La solución podría ser mediante la inyección de resinas. Llega después de 18 años, el tiempo que llevó que fraguara el hormigón.
Por debajo de El Chocón se cavó un túnel que permite auscular mejor la obra. El gigante del Limay: Piedra del Águila es la más alta y potente de las represas de la región.
NEUQUÉN (AN) - La reparación de las fisuras en la presa Piedra del Águila tardarán mucho tiempo porque nadie sabe con exactitud qué hay dentro de esas moles de hormigón que conforman cada módulo de la obra. Inyectarán resinas epoxi con procedimientos que aún no fueron establecidos y que seguramente serán diferentes, según el caso, porque hay grietas de hasta 30 metros de alto.
Las fisuras se produjeron hace 18 años, en el momento del llenado del embalse, como consecuencia del contraste de temperatura y demás condiciones externas entre el calor del hormigón, la temperatura del agua y la de la intemperie.
El manual indica que había que esperar 20 años para que el hormigón fraguara y se disipara el calor de la energía que libera el núcleo de cada bloque.
Piedra del Águila es la única de las presas del norte de la Patagonia que no es de tierra, sino de hormigón. Está conformada por bloques de formas casi de triángulo rectángulo.
Esos bloques tienen volúmenes enormes: de lado a lado puede llegar a haber un espesor de hasta 50 o 60 metros. Para fraguar semejante masa, es preciso esperar un tiempo también extenso. Los termómetros que se instalaron dentro de la presa permiten ahora tener la certeza de que la temperatura en el corazón de la obra llegó a un nivel que permite ir programando las tareas de reparación.
La seguridad de las presas está garantizada en la región por la acción de los ingenieros de las empresas privadas que tienen sus concesiones, pero sobre todo por la fiscalización de la regional Comahue del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep). No lo dicen sus funcionarios, sino lo más reconocidos especialistas de todo el mundo que suelen ser consultores independientes de las compañías.
Fuentes técnicas del Orsep explicaron que la concesionaria de la presa, en manos de una sociedad controlada por la familia Miguen-Bemberg, está estudiando el marco técnico del llamado a concurso a empresas nacionales e internacionales que están en condiciones de llevar adelante la reparación.
Dijeron que será una tarea de prueba y error porque, como ocurre muchas veces con la ingeniería, se buscará en cada momento la mejor solución a cada problema.
Lo que sí se estima es que se inyecten resinas epoxis, que tienen costos muy altos en nuestro país. Las tareas se realizarán desde las galerías que tiene el interior de la obra y no serán sencillas porque es probable que primero sea necesario purgar el aire que hay dentro de cada fisura y, luego, realizar perforaciones para tomar testigos.
Además las fisuras (que son tres, descubiertas en 1992 y 1993) presentan tamaños diferentes aunque son todas verticales; la mayor tiene una altura de 30 metros, equivalente a un edificio de 10 pisos. Puede parecer un tamaño demasiado grande, pero Piedra del Aguila se levanta desde la altura original del río más de 170 metros.
La inversión, como quedó establecido en los contratos de concesión, correrá por cuenta del privado, que tiene en sus manos la operación y el mantenimiento de la obra hasta 2023.
Cada acción de reparación tendrá que contar, además, con la aprobación de los ingenieros del Orsep y, seguramente, luego de terminadas las labores un panel con participación de consultores independientes dictaminará sobre el resultado de las acciones.
MARTÍN BELVIS
Por debajo de El Chocón se cavó un túnel que permite auscular mejor la obra. El gigante del Limay: Piedra del Águila es la más alta y potente de las represas de la región.
NEUQUÉN (AN) - La reparación de las fisuras en la presa Piedra del Águila tardarán mucho tiempo porque nadie sabe con exactitud qué hay dentro de esas moles de hormigón que conforman cada módulo de la obra. Inyectarán resinas epoxi con procedimientos que aún no fueron establecidos y que seguramente serán diferentes, según el caso, porque hay grietas de hasta 30 metros de alto.
Las fisuras se produjeron hace 18 años, en el momento del llenado del embalse, como consecuencia del contraste de temperatura y demás condiciones externas entre el calor del hormigón, la temperatura del agua y la de la intemperie.
El manual indica que había que esperar 20 años para que el hormigón fraguara y se disipara el calor de la energía que libera el núcleo de cada bloque.
Piedra del Águila es la única de las presas del norte de la Patagonia que no es de tierra, sino de hormigón. Está conformada por bloques de formas casi de triángulo rectángulo.
Esos bloques tienen volúmenes enormes: de lado a lado puede llegar a haber un espesor de hasta 50 o 60 metros. Para fraguar semejante masa, es preciso esperar un tiempo también extenso. Los termómetros que se instalaron dentro de la presa permiten ahora tener la certeza de que la temperatura en el corazón de la obra llegó a un nivel que permite ir programando las tareas de reparación.
La seguridad de las presas está garantizada en la región por la acción de los ingenieros de las empresas privadas que tienen sus concesiones, pero sobre todo por la fiscalización de la regional Comahue del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep). No lo dicen sus funcionarios, sino lo más reconocidos especialistas de todo el mundo que suelen ser consultores independientes de las compañías.
Fuentes técnicas del Orsep explicaron que la concesionaria de la presa, en manos de una sociedad controlada por la familia Miguen-Bemberg, está estudiando el marco técnico del llamado a concurso a empresas nacionales e internacionales que están en condiciones de llevar adelante la reparación.
Dijeron que será una tarea de prueba y error porque, como ocurre muchas veces con la ingeniería, se buscará en cada momento la mejor solución a cada problema.
Lo que sí se estima es que se inyecten resinas epoxis, que tienen costos muy altos en nuestro país. Las tareas se realizarán desde las galerías que tiene el interior de la obra y no serán sencillas porque es probable que primero sea necesario purgar el aire que hay dentro de cada fisura y, luego, realizar perforaciones para tomar testigos.
Además las fisuras (que son tres, descubiertas en 1992 y 1993) presentan tamaños diferentes aunque son todas verticales; la mayor tiene una altura de 30 metros, equivalente a un edificio de 10 pisos. Puede parecer un tamaño demasiado grande, pero Piedra del Aguila se levanta desde la altura original del río más de 170 metros.
La inversión, como quedó establecido en los contratos de concesión, correrá por cuenta del privado, que tiene en sus manos la operación y el mantenimiento de la obra hasta 2023.
Cada acción de reparación tendrá que contar, además, con la aprobación de los ingenieros del Orsep y, seguramente, luego de terminadas las labores un panel con participación de consultores independientes dictaminará sobre el resultado de las acciones.
MARTÍN BELVIS
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