El ex jefe de Gabinete dijo que se "apenó" al oír a la Presidenta pedir independencia a los jueces. El ex hombre fuerte del Gobierno dijo que Cristina Kirchner presionó a los jueces cuando les pidió "no dejarse presionar".
Buenos Aires (NA) > El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández acusó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de presionar a los jueces y dijo haberse "apenado mucho" con las declaraciones de la mandataria, cuando pidió que los magistrados tengan "independencia de los poderes económicos".
"Me apena mucho escuchar a la Presidenta diciéndole a los jueces que no se dejen presionar, presionándolos", sostuvo Fernández, al tiempo que llamó a "fortalecer la institucionalidad".
De esta manera, el ex jefe de Gabinete volvió a diferenciarse del Gobierno del que formó parte hasta mediados de 2008.
"El gobierno de Néstor Kirchner ha hecho un avance enorme en materia de calidad institucional con la Corte Suprema, pero después me apena mucho escuchar a la Presidenta diciéndole a los jueces que no se dejen presionar, presionándolos", afirmó.
Así se refirió a las declaraciones que realizó la jefa de Estado durante un acto en La Pampa, donde consideró que "los jueces deben tener independencia de los poderes políticos de turno y es correcto. Pero también deben tener hoy más que nunca independencia de los poderes económicos".
En declaraciones radiales, advirtió que en la Argentina hay "infinitos problemas, uno de los cuales es el de terminar de fortalecer la institucionalidad, que va y viene permanentemente".
"Hay una serie de cosas que han venido ocurriendo últimamente que no hablan de calidad institucional. Hay mucho para hacer en esta materia, lo mismo que en economía", remarcó el ex hombre fuerte del kirchnerismo.
Fernández también reclamó a la dirigencia política avanzar en políticas eficaces de lucha contra el delito. Señaló que "hay un montón de cosas para hacer en la coyuntura que son valiosas como, por ejemplo, desalentar la facilidad del delito".
El ex funcionario kirchnerista estimó imprescindible tener "una policía idónea, al servicio de la gente, una policía no corrupta". Advirtió que cualquier política debe enmarcarse en un conjunto de medidas a corto, mediano y largo plazo, porque si es asilada, "se convierte en palabrerío".
Buenos Aires (NA) > El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández acusó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de presionar a los jueces y dijo haberse "apenado mucho" con las declaraciones de la mandataria, cuando pidió que los magistrados tengan "independencia de los poderes económicos".
"Me apena mucho escuchar a la Presidenta diciéndole a los jueces que no se dejen presionar, presionándolos", sostuvo Fernández, al tiempo que llamó a "fortalecer la institucionalidad".
De esta manera, el ex jefe de Gabinete volvió a diferenciarse del Gobierno del que formó parte hasta mediados de 2008.
"El gobierno de Néstor Kirchner ha hecho un avance enorme en materia de calidad institucional con la Corte Suprema, pero después me apena mucho escuchar a la Presidenta diciéndole a los jueces que no se dejen presionar, presionándolos", afirmó.
Así se refirió a las declaraciones que realizó la jefa de Estado durante un acto en La Pampa, donde consideró que "los jueces deben tener independencia de los poderes políticos de turno y es correcto. Pero también deben tener hoy más que nunca independencia de los poderes económicos".
En declaraciones radiales, advirtió que en la Argentina hay "infinitos problemas, uno de los cuales es el de terminar de fortalecer la institucionalidad, que va y viene permanentemente".
"Hay una serie de cosas que han venido ocurriendo últimamente que no hablan de calidad institucional. Hay mucho para hacer en esta materia, lo mismo que en economía", remarcó el ex hombre fuerte del kirchnerismo.
Fernández también reclamó a la dirigencia política avanzar en políticas eficaces de lucha contra el delito. Señaló que "hay un montón de cosas para hacer en la coyuntura que son valiosas como, por ejemplo, desalentar la facilidad del delito".
El ex funcionario kirchnerista estimó imprescindible tener "una policía idónea, al servicio de la gente, una policía no corrupta". Advirtió que cualquier política debe enmarcarse en un conjunto de medidas a corto, mediano y largo plazo, porque si es asilada, "se convierte en palabrerío".
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