Massa armĆ³ su Frente Renovador cuando Cristina produjo un cisma en el peronismo a partir del 2012. Massa fue el polĆtico mĆ”s odiado durante ese tercer mandato kirchnerista, incluso mĆ”s que Macri, frente a quien muchos K destacaban que “decĆa lo que iba a hacer”.
Su imagen estĆ” viciada de dos sospechas: 1) no se sabe si es neoliberal o no (¿el hombre de Techint?, ¿el hombre de la embajada?); 2) no es progresista. Y no lo es. No tiene, por lo pronto, ninguno de los estribos bĆ”sicos y necesarios de la correcciĆ³n polĆtica. Su punitivismo ahora estĆ” mĆ”s medido en parte porque es opositor a un gobierno a su derecha y porque teje alianzas por izquierda (compuso una conversaciĆ³n con movimientos sociales o dirigentes como Margarita Stolbizer y Victoria Donda). Pero su demagogia punitiva le otorgĆ³ una pĆ”tina que reforzĆ³ prejuicios sobre Ć©l. Se sabe que el punitivista es el polĆtico inseguro. Es pillaje electoral de vuelo fugaz, subestimaciĆ³n del electorado, exacerbaciĆ³n del lobo. Es una agenda corta. Como ocurriĆ³ con Blumberg, Rico, Patti o De NarvĆ”ez: con punitivismo no se hace un polĆtico, por mĆ”s popularidad que tenga el discurso del orden.
Pero en estos aƱos Massa adquiriĆ³ un valor representativo: no se sabe quĆ© es del todo pero sĆ quĆ© representa el massismo. Dos cosas: 1) representa a la clase media baja; 2) representa a sectores del peronismo no cristinista. ¿QuĆ© clase media baja? La del Gran Buenos Aires, la del que envĆa sus hijos al colegio pĆŗblico y sufre los paros, los que perciben la inseguridad urbana como fondo cotidiano, y tambiĆ©n a los trabajadores que pagan ganancias, y los que no pagan ganancias y prefieren regular sus ascensos para no hacerlo, es decir, los que no cobran AUH ni pertenecen a las capas medias propietarias y/o progresistas. Gente que no desea la ayuda del Estado sino sacarse al Estado de encima, porque a eso estĆ” asociada la idea de “progreso”. La grasa argentina que escucha a Arjona: el white trash. SimultĆ”neamente es una electorabilidad sin una traducciĆ³n territorial tan firme, en intendencias bonaerenses el massismo tiene sĆ³lo 11 de las 135 (aunque su base firme se despliegue en el Gran Buenos Aires, y quizĆ”s proyecte con su virtual alianza con Margarita una penetraciĆ³n en el interior agrario).
La subsistencia y aĆŗn el aumento de votos entre las Generales y las PASO en el 2015 mostraron la estabilidad de esa representaciĆ³n. Massa se llevĆ³ la condiciĆ³n de mayorĆa del FpV quitĆ”ndole un 20% al Ćgneo 54% del 2011. Esa sustracciĆ³n le dio un poder que lo “empata” al kirchnerismo de un modo simbĆ³lico, a pesar de que el FpV nunca perdiĆ³ hasta el 2015 su condiciĆ³n de primera minorĆa (y la mediciĆ³n de Cristina se mantiene alta en la provincia de Buenos Aires). En definitiva, Massa le sacĆ³ la mayorĆa al kirchnerismo. ¿Pero quĆ© ocurriĆ³ tambiĆ©n? A Massa se le estableciĆ³ alrededor un elenco de polĆticos sĆ³lidos como Felipe SolĆ”, De la Sota, Graciela CamaƱo, Daniel Arroyo, Facundo Moyano, HĆ©ctor Daer, Aldo Pignagnelli, Roberto y Marco Lavagna y Alberto FernĆ”ndez, que con su nominaciĆ³n refuerzan lĆmites al espĆritu Catch-all del propio Massa. Una suerte de “nestorismo” o laborismo con raĆces en el tejido industrial (mucha palabra pyme en ese vocabulario, que tiene como uno de los mentores a De Mendiguren) y que le dio a la gelatina renovadora una consistencia un poco mĆ”s firme que la de los Redrado. ¿Empieza a ser el massismo un lĆmite para Massa? Por lo pronto, y al revĆ©s que Duhalde, el massismo aparece mejor que Massa. El desempeƱo de Graciela CamaƱo “contra” Aranguren la mostrĆ³ como la diputada mejor entrenada para la discusiĆ³n del tarifazo. De Duhalde se decĆa “es lo mejor del duhaldismo”. Y por supuesto, ¿quĆ© los organiza? La vocaciĆ³n de poder de Massa. ¿QuĆ© los limita? El propio juego de Massa de tira y afloje frente al gobierno y su ajuste.
¿Es el FR una estructura organizada? Por ahora es un elenco con lo inestable que tienen las relaciones de Massa, sometidas a una afectividad inquieta y los vicios de un infante con Whatsapp. Quienes lo critican lo llaman “deportivo Massa”: primero Massa, segundo Massa, tercero Massa. Tiene 16 de 257 diputados. Como con las intendencias: su presencia y proyecciĆ³n no es correlativa a sus representaciones. A Massa le gusta ser libre de elegir quĆ© pactos, cuĆ”ndo, con quiĆ©nes y por cuĆ”nto tiempo. ¿Cogobierna la Provincia con el Pro? Es el cĆ³mplice perfecto de Vidal. Ambos se buscaron. Y el presidente de la CĆ”mara de Diputados bonaerense es Jorge Sarghini. Entre las muchas razones que los unen existe la necesidad de dividir o debilitar al peronismo (como en la discusiĆ³n de la divisiĆ³n de La Matanza o el cepo a la re-reelecciĆ³n de intendentes).
Pensemos a Massa en el espejo de “su otro”, Mauricio Macri. Macri tambiĆ©n armĆ³ un elenco, pero a diferencia de Massa Macri armĆ³ un elenco de polĆticos creados por Ć©l: Gabriela Michetti o MarĆa Eugenia Vidal estĆ”n hechas a imagen y semejanza del Pro. De cara a la sociedad, son polĆticas al gusto de quienes no gustan de la polĆtica (un aspecto que por momentos evidencia mĆ”s el tipo de sociedad que proyecta el Pro que la realidad polĆtica de la misma). Las produjo Macri, las regula Macri. Hay mĆ”s casos (Marcos PeƱa, Esteban Bullrich, hasta Peter Robledo). Pero estas son las principales. E incluso Gabriela Michetti, como Lombardi o Montenegro, pagaron el costo de sus “desobediencias”. Es decir, Macri produce y disciplina su elenco. A los que sĆ trajo “de la polĆtica” (RodrĆguez Larreta, Cristian Ritondo, Santilli) los ordena administrĆ”ndoles su codicia. La diferencia entonces es que el elenco de Massa viene con valor agregado y no fueron creados por Ć©l. La “ideologĆa” de los massistas nombrados era anterior a su adhesiĆ³n, y no fue formateada ni regulada en la fundaciĆ³n SofĆa.
Otra diferencia es que Macri sĆ construyĆ³ un partido, una estructura. Y la dotĆ³ de una ideologĆa mĆ”s precisa: son mĆ”s o menos liberales. Liberales argentinos, a la que te criaste, pero liberales al fin. Se entiende. Massa convocĆ³ este elenco a riesgo de que cada uno sea un intĆ©rprete solista del massismo. Hasta acĆ”, la comparaciĆ³n con Macri.
¿QuĆ© punto en comĆŗn tiene Massa con Cristina? En principio dos cosas: la distancia con la estructura del peronismo y un discurso fijado a la “sociedad”. Se discutirĆ” mil veces si el kirchnerismo es una identidad en sĆ misma o una etapa del peronismo. Lo cierto es que dotĆ³ al peronismo en estos aƱos de una estructura de sentimientos. Lo que se llama “nueva mayorĆa”, lo que Cristina llama a crear, tiene un dibujo abstracto pulcrĆsimo (unir todas las fuerzas que se oponen al neoliberalismo) pero varios desafĆos polĆticos concretos: ¿se puede unir eso que Cristina, Massa y exkirchneristas representan? La foto del homenaje a la vieja renovaciĆ³n peronista mostrĆ³ “unidad” a costa de una mutilaciĆ³n retĆ³rica: no nombrar a nadie, o sĆ³lo nombrar a Cafiero. La palabra “renovaciĆ³n” era el mensaje pero no la soluciĆ³n: al peronismo funciona con la novedad que viene de afuera. Estructura + la captura del signo de los tiempos. Es lo que supo Menem, Kirchner y Cristina, y no supo Duhalde.
Como ocurriĆ³ con Blumberg, Rico, Patti o De NarvĆ”ez: con punitivismo no se hace un polĆtico, por mĆ”s popularidad que tenga el discurso del orden. Es un agenda corta.
Un “nestorismo” o laborismo con raĆces en el tejido industrial (mucha palabra pyme en ese vocabulario) que le dio una consistencia un poco mĆ”s firme que la de los Redrado.
Pero en estos aƱos Massa adquiriĆ³ un valor representativo: no se sabe quĆ© es del todo pero sĆ quĆ© representa el massismo. Dos cosas: 1) representa a la clase media baja; 2) representa a sectores del peronismo no cristinista. ¿QuĆ© clase media baja? La del Gran Buenos Aires, la del que envĆa sus hijos al colegio pĆŗblico y sufre los paros, los que perciben la inseguridad urbana como fondo cotidiano, y tambiĆ©n a los trabajadores que pagan ganancias, y los que no pagan ganancias y prefieren regular sus ascensos para no hacerlo, es decir, los que no cobran AUH ni pertenecen a las capas medias propietarias y/o progresistas. Gente que no desea la ayuda del Estado sino sacarse al Estado de encima, porque a eso estĆ” asociada la idea de “progreso”. La grasa argentina que escucha a Arjona: el white trash. SimultĆ”neamente es una electorabilidad sin una traducciĆ³n territorial tan firme, en intendencias bonaerenses el massismo tiene sĆ³lo 11 de las 135 (aunque su base firme se despliegue en el Gran Buenos Aires, y quizĆ”s proyecte con su virtual alianza con Margarita una penetraciĆ³n en el interior agrario).
La subsistencia y aĆŗn el aumento de votos entre las Generales y las PASO en el 2015 mostraron la estabilidad de esa representaciĆ³n. Massa se llevĆ³ la condiciĆ³n de mayorĆa del FpV quitĆ”ndole un 20% al Ćgneo 54% del 2011. Esa sustracciĆ³n le dio un poder que lo “empata” al kirchnerismo de un modo simbĆ³lico, a pesar de que el FpV nunca perdiĆ³ hasta el 2015 su condiciĆ³n de primera minorĆa (y la mediciĆ³n de Cristina se mantiene alta en la provincia de Buenos Aires). En definitiva, Massa le sacĆ³ la mayorĆa al kirchnerismo. ¿Pero quĆ© ocurriĆ³ tambiĆ©n? A Massa se le estableciĆ³ alrededor un elenco de polĆticos sĆ³lidos como Felipe SolĆ”, De la Sota, Graciela CamaƱo, Daniel Arroyo, Facundo Moyano, HĆ©ctor Daer, Aldo Pignagnelli, Roberto y Marco Lavagna y Alberto FernĆ”ndez, que con su nominaciĆ³n refuerzan lĆmites al espĆritu Catch-all del propio Massa. Una suerte de “nestorismo” o laborismo con raĆces en el tejido industrial (mucha palabra pyme en ese vocabulario, que tiene como uno de los mentores a De Mendiguren) y que le dio a la gelatina renovadora una consistencia un poco mĆ”s firme que la de los Redrado. ¿Empieza a ser el massismo un lĆmite para Massa? Por lo pronto, y al revĆ©s que Duhalde, el massismo aparece mejor que Massa. El desempeƱo de Graciela CamaƱo “contra” Aranguren la mostrĆ³ como la diputada mejor entrenada para la discusiĆ³n del tarifazo. De Duhalde se decĆa “es lo mejor del duhaldismo”. Y por supuesto, ¿quĆ© los organiza? La vocaciĆ³n de poder de Massa. ¿QuĆ© los limita? El propio juego de Massa de tira y afloje frente al gobierno y su ajuste.
¿Es el FR una estructura organizada? Por ahora es un elenco con lo inestable que tienen las relaciones de Massa, sometidas a una afectividad inquieta y los vicios de un infante con Whatsapp. Quienes lo critican lo llaman “deportivo Massa”: primero Massa, segundo Massa, tercero Massa. Tiene 16 de 257 diputados. Como con las intendencias: su presencia y proyecciĆ³n no es correlativa a sus representaciones. A Massa le gusta ser libre de elegir quĆ© pactos, cuĆ”ndo, con quiĆ©nes y por cuĆ”nto tiempo. ¿Cogobierna la Provincia con el Pro? Es el cĆ³mplice perfecto de Vidal. Ambos se buscaron. Y el presidente de la CĆ”mara de Diputados bonaerense es Jorge Sarghini. Entre las muchas razones que los unen existe la necesidad de dividir o debilitar al peronismo (como en la discusiĆ³n de la divisiĆ³n de La Matanza o el cepo a la re-reelecciĆ³n de intendentes).
Pensemos a Massa en el espejo de “su otro”, Mauricio Macri. Macri tambiĆ©n armĆ³ un elenco, pero a diferencia de Massa Macri armĆ³ un elenco de polĆticos creados por Ć©l: Gabriela Michetti o MarĆa Eugenia Vidal estĆ”n hechas a imagen y semejanza del Pro. De cara a la sociedad, son polĆticas al gusto de quienes no gustan de la polĆtica (un aspecto que por momentos evidencia mĆ”s el tipo de sociedad que proyecta el Pro que la realidad polĆtica de la misma). Las produjo Macri, las regula Macri. Hay mĆ”s casos (Marcos PeƱa, Esteban Bullrich, hasta Peter Robledo). Pero estas son las principales. E incluso Gabriela Michetti, como Lombardi o Montenegro, pagaron el costo de sus “desobediencias”. Es decir, Macri produce y disciplina su elenco. A los que sĆ trajo “de la polĆtica” (RodrĆguez Larreta, Cristian Ritondo, Santilli) los ordena administrĆ”ndoles su codicia. La diferencia entonces es que el elenco de Massa viene con valor agregado y no fueron creados por Ć©l. La “ideologĆa” de los massistas nombrados era anterior a su adhesiĆ³n, y no fue formateada ni regulada en la fundaciĆ³n SofĆa.
Otra diferencia es que Macri sĆ construyĆ³ un partido, una estructura. Y la dotĆ³ de una ideologĆa mĆ”s precisa: son mĆ”s o menos liberales. Liberales argentinos, a la que te criaste, pero liberales al fin. Se entiende. Massa convocĆ³ este elenco a riesgo de que cada uno sea un intĆ©rprete solista del massismo. Hasta acĆ”, la comparaciĆ³n con Macri.
¿QuĆ© punto en comĆŗn tiene Massa con Cristina? En principio dos cosas: la distancia con la estructura del peronismo y un discurso fijado a la “sociedad”. Se discutirĆ” mil veces si el kirchnerismo es una identidad en sĆ misma o una etapa del peronismo. Lo cierto es que dotĆ³ al peronismo en estos aƱos de una estructura de sentimientos. Lo que se llama “nueva mayorĆa”, lo que Cristina llama a crear, tiene un dibujo abstracto pulcrĆsimo (unir todas las fuerzas que se oponen al neoliberalismo) pero varios desafĆos polĆticos concretos: ¿se puede unir eso que Cristina, Massa y exkirchneristas representan? La foto del homenaje a la vieja renovaciĆ³n peronista mostrĆ³ “unidad” a costa de una mutilaciĆ³n retĆ³rica: no nombrar a nadie, o sĆ³lo nombrar a Cafiero. La palabra “renovaciĆ³n” era el mensaje pero no la soluciĆ³n: al peronismo funciona con la novedad que viene de afuera. Estructura + la captura del signo de los tiempos. Es lo que supo Menem, Kirchner y Cristina, y no supo Duhalde.
Como ocurriĆ³ con Blumberg, Rico, Patti o De NarvĆ”ez: con punitivismo no se hace un polĆtico, por mĆ”s popularidad que tenga el discurso del orden. Es un agenda corta.
Un “nestorismo” o laborismo con raĆces en el tejido industrial (mucha palabra pyme en ese vocabulario) que le dio una consistencia un poco mĆ”s firme que la de los Redrado.