La primera "rateada" convocada por Facebook, en una plaza mendocina. - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

lunes, 10 de mayo de 2010

La primera "rateada" convocada por Facebook, en una plaza mendocina.

El periodista Roberto Guareschi ha logrado uno de los mejores anĆ”lisis con respecto a la movida impresionante que estĆ”n generando los adolescentes vĆ­a Facebook, constituyendo asĆ­ "un acto polĆ­tico" impresionante, segĆŗn Ć©l.

Algunos de los adolescentes que hoy se congregan en Facebook para ratearse constituirĆ”n una nueva generaciĆ³n de periodistas. En apenas cinco o seis aƱos comenzarĆ”n a llegar a los medios.

Las rateadas son para esta generaciĆ³n un acontecimiento fundante porque nace en contra de la vieja cultura dominante en la escuela y la sociedad, y nace con un acto polĆ­tico no violento y hedĆ³nico. Desde luego, el sentido que las rateadas tendrĆ”n en la constituciĆ³n de los rasgos de esta generaciĆ³n dependerĆ” de cada uno de los jĆ³venes. Digo que es un acto polĆ­tico porque desafĆ­a a las autoridades colectivamente y tiende a devaluarlas; es hedĆ³nico porque a los estudiantes tambiĆ©n los mueve el juego.

La vieja cultura es la cultura vertical que impregna a la escuela: contenidos casi siempre impartidos por una autoridad lejana, no participativa. La nueva cultura es la que se plasma en estos dĆ­as en Facebook: auto organizaciĆ³n, gestiĆ³n de proyectos comunes. Una es vertical, la otra es horizontal, en red.

Un editorial de La NaciĆ³n alude a la vieja cultura escolar: "Estas 'rateadas' han venido a desnudar las carencias pedagĆ³gicas y de contenciĆ³n (de) la escuela". Alejandro Piscitelli es mĆ”s drĆ”stico: las rateadas "ponen en cuestiĆ³n el sinsentido de la escuela con una radicalidad pocas veces vista".

Christian Schwartz, profesor de periodismo en la UCA, ve las rateadas como "otra demostraciĆ³n de que el secundario no tiene rumbo. Las autoridades y los profesores no saben quĆ© hacer con Ć©l. Los alumnos ya demostraron que pueden evadirse y que no hay castigo".

Ese vacĆ­o parece confirmado por el ministro de EducaciĆ³n, Alberto Sileoni: "El sistema educativo puede dar cuenta de los chicos cuando estĆ”n dentro de la escuela pero no, por ejemplo, cuando estĆ”n en una plaza. Eso (...) escapa a lo educativo". Escapa a lo educativo, cree el ministro. Con todo, el portal Educ.ar, dependiente de su ministerio, tiene una actitud mĆ”s constructiva. Propone a los docentes que ayuden a los chicos a "valorar la importancia de acudir a la escuela como responsabilidad y solidaridad con su comunidad, a conocer otros usos de las redes sociales que contribuyen a mejorar la sociedad y a construir una mirada crĆ­tica sobre los medios". De acuerdo: muchos medios contaron las rateadas sĆ³lo como una curiosidad o una avivada, sin contexto ni anĆ”lisis.

Dijimos que esta generaciĆ³n nace con un acto polĆ­tico. Las rateadas son una afirmaciĆ³n colectiva contra un orden establecido educativo y por eso tambiĆ©n polĆ­tico, social y cultural. AsĆ­ lo explica (precisamente en Facebook) Marcelo de la Torre, licenciado en Ciencias PolĆ­ticas, profesor de la Universidad de Rosario: "Atisbo el brillo de una chispa de compromiso polĆ­tico: es un acontecimiento singular preƱado de esperanza". TambiĆ©n apunta a los peligros; Facebook es una herramienta que se puede usar para bien y para mal: "A que adopte el camino de una fuerza creadora (...). No dejemos que se cristalice regresiva o violentamente. Lo que mĆ”s me ocupa y preocupa es la descarga generacional sin adulto ni instituciones que escuchen atentos". (Atento, profesor Sileoni.)

La generaciĆ³n de los rateros: quizĆ”s en pocos aƱos esta frase no tendrĆ” un contenido negativo. Esta generaciĆ³n va a estar en condiciones de usar las nuevas tecnologĆ­as para construir poder; y tal vez para participar y comprometerse. ConstruirĆ” sus propios medios periodĆ­sticos desde estas experiencias e ingresarĆ” a los medios con la expectativa de poder aplicarlas. Este serĆ” su capital. Si me piden un consejo, les dirĆ© que tengan eso muy en cuenta y no se dejen oprimir y desviar por el statu quo o cualquiera de sus nombres: la tradiciĆ³n, el "vos no entendĆ©s", y sobre todo el "esto no es periodismo" y "esto no es..." (llene usted el blanco). El periodismo sin redes sociales, apegado a la vieja cultura verticalista tiene poco tiempo por delante.

Posiblemente algunos de estos futuros periodistas elijan un periodismo que, desde los medios digitales, acompaƱe a la gente a realizar acciones concretas en el mundo real para mejorar sus vidas y su sociedad. OjalƔ las rateadas sean un camino para eso. Los estudiantes chilenos estƔn adelantados: en 2006 cientos de miles se movilizaron por Internet contra una ley de enseƱanza. Y tuvieron Ʃxito.

www.robertoguareschi.com

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