“Pancho” Varallo es el único que sobrevive del primer Mundial - Piedra OnLine

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viernes, 5 de febrero de 2010

“Pancho” Varallo es el único que sobrevive del primer Mundial

























Mañana, el pueblo boquense vive un acontecimiento singular porque se conmemoran los 100 años de existencia del máximo goleador de la institución en el profesionalismo, en campeonatos oficiales de la Asociación del Fútbol Argentino.
En 1933, como en tantos otros años, “Pancho” Varallo fue el máximo artillero de Boca con cifras estupendas: en ese período marcó 34 goles en 34 partidos.

Tomás Rodríguez (Especial para El Litoral)

Nació en barrio Los Hornos, comenzó a jugar al fútbol a los 12 años en 12 de Octubre de la capital bonaerense y debutó en Gimnasia y Esgrima seis temporadas después.

El “Jugador Número 12” lo apodó “Cañoncito”, manteniendo un idilio durante casi una década que defendió la camiseta azul-oro, siendo el máximo artillero, si se cuenta sólo la era profesional con 181 tantos en 209 partidos de la división superior en campeonatos regulares patrocinados por la AFA.
Participación internacional

Integró la selección argentina, con la que debutó un 25 de mayo frente a Uruguay, empatando uno a uno, con un gol suyo en la Copa Lipton. Con este equipo nacional salió subcampeón mundial en 1930 y siete temporadas después fue campeón sudamericano.
En Vélez

Luego, las autoridades de Boca Juniors lo cedieron en calidad de préstamo a Vélez Sarsfield, durante una gira de la “V” azulada que duró cinco meses por Chile, Perú, Cuba, México y Estados Unidos, durante el periplo convirtió 20 goles, teniendo como compañero a Bernabé Ferreira, la figura descollante de Tigre, antes de triunfar en River Plate.
Su primer grito

En 1931 llegó a Boca Juniors y debutó el 31 de mayo frente a Chacarita Juniors. Su primer grito de gol defendiendo la malla del conjunto de la ribera fue frente a Ferro Carril Oeste, ganando Boca Juniors por 2 a 1.

El viernes 3 de febrero de 2006, en el curso del sexagésimo congreso ordinario, la Confederación Sudamericana de Fútbol le tributó un reconocimiento a su destacada campaña y brindó un homenaje al ex internacional argentino, por ser el único sobreviviente de la final del Mundial Uruguay ‘30.

El incomparable “Pancho” Varallo recibió por parte de las autoridades de la CSF la Orden al Mérito del Fútbol Sudamericano por su extraordinaria campaña.

La trayectoria

Su trayectoria en Boca Juniors señala que fue titular por nueve años, conformando un trío central inolvidable con Delfín Benítez Cáceres y Roberto “Cabecita de Oro” Cherro (el futbolista de Barracas que más tantos anotó con la casaca auriazul en el amateurismo y profesionalismo).

En su paso imborrable por Boca Juniors aportó su capacidad goleadora para conseguir 130 victorias, 34 empates y 45 derrotas, anotando su equipo 509 tantos, y su valla fue vencida 270 veces, según datos proporcionados por “La Historia de Boca”.

Grave lesión y despedida

El último partido en el que defendió la camiseta xeneize fue el 2 de diciembre de 1939 contra F. C. Oeste, retirándose de la práctica activa del fútbol a los 29 años, por una lesión de meniscos de la que no pudo recuperarse. Se coronó campeón con Boca Juniors en 1931, 1934 y 1935, respectivamente.
Su especialidad

En 1931 se inició un nuevo período para el fútbol argentino, la era profesional. Boca Juniors era el principal animador del torneo, conquistando la séptima estrella de su historia y la primera en el fútbol rentado.

Comenzó a defender la camiseta de Boca Juniors el internacional Francisco “Pancho” Varallo, el máximo goleador en la historia de esa entidad. Concedió, además, en esa temporada el pase a Florentino Vargas, quien convirtió el primer tanto del club de la ribera en el fútbol rentado.

Varallo fue el gran goleador boquense de la década del ‘30 del siglo pasado, mostrando siempre la imagen de la pujanza arrolladora. Su especialidad eran los goles de “agonía” para ganar o empatar sobre el final partidos importantes para esa entidad.
Noches de tango y copas

“Cañoncito” Varallo era un especialista en los tiros libres penales; con Boca ejecutó 22, convirtió 18, desvió uno y le atajaron tres. Varallo era un amante de la noche porteña, pero, además, adepto a los entrenamientos; por lo tanto, nunca tuvo problemas para conjugar su amor por el tango con su carrera como jugador.

Asimismo, siempre reconoció que Roberto Cherro también fue su compadre fuera de la cancha.
Épocas de grandes goleadores

Durante su carrera futbolística se codeó permanentemente en la cima de la tabla de goleadores con jugadores de la talla de Alberto Máximo Zozaya (Estudiantes y Racing Club), Bernabé Ferreyra (Tigre-River Plate), Arturo Naón (Gimnasia y Esgrima, San Lorenzo de Almagro y Racing Club), Agustín Cosso (San Lorenzo de Almagro) y Delfín “Machetero” Benítez Cáceres (Boca Juniors y Racing Club). Por otra parte, fue integrante del seleccionado argentino en el Campeonato Sudamericano celebrado en Buenos Aires, ganado por la Argentina, en un dramático final, en 1937.
“No nací para técnico”

Entre 1957 y 1959 dirigió a Gimnasia y Esgrima de La Plata, pero, según él mismo declaró, esa función no era para él. En la actualidad, vive en la esquina de 60 y 25 en la ciudad de las diagonales, en la misma casa que compró con su contrato de 1931.

Cabe consignar, finalmente, que sus espectaculares goles, que lo llevaron a la idolatría, siempre perdurarán en la memoria del hincha de Boca Juniors, como todos los auténticos grandes e incomparables artilleros.
ADEMÁS

Ante la página web Universidad Maimónides (Ética y Excelencia), el “Cañoncito” Varallo declaró que “no soy un prócer para el bronce, apenas fui un jugador de fútbol que tuve una novia (Gimnasia y Esgrima) y una mujer (Boca Juniors) que quiero con todo mi corazón y voy a la cancha acompañado de mi nieta y su esposo, cuando juegan de local, porque apenas puedo caminar”.

En la década del ‘30, Boca tenía tres ídolos en la delantera: el paraguayo Delfín Benítez Cáceres, Varallo y Roberto Eugenio Cherro, contundentes, imparables, goleadores desde la misma cuna, adorados por el Jugador Nº 12.

Reconoce que no se puede comparar el fútbol de su época a la actual, “en este deporte lo que importa es la técnica; admito que nosotros entrenábamos menos que ahora. Entonces jugaban Roberto Eugenio Cherro, Arsenio Pastor Erico, Herminio Masantonio, José María Moreno y Ángel Labruna, para citar algunos, preparémoslos en la parte física y vamos a ver si después no rinden en la cancha y la cantidad de goles que convierten por temporada...”.

“Debe existir entendimiento en un plantel, especialmente los delanteros; en la actualidad, las defensas son fuertes; existe un juego demasiado violento, hay futbolistas que emplean los brazos y las piernas para dañar, lastimar y lesionar, a veces, gravemente a un colega”, señaló el famoso artillero xeneize.

Al respecto, explicó más adelante que “ésos no conocen el espíritu del deporte, por eso no triunfan en el mundo; en la Argentina, faltan jugadores de potrero como (Diego) Maradona, (Lionel) Messi y (Carlos) Tevez”, reveló el máximo goleador del profesionalismo de Boca Juniors.

Finalmente, el único sobreviviente de la final de la Primera Copa del Mundo de Fútbol, en 1930, en Montevideo que Uruguay le ganó a la Argentina (terminó con ocho jugadores, entonces los lesionados no se cambiaban) por cuatro a dos, enfatizó: “Me gusta la gente que busca el arco, que remata de sorpresa. Yo les digo a todos, tiren, cuando se dan media vuelta, si usted patea con alma y vida, ¡salen cada goles espectaculares...!”, concluyó el recordado “Cañoncito” Varallo.

27 goles en 34 partidos

“Pancho” Varallo, con esa marca, fue el goleador de Boca en 1931, cuando los “xeneizes” se convirtieron en el primer campeón de la era profesional. Segundo fue San Lorenzo, tercero Estudiantes y cuarto River.

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