Estados Unidos ha calificado de estĆŗpido el ingreso de Zelaya a tierras HondureƱas, esto, sumado a su particular discurso ha traĆdo consigo mĆ”s violencia, mĆ”s muertes y mĆ”s desapariciones. Mi pregunta es, ¿quĆ© habrĆa hecho ud?¿quĆ© habrĆa hecho Bush u Obama ante la alternativa de quedarse marginado por el resto de su vida vagabundeando de paĆs en paĆs o estar en el ojo del huracĆ”n? Dianita lo habĆa dicho ya anteriormente: era regresar o morir en el intento.
Mientras tanto, la preocupaciĆ³n por la situaciĆ³n de los derechos humanos en Honduras va en aumento. Al menos doce personas murieron violentamente en las protestas contra el golpe del 28 de junio, mientras que otras cien han sufrido heridas y lesiones a causa de la represiĆ³n por parte de las fuerzas de seguridad del rĆ©gimen de facto. Esta situaciĆ³n se agravĆ³ mĆ”s con el cierre de dos medios de comunicaciĆ³n de lĆnea opositora: Canal 36 y Radio Globo y de la golpiza de la que fueron vĆctimas Alberto Cardona y Rony SĆ”nchez, periodistas guatemaltecos.
Mientras tanto, Mel Zelaya es un refugiado. Ha perdido la fuerza y el poder polĆtico que tenĆa en un inicio y ahora luce mĆ”s viejo.
Honduras va de mal en peor y no hace mĆ”s que describir lo que sucediĆ³ en LatinoamĆ©rica el siglo pasado. Es como el niƱo que creciĆ³ de Ćŗltimo. A Honduras le ha llegado la hora, y deberĆ” enfrentar esa prueba como le tocĆ³ a El Salvador en los ochentas y a Guatemala en los sesentas.
Lamento mucho la situaciĆ³n de mi hermana repĆŗblica. Pero de no funcionar las elecciones democrĆ”ticas y justas, no veo otra salida mĆ”s que la violencia, que traerĆ” consigo mucha mĆ”s miseria y destrucciĆ³n en uno de los paĆses mĆ”s pobres de AmĆ©rica Latina.
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