Un viejo árbol, de 150 años de antigüedad, se convirtió en el eje de discusión entre dos vecinas de la península San Pedro de Bariloche - Piedra OnLine

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jueves, 10 de diciembre de 2009

Un viejo árbol, de 150 años de antigüedad, se convirtió en el eje de discusión entre dos vecinas de la península San Pedro de Bariloche


El increíble juicio por un coihue que llegó al STJ
Un viejo árbol, de 150 años de antigüedad, se convirtió en el eje de discusión entre dos vecinas de la península San Pedro de Bariloche. El tema llegó a la Justicia, que determinó su tala.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El litigio por el corte de un árbol llegó hasta el Superior Tribunal de Justicia de Río Negro, en un largo camino judicial que demandó más de tres años, insumió horas de estudio y trabajo y motivó un crítico fallo del máximo organismo judicial. Todo comenzó con la discusión entre dos vecinas de la península San Pedro, por el apeo de un viejo coihue, reclamado por una y negado por la otra.

En su fallo el juez Alberto Balladini puntualizó que "la desnaturalización del proceso llevada a cabo en el juicio, con innumerables planteos recursivos articulados por los litigantes, no puede ser favorecida por el órgano jurisdiccional llevando la cuestión litigiosa a extremos que el ordenamiento procesal prohibe expresamente". Sostuvo que en el juicio las partes "abusaron de los recursos y desbordaron el proceso" y criticó que "las diferencias personales de los litigantes sean trasladadas con la anuencia técnica de sus letrados".

Todo comenzó el 6 de abril del 2006 cuando Catalina Gargiulo promovió una demanda por daño temido contra su vecina, Graciela René Alberto, en cuya propiedad crece un coihue, cuya poda y extracción había sido recomendada por Germán Fritz, técnico del Servicio Forestal Andino.

En primera instancia el juez recomendó la poda preventiva del ejemplar, para disminuir los riesgos de caída sobre la propiedad de Gargiulo, pero nuevas inspecciones llevaron a recomendar su extracción. No obstante Alberto presentó informes en favor del árbol y el juez ordenó la poda, cuyos gastos debía pagar la propietaria del coihue.

Esta medida fue apelada por Gargiulo y después la Cámara de Apelaciones hizo lugar al recurso, disponiendo la extracción del árbol e imponiendo las costas del juicio a la accionada. Contra dicha resolución la demandada interpuso un recurso de casación, que fue denegado por la Cámara, con lo cual recurrió al STJ.

En el ínterin el coihue fue podado y permaneció en el lugar hasta hoy. Además de Fritz intervino el perito designado en la causa, el agrónomo Clodomiro Ferreyra y técnicos convocados por las partes. Balladini indicó que "la actora y la demandada continuaron, hasta esta instancia extraordinaria, reiterando sus mismos cuestionamientos fácticos, cargados de connotaciones personales e imputaciones recíprocas, que revelan una muy diferente concepción del medio ambiente, lo que ha sido parte sustancial del debate entre ellas".

En su voto, al cual adhirió el juez Víctor Sodero Nievas, Balladini promovió el rechazo al recurso de casación y declaró la nulidad de la sentencia impugnada, que hizo lugar al recurso de apelación que había dispuesto la extracción del árbol. Asimismo, "atento la inoficiosidad de los recursos deducidos" el juicio no tiene costas, lo cual que cada parte pagará a su letrado. El coihue podado, de unos 150 años, continuará por ahora en el lugar.

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