El plan Castello y la central nuclear - Piedra OnLine

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domingo, 14 de mayo de 2017

El plan Castello y la central nuclear

La re-reelecciĆ³n de Weretilneck “es necesaria para estabilizar a Juntos”, sincerĆ³ el vice Pedro Pesatti. Al expuesto propĆ³sito siguieron las censuras de la oposiciĆ³n y la inquietud del oficialismo. ReflotĆ³ la intenciĆ³n de reforma constitucional, que el gobierno posterga porque su concreciĆ³n requiere inicialmente de fortaleza. SĆ³lo un triunfo en octubre permitirĆ­a el intento de la continuidad.

AsĆ­, la confesiĆ³n de Pesatti fue inoportuna para JSRN. EnrareciĆ³ una urgencia presente: aprobar rĆ”pidamente el plan Castello, que es el nĆŗcleo electoral de Weretilneck. Ese instrumento garantizarĆ” obras y aportes a los municipios.

Antes de partir a China, el gobernador pidiĆ³ que el proyecto se trate en la sesiĆ³n del 24. Ɖl volverĆ” un dĆ­a antes y se ocuparĆ” de los toques finales. La negociaciĆ³n quedĆ³ en Pesatti, Alejandro Palmieri y Facundo LĆ³pez, quienes tienen propuestas de cambios del FpV. ¿QuĆ© aceptarĆ”n? El manejo de los fondos irĆ” a un Fondo Fiduciario del Banco NaciĆ³n, abandonando la idea de RĆ­o Negro Fiduciaria, siempre con dudosa rigurosidad en el resguardo de los destinos. Otra concesiĆ³n serĆ­a que las asignaciones a los municipios no sean reintegrables, con esquemas diferenciales, porque el oficialismo no quiere liberar totalmente a los municipios mayores de las restituciones. Pueden existir otras reformas, pero si habrĆ” celeridad. Tiempo no sobra. EconomĆ­a advierte que no hay experiencia en este tipo de emisiones y se necesitarĆ”n cuatro a cinco meses. La colocaciĆ³n del bono en dĆ³lares no debe pasar de la primera quincena de octubre por los riesgos y previsibles fluctuaciones del mercado poselecciones.

Frente a la mayorĆ­a especial, el oficialismo requiere cinco o seis votos ajenos. Cuenta tres de los bloques menores, y busca al resto en el FpV. Esta incursiĆ³n sitiarĆ” a esa bancada. Su salida radicarĆ­a en otorgar “libertad de acciĆ³n” a sus miembros y no forzar una postura Ćŗnica del bloque, que no se lograrĆ”. ValdrĆ” la actitud de MartĆ­n Soria. No serĆ” Ć©l quien aliente ese quiebre, previo al proceso electoral. PriorizarĆ” sostener ese armado legislativo, sabiendo de la existencia de voluntades peronistas –incluyendo intendentes– proclives al plan gubernamental.

Lograda la ley Castello, el gobernador dispondrĆ­a de nuevas “promesas” para sus anclajes en cada pueblo. NaciĆ³n aportarĆ” otro elemento de inicial jaleo. En China, el presidente Mauricio Macri firmarĆ” este miĆ©rcoles convenios de financiamiento para la construcciĆ³n de dos centrales nucleares de generaciĆ³n de energĆ­a elĆ©ctrica. La primera serĆ” cerca de ZĆ”rate y la segunda en RĆ­o Negro.

El aƱo pasado, el ministro de EnergĆ­a, JosĆ© Aranguren, notificĆ³ al gobernador que revisĆ³ ese programa con equipos del Invap. El estudio de su localizaciĆ³n lleva seis meses. La conclusiĆ³n se sabrĆ” esta semana en SanghĆ”i. Cinco ciudades rionegrinas figuran como posibles sitios. Todas garantizan costas de rĆ­os o de mar, y aseguran estar fuera de Ć”reas sĆ­smicas. ¿Sierra Grande? Era una posibilidad, relativizada recientemente.

Ya asoman temores ambientales y fuertes resistencias a la central nuclear. SerĆ”n las aristas del debate que se viene con la contracara de los efectos econĆ³micos. NaciĆ³n reserva datos para su defensa: la inversiĆ³n llegarĆ” a los 8.000 millones de dĆ³lares, la construcciĆ³n durarĆ” de cuatro a cinco aƱos y se ocuparĆ”n 4.000 obreros. Su empleo permanente rondarĆ” los 800 empleados, de alta capacitaciĆ³n y salarios, proyectando una inyecciĆ³n anual de 500 millones de dĆ³lares en la regiĆ³n elegida. Con el anuncio, RĆ­o Negro caerĆ” en un gran meneo y exigirĆ” posicionamientos. Y Weretilneck ya estĆ” ubicado para capitalizar esa fastuosa aspiraciĆ³n energĆ©tica.

Antes, un retrato polĆ­tico dejarĆ”n hoy las elecciones en nueve municipios. Es un contexto reducido, pues ese padrĆ³n local equivale al 4% del provincial. Igual, aƱadirĆ” factores y trazos a la marcha hacia el 22 de octubre cuando, finalmente, la dirigencia traspase ilusiones o frustraciones.