Los personal trainers de los pichichos neuquinos - Piedra OnLine

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domingo, 14 de febrero de 2016

Los personal trainers de los pichichos neuquinos

Desde temprano y hasta altas horas del dĆ­a, los paseadores caminan las calles de la capital con varios canes de tiro. ¿CuĆ”les son los preferidos?


Flavio RamĆ­rez
ramirezf@lmneuquen.com.ar

Cuando las calles de la ciudad comienzan a tomar vida, ellos ya trabajan y caminan cientos de cuadras detrƔs de una jaurƭa. Son los paseaperros, los que cuidan y sacan a hacer ejercicio a las mascotas preferidas de los neuquinos.

20 perros son los que, por ordenanza municipal, puede llevar de tiro un paseador.

Su actividad estĆ” regulada por la Ordenanza 12.134, que establece un registro y pone lĆ­mites al nĆŗmero de animales que pueden llevar. En su mayorĆ­a son chicos y chicas jĆ³venes amantes de los perros. Algunos, los que llevan aƱos en esto, logran entenderlos a la perfecciĆ³n y conocen las mejores tĆ©cnicas para dominarlos sin que se peleen todos contra todos.

Fernando es uno de ellos. ComenzĆ³ a pasear perros de adolescente en su Buenos Aires natal, donde ayudaba a otros. DespuĆ©s se mudĆ³ a NeuquĆ©n y hoy hace 22 aƱos que se dedica a caminar con los canes. Es, oficialmente, el primer paseador de NeuquĆ©n.

A un costado de Parque Norte, en un rincĆ³n que pocos neuquinos conocen, en la calle AlbardĆ³n al 101 estĆ” lo que Ć©l llama su "oficina". Es un espacio verde plagado de grandes arbustos, eucaliptos, pinos y Ć”rboles secos. Cuando comenzĆ³ a ir, el lugar quedaba en el final de la ciudad; hoy el urbanismo terminarĆ” de consumirlo. Al lugar llegan todos los dĆ­as unos 40 paseadores para hacer que sus clientes correteen y jueguen libremente.

El muchacho estĆ” rodeado de una veintena de perros (el mĆ”ximo permitido por el municipio). Algunos estĆ”n acostados, otros juegan y unos pocos hacen la suya por ahĆ­. Estos Ćŗltimos, segĆŗn el paseador, son los mĆ”s obedientes. Entre ellos sobresale uno grande, que en soledad mira al resto.

Es ComĆŗ, el macho dominante, el que controla a los mĆ”s revoltosos. Cuando Ć©l entra en el grupo, todos lo siguen obedientes.

"Hay que identificar a los lĆ­deres, pero el verdadero lĆ­der es el propio paseador", indica Fernando mientras pega un grito para calmar a Leopoldo, un weimaraner que busca pelea.

Los paseadores precisan que es necesario tener una voz de autoridad que ellos puedan entender y acatar Ć³rdenes. "Hay que controlar la situaciĆ³n, mĆ”s cuando andĆ”s con los perros en la calle", aclara RaĆŗl, otro de los tantos caminantes de la capital, con correa en mano.

Los vecinos que viven en departamentos son los que mĆ”s llaman a los paseadores. Pero tambiĆ©n quienes tienen casas con grandes patios, dado que los animales necesitan varias horas de ejercicio por dĆ­a. Esto hace que muchos paseadores entablen una relaciĆ³n de confianza tan fuerte con la mascota, que hasta sus dueƱos les dan las llaves de sus casas para sacarlos y meterlos cuando ellos no estĆ”n.

Gustos y preferencias
Si bien todos los paseadores llevan perros de diferentes razas, ellos tienen sus preferencias a la hora de recomendar quĆ© tener en la casa. El primer lugar se lo llevan los ovejeros alemanes, por ser los mĆ”s obedientes, fieles y guardianes. Los border collie tambiĆ©n son elegidos por ser los mĆ”s inteligentes. Mientras que los labradores son los que mĆ”s problemas suelen dar por ser desobedientes y revoltosos. Todos coinciden en que los perros callejeros son los mĆ”s fieles y suelen ser obedientes. Aunque es comĆŗn verlos recorriendo las calles, tratan de evitar las plazas y los parques porque son lugares muy concurridos y van los niƱos. "Muchos se quejan y tienen miedo de que los perros los muerdan y hacen denuncias en las redes sociales contra nosotros", afirman.

Los vecinos se molestan porque los pichichos ensucian la ciudad. Sin embargo, todos los paseaperros llevan bolsitas para levantar la caca de sus clientes, algo que la inmensa mayorƭa de los dueƱos no hace. Hoy, contratar este servicio puede costar entre 350 y 1000 pesos mensuales, y para hacerlo hay que ubicar a los paseadores en sus recorridas matinales o por referencia. La tecnologƭa y las redes sociales tambiƩn ayudan.
Libertad fue la palabra mƔs usada por los paseaperros a la hora de explicar por quƩ eligieron esta actividad. La libertad de recorrer la ciudad junto con los seres que les fascinan, sin las ataduras de un empleo formal.

Famosos
Los que dejaron su huella en la ciudad

Como todas las ciudades, NeuquĆ©n tambiĆ©n tiene a sus perros con historia. Duky era un perro callejero adoptado por un conocido peluquero. Cuando el estilista muriĆ³, los vecinos se hicieron cargo de Ć©l. Como la perrera municipal lo atrapaba seguido, lograron un recurso de amparo para impedirlo y permitirle andar libre por las calles. Para poder distinguirlo, le tiƱeron la cola de color verde.

A mediados de los 90, un ciruja y su perro vivĆ­an cerca del policlĆ­nico ADOS. Cada vez que los enfermeros internaban al hombre para asearlo y curarlo de sus enfermedades, el animal lo esperaba en la puerta hasta que salĆ­a. Cuando el linyera muriĆ³, el perro se pasĆ³ ocho aƱos frente al sanatorio esperĆ”ndolo, como el histĆ³rico caso de Hachiko, el can japonĆ©s de raza akita recordado por su lealtad a su amo, el profesor Eisaburo Ueno, caso que tiempo mĆ”s tarde llegĆ³ al cine.