El cardenal Ratzinger, responsable durante 20 aƱos de la ocultaciĆ³n sistemĆ”tica de los abusos sexuales a menores por parte de miembros de la iglesia catĆ³lica. Este documental evidencia la intensa labor del Vaticano y el Papa Benedicto XVI para encubrir el abuso sexual a menores por parte de miembros de la Iglesia CatĆ³lica.
Se habla del documento en latĆn Crimen sollicitationis del Vaticano, fechado en 1962 y que durante 20 aƱos fue responsabilidad directa del hoy Papa Benedicto XVI y entonces cardenal Ratzinger. En el documento, resumido en pocas palabras, se ordena mediante el secreto de confesiĆ³n callar a los niƱos, a los sacerdotes implicados y a los testigos bajo pena de excomuniĆ³n. Este documento abarca tambiĆ©n las conductas homosexuales y zoofĆlicas que pudieran practicar los religiosos.
En el 2001 Ratzinger envĆa una correcciĆ³n del documento original, que hoy en dĆa sigue en vigor. Todo en Ć©l sigue igual menos una cosa: El Vaticano se arroga la competencia exclusiva de Ć©stos casos expresamente. Lo transmite como orden a todos los obispos del mundo. Esos mismos que luego le elegirĆan Papa.
Los obispos colaboraron y colaboran en el amparo del delito de la pederastia ocultando los casos, trasladando de iglesia a los pederastas, e incluso pagando en algunos casos a vĆctimas para callarlos. Un sacerdote durante diez aƱos encargado de callar a los niƱos en EEUU, afirma que disponĆa para ello de 5,5 millones de euros al aƱo. Las informaciones sobre Ć©stos asuntos se enviaban y envĆan al Vaticano mediante los nuncios, (los embajadores del Vaticano en cada paĆs), para aprovecharse de la impunidad de las valijas diplomĆ”ticas.
Al menos siete sacerdotes buscados por la justicia estadounidense, estĆ”n escondidos en el Vaticano o escondidos con su ayuda en terceros paĆses. Algunos de ellos fueron trasladados a sacerdocios sudamericanos y de otros paĆses empobrecidos permitiendo que siguieran cometiendo delitos sexuales.
Se habla del documento en latĆn Crimen sollicitationis del Vaticano, fechado en 1962 y que durante 20 aƱos fue responsabilidad directa del hoy Papa Benedicto XVI y entonces cardenal Ratzinger. En el documento, resumido en pocas palabras, se ordena mediante el secreto de confesiĆ³n callar a los niƱos, a los sacerdotes implicados y a los testigos bajo pena de excomuniĆ³n. Este documento abarca tambiĆ©n las conductas homosexuales y zoofĆlicas que pudieran practicar los religiosos.
En el 2001 Ratzinger envĆa una correcciĆ³n del documento original, que hoy en dĆa sigue en vigor. Todo en Ć©l sigue igual menos una cosa: El Vaticano se arroga la competencia exclusiva de Ć©stos casos expresamente. Lo transmite como orden a todos los obispos del mundo. Esos mismos que luego le elegirĆan Papa.
Los obispos colaboraron y colaboran en el amparo del delito de la pederastia ocultando los casos, trasladando de iglesia a los pederastas, e incluso pagando en algunos casos a vĆctimas para callarlos. Un sacerdote durante diez aƱos encargado de callar a los niƱos en EEUU, afirma que disponĆa para ello de 5,5 millones de euros al aƱo. Las informaciones sobre Ć©stos asuntos se enviaban y envĆan al Vaticano mediante los nuncios, (los embajadores del Vaticano en cada paĆs), para aprovecharse de la impunidad de las valijas diplomĆ”ticas.
Al menos siete sacerdotes buscados por la justicia estadounidense, estĆ”n escondidos en el Vaticano o escondidos con su ayuda en terceros paĆses. Algunos de ellos fueron trasladados a sacerdocios sudamericanos y de otros paĆses empobrecidos permitiendo que siguieran cometiendo delitos sexuales.
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