆ³. Hay gente que te toca la puerta para pedirme comida. Nuestro sueƱo es poder ampliar el comedor”
Dice “Maruca” que hace 20 aƱos sotiene el plato de comida de muchos niƱos