Hablemos de Massa - Piedra OnLine

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martes, 20 de septiembre de 2016

Hablemos de Massa


Massa armó su Frente Renovador cuando Cristina produjo un cisma en el peronismo a partir del 2012. Massa fue el polĆ­tico mĆ”s odiado durante ese tercer mandato kirchnerista, incluso mĆ”s que Macri, frente a quien muchos K destacaban que “decĆ­a lo que iba a hacer”. 

Su imagen estĆ” viciada de dos sospechas: 1) no se sabe si es neoliberal o no (¿el hombre de Techint?, ¿el hombre de la embajada?); 2) no es progresista. Y no lo es. No tiene, por lo pronto, ninguno de los estribos bĆ”sicos y necesarios de la corrección polĆ­tica. Su punitivismo ahora estĆ” mĆ”s medido en parte porque es opositor a un gobierno a su derecha y porque teje alianzas por izquierda (compuso una conversación con movimientos sociales o dirigentes como Margarita Stolbizer y Victoria Donda). Pero su demagogia punitiva le otorgó una pĆ”tina que reforzó prejuicios sobre Ć©l. Se sabe que el punitivista es el polĆ­tico inseguro. Es pillaje electoral de vuelo fugaz, subestimación del electorado, exacerbación del lobo. Es una agenda corta. Como ocurrió con Blumberg, Rico, Patti o De NarvĆ”ez: con punitivismo no se hace un polĆ­tico, por mĆ”s popularidad que tenga el discurso del orden.

Pero en estos aƱos Massa adquirió un valor representativo: no se sabe quĆ© es del todo pero sĆ­ quĆ© representa el massismo. Dos cosas: 1) representa a la clase media baja; 2) representa a sectores del peronismo no cristinista. ¿QuĆ© clase media baja? La del Gran Buenos Aires, la del que envĆ­a sus hijos al colegio pĆŗblico y sufre los paros, los que perciben la inseguridad urbana como fondo cotidiano, y tambiĆ©n a los trabajadores que pagan ganancias, y los que no pagan ganancias y prefieren regular sus ascensos para no hacerlo, es decir, los que no cobran AUH ni pertenecen a las capas medias propietarias y/o progresistas. Gente que no desea la ayuda del Estado sino sacarse al Estado de encima, porque a eso estĆ” asociada la idea de “progreso”. La grasa argentina que escucha a Arjona: el white trash. SimultĆ”neamente es una electorabilidad sin una traducción territorial tan firme, en intendencias bonaerenses el massismo tiene sólo 11 de las 135 (aunque su base firme se despliegue en el Gran Buenos Aires, y quizĆ”s proyecte con su virtual alianza con Margarita una penetración en el interior agrario).

La subsistencia y aĆŗn el aumento de votos entre las Generales y las PASO en el 2015 mostraron la estabilidad de esa representación. Massa se llevó la condición de mayorĆ­a del FpV quitĆ”ndole un 20% al Ć­gneo 54% del 2011. Esa sustracción le dio un poder que lo “empata” al kirchnerismo de un modo simbólico, a pesar de que el FpV nunca perdió hasta el 2015 su condición de primera minorĆ­a (y la medición de Cristina se mantiene alta en la provincia de Buenos Aires). En definitiva, Massa le sacó la mayorĆ­a al kirchnerismo. ¿Pero quĆ© ocurrió tambiĆ©n? A Massa se le estableció alrededor un elenco de polĆ­ticos sólidos como Felipe SolĆ”, De la Sota, Graciela CamaƱo, Daniel Arroyo, Facundo Moyano, HĆ©ctor Daer, Aldo Pignagnelli, Roberto y Marco Lavagna y Alberto FernĆ”ndez, que con su nominación refuerzan lĆ­mites al espĆ­ritu Catch-all del propio Massa. Una suerte de “nestorismo” o laborismo con raĆ­ces en el tejido industrial (mucha palabra pyme en ese vocabulario, que tiene como uno de los mentores a De Mendiguren) y que le dio a la gelatina renovadora una consistencia un poco mĆ”s firme que la de los Redrado. ¿Empieza a ser el massismo un lĆ­mite para Massa? Por lo pronto, y al revĆ©s que Duhalde, el massismo aparece mejor que Massa. El desempeƱo de Graciela CamaƱo “contra” Aranguren la mostró como la diputada mejor entrenada para la discusión del tarifazo. De Duhalde se decĆ­a “es lo mejor del duhaldismo”. Y por supuesto, ¿quĆ© los organiza? La vocación de poder de Massa. ¿QuĆ© los limita? El propio juego de Massa de tira y afloje frente al gobierno y su ajuste.

¿Es el FR una estructura organizada? Por ahora es un elenco con lo inestable que tienen las relaciones de Massa, sometidas a una afectividad inquieta y los vicios de un infante con Whatsapp. Quienes lo critican lo llaman “deportivo Massa”: primero Massa, segundo Massa, tercero Massa. Tiene 16 de 257 diputados. Como con las intendencias: su presencia y proyección no es correlativa a sus representaciones. A Massa le gusta ser libre de elegir quĆ© pactos, cuĆ”ndo, con quiĆ©nes y por cuĆ”nto tiempo. ¿Cogobierna la Provincia con el Pro? Es el cómplice perfecto de Vidal. Ambos se buscaron. Y el presidente de la CĆ”mara de Diputados bonaerense es Jorge Sarghini. Entre las muchas razones que los unen existe la necesidad de dividir o debilitar al peronismo (como en la discusión de la división de La Matanza o el cepo a la re-reelección de intendentes).

Pensemos a Massa en el espejo de “su otro”, Mauricio Macri. Macri tambiĆ©n armó un elenco, pero a diferencia de Massa Macri armó un elenco de polĆ­ticos creados por Ć©l: Gabriela Michetti o MarĆ­a Eugenia Vidal estĆ”n hechas a imagen y semejanza del Pro. De cara a la sociedad, son polĆ­ticas al gusto de quienes no gustan de la polĆ­tica (un aspecto que por momentos evidencia mĆ”s el tipo de sociedad que proyecta el Pro que la realidad polĆ­tica de la misma). Las produjo Macri, las regula Macri. Hay mĆ”s casos (Marcos PeƱa, Esteban Bullrich, hasta Peter Robledo). Pero estas son las principales. E incluso Gabriela Michetti, como Lombardi o Montenegro, pagaron el costo de sus “desobediencias”. Es decir, Macri produce y disciplina su elenco. A los que sĆ­ trajo “de la polĆ­tica” (RodrĆ­guez Larreta, Cristian Ritondo, Santilli) los ordena administrĆ”ndoles su codicia. La diferencia entonces es que el elenco de Massa viene con valor agregado y no fueron creados por Ć©l. La “ideologĆ­a” de los massistas nombrados era anterior a su adhesión, y no fue formateada ni regulada en la fundación SofĆ­a.

Otra diferencia es que Macri sí construyó un partido, una estructura. Y la dotó de una ideología mÔs precisa: son mÔs o menos liberales. Liberales argentinos, a la que te criaste, pero liberales al fin. Se entiende. Massa convocó este elenco a riesgo de que cada uno sea un intérprete solista del massismo. Hasta acÔ, la comparación con Macri.

¿QuĆ© punto en comĆŗn tiene Massa con Cristina? En principio dos cosas: la distancia con la estructura del peronismo y un discurso fijado a la “sociedad”. Se discutirĆ” mil veces si el kirchnerismo es una identidad en sĆ­ misma o una etapa del peronismo. Lo cierto es que dotó al peronismo en estos aƱos de una estructura de sentimientos. Lo que se llama “nueva mayorĆ­a”, lo que Cristina llama a crear, tiene un dibujo abstracto pulcrĆ­simo (unir todas las fuerzas que se oponen al neoliberalismo) pero varios desafĆ­os polĆ­ticos concretos: ¿se puede unir eso que Cristina, Massa y exkirchneristas representan? La foto del homenaje a la vieja renovación peronista mostró “unidad” a costa de una mutilación retórica: no nombrar a nadie, o sólo nombrar a Cafiero. La palabra “renovación” era el mensaje pero no la solución: al peronismo funciona con la novedad que viene de afuera. Estructura + la captura del signo de los tiempos. Es lo que supo Menem, Kirchner y Cristina, y no supo Duhalde.
Como ocurrió con Blumberg, Rico, Patti o De NarvÔez: con punitivismo no se hace un político, por mÔs popularidad que tenga el discurso del orden. Es un agenda corta.


Un “nestorismo” o laborismo con raĆ­ces en el tejido industrial (mucha palabra pyme en ese vocabulario) que le dio una consistencia un poco mĆ”s firme que la de los Redrado.