Mapuches que defienden su identidad en la ciudad - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

domingo, 13 de agosto de 2017

Mapuches que defienden su identidad en la ciudad

Preservan la medicina, la cocina, la mĆŗsica y los saberes ancestrales.

Ana Laura Calducci
calduccia@lmneuquen.com.ar


NeuquĆ©n.- En el imaginario social, los mapuches son los que viven lejos en la cordillera y no saben nada de tecnologĆ­a ni tarjetas de crĆ©dito. Por eso, en las zonas urbanas se vuelven invisibles. En NeuquĆ©n capital hay tres comunidades que preservan su cultura y saberes ancestrales en un ambiente extraƱo, donde no hay tierra sino asfalto y las ceremonias se realizan en espacios cerrados. Puel Pvjv (EspĆ­ritu del Este) es uno de esos lof, una reuniĆ³n de familias con una historia en comĆŗn que defienden su identidad en la ciudad.

Puel Pvjv tiene su espacio de encuentro en el barrio Islas Malvinas. Constantemente llegan nuevos integrantes. La historia siempre es la misma: la familia empobrecida se vino a la capital provincial y dejĆ³ atrĆ”s la vida en comunidad.

“Ninguno eligiĆ³ migrar a una ciudad, somos desplazados, y reencontrarnos con nuestra identidad nos da fuerza porque el conocimiento mapuche reaparece en cada familia, aĆŗn cuando no estĆ© en una comunidad, es parte de nosotros, nuestro kimvn”, explicĆ³ AilĆ­n Piren Huenaiuen, la joven vocera del lof.
SeƱalĆ³ que recuperar las raĆ­ces no es sencillo, porque “la mirada que tienen ya desde la escuela es que sos sumiso y pobre, que tenĆ©s que ir con las plumas y no sabĆ©s manejar ni una computadora”.

AdemĆ”s, contĆ³ que “el niƱo tiene que romper con la vergĆ¼enza que le causa decir que es mapuche, porque se burlan o lo tratan de extranjero; los de nuestra generaciĆ³n somos hijos de quienes dieron ese paso”.

En el cole la miran todos

LihuĆ©n es otra de las jĆ³venes del lof. A diario toma el colectivo de la lĆ­nea 8 y mĆ”s de una vez, al verla vestida con su kvpam negro, le preguntaron de dĆ³nde venĆ­a. Ella, acostumbrada a que la consideren una extraƱa, aclara con paciencia que vive acĆ” nomĆ”s, a unas cuadras, y es mapuche, como gran parte de los vecinos, aĆŗn los que no se reconocen como tales.

IndicĆ³ que la comunidad le permitiĆ³ recuperar prĆ”cticas de sus abuelos. AdemĆ”s del WiƱoy Xipantv (aƱo nuevo) junto al rĆ­o, se hacen ceremonias menos conocidas en muchos barrios, como el Katan kawiƱ y Bakutuwvn (paso a la vida adulta) o el Meli Folil Kvpan (origen de cuatro raĆ­ces, el registro civil comunitario).

Saberes

Cada lof tiene su estatuto y autoridades. AllĆ­ se comparte la mĆŗsica, comida, platerĆ­a, telar, medicina y un sinfĆ­n de saberes que se transmiten de generaciĆ³n en generaciĆ³n, que mantienen vivo a un pueblo.

Hace 6 aƱos, dos lof urbanos lograron un convenio con el Municipio para tener un terreno en la meseta donde compartir la vida comunitaria. AĆŗn siguen esperando. AilĆ­n explicĆ³ que “ese es uno de nuestros proyectos mĆ”s importantes, porque para el mapuche la ciudad es difĆ­cil, somos gente de la tierra y acĆ” no la tenemos”.

Piezas de museo y prejuicios

Para explicar cĆ³mo opera el prejuicio, en el lof recurren a un ejemplo simple: si la comunidad vende sus tejidos y orfebrerĆ­a, se considera artesanĆ­a; cuando los vende un huinca, se exponen como objetos de lujo en un museo de arte.

“Seguimos siendo desplazados hoy”

Pety PiciƱam es referente filosĆ³fica en Puel Pvjv. Para ella no se puede analizar cĆ³mo viven hoy los mapuches sin considerar que renacieron de un despojo: el de sus tierras y sus vidas. “Somos descendientes de quienes sufrieron un genocidio, hubo un desplazamiento forzado de gran parte de las comunidades de origen, se perdieron identidades territoriales y seguimos siendo desplazados todavĆ­a hoy”, remarcĆ³.

ContĆ³ que “muchos chicos fueron apropiados por el sistema educativo fuera de sus comunidades, en albergues que no eran necesarios, y ahĆ­ no podĆ­an usar su vestimenta, su idioma; toda la primaria y secundaria aprendiendo a no ser mapuche y, cuando tenĆ­an que volver, sĆ³lo los esperaba la pobreza”.

IndicĆ³ que por dĆ©cadas los lof “se registraban como simples asociaciones y les imponĆ­an reglas, como que el que se va mĆ”s de dos aƱos no tiene derecho a regresar, y nuestros hermanos las hacĆ­an cumplir”.

Por eso, recalcĆ³, “hubo un 80 por ciento desplazado a las ciudades”. “NeuquĆ©n capital estĆ” llena de descendientes de mapuches y lo ves en los apellidos. El racismo aĆŗn es fuerte, se niega nuestra existencia, pero cada vez somos mĆ”s los que porfiadamente nos organizamos”, expresĆ³.