La carta de Raly Barrionuevo respondiendo a los que lo invitaron a callar por los bosques - Piedra OnLine

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domingo, 15 de enero de 2017

La carta de Raly Barrionuevo respondiendo a los que lo invitaron a callar por los bosques

El cantante Raly Barrionuevo publicĆ³ en su Facebook una carta en la que respondiĆ³ a aquellos que lo invitaron a callarse en su reclamo por los bosques nativos.
 
El comunicado o que la ConfederaciĆ³n de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez) emitiĆ³, apuntaba contra JosĆ© Luis Serrano, quien interpreta a “DoƱa Jovita”; y al cantante RaĆŗl Eduardo “Raly” Barrionuevo. A ellos les endilgĆ³ generar "confusiĆ³n en la opiniĆ³n pĆŗblica" y llevar "el foco de la discusiĆ³n al Ć”mbito de las ideologĆ­as extremas”.

La respuesta de Raly fue la siguiente:

“A ustedes, seƱores, que me piden que no hable de cosas que no sĆ©, de cosas que, segĆŗn su criterio, estoy desautorizado a opinar.

Pues deben saber ustedes que hablo de ese monte que tantas veces recorrĆ­ de la mano de mi madre, una mujer nacida y criada bajo los algarrobos blancos y negros, quebrachos, tinti takos, tuscas e innumerables plantas de nuestra tierra; ese monte que canta por mi garganta y hace mĆŗsica a travĆ©s de mis manos.


Claro, seguramente para ustedes esto no significa absolutamente nada, pero para mĆ­ y para tantos paisanos significa la vida misma. Ustedes me invitan a callar y yo no acepto su ofensiva invitaciĆ³n. ¿Saben por quĆ©? Porque mis canciones y las de mis compaƱeros vienen de allĆ­, de ese lugar que ustedes detestan porque les impide seguir engordando sus cuentas bancarias en nombre de un supuesto progreso. Ese lugar, el bosque nativo, el que siempre nos dice la verdad.

Ustedes ofenden mi historia y a mi gente, al decir que busco el aplauso fĆ”cil. Eso es algo, seƱores, que ni yo ni ustedes podremos juzgar, solo el tiempo lo harĆ”. SĆ­ me veo en el deber de transmitirles humildemente que si buscara el aplauso fĆ”cil, serĆ­a la falta de respeto mayor que podrĆ­a hacerle a mi tierra y a mi pueblo. La tierra canta, llora, recuerda, camina, se manifiesta y nosotros la honramos como nuestra madre total, mientras que ustedes la castigan con sus topadoras y sus venenos “milagrosos”.

Son, segĆŗn se ve, miradas opuestas del mundo y de la vida.

Ustedes me acusan de generar “confusiĆ³n en la opiniĆ³n pĆŗblica” y de llevar la discusiĆ³n “al Ć”mbito de las ideologĆ­as extremas”. Dicen que eso “es lo que se pretende superar”. Desde hace mucho tiempo que otros seƱores como ustedes vienen vaticinando el fin de las ideologĆ­as. Quiero decirles que los desmontes irracionales que viene sufriendo nuestra tierra no son otra cosa que el resultado de una ideologĆ­a extrema, la de ustedes.

La verdad es que lo que “sorprende y preocupa” es la “escasa valoraciĆ³n” que ustedes tienen por la opiniĆ³n de muchos cientĆ­ficos serios y honestos, por el monte y por el campesinado. ¿Ustedes me piden argumentos cientĆ­ficos para sostener mi postura? Hay cientos de ellos, uno mĆ”s contundente y fehaciente que otro, hay tantos que no cabrĆ­an en esta pequeƱa carta. Les cuento, por si no estĆ”n al tanto, que muchos de estos argumentos fueron aportados por prestigiosas instituciones a las autoridades legislativas. En algĆŗn cajĆ³n deben estar.

Y tengo de los otros, de los que veo todos los dĆ­as, los de la gente destrozada en lo mĆ”s profundo de sus sueƱos, los de los pueblos inundados de preguntas y sin una sola respuesta, los de las manos lastimadas por las esquirlas de un sistema voraz y sangriento, los de tantos campesinos despojados de sus noches puras y de su medicina ancestral, en fin, los de una CĆ³rdoba desbastada en su naturaleza como pocos lugares en el mundo.

El monte nos enseƱa, todos los dĆ­as alguna lecciĆ³n nos da, nos purifica el alma y el camino. Es por eso, seƱores, que para arrasar con el monte que nos queda, digo, tendrĆ”n que mirar a sus hijos a la cara y luego pasar sobre nosotros.



Raly Barrionuevo."