Puerto Rico: La Universidad se convierte en la tormenta perfecta - Piedra OnLine

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domingo, 2 de mayo de 2010

Puerto Rico: La Universidad se convierte en la tormenta perfecta


Una fotografĆ­a que muestra oficiales de la PolicĆ­a nacional en el interior del campus principal de la estatal Universidad de Puerto Rico afecta la credibilidad del Gobierno, que declarĆ³ bajo juramento ante el tribunal que no estĆ” usando las fuerzas policiales para combatir la huelga estudiantil que en poco mĆ”s de una semana se ha extendido por todo el paĆ­s.

La apariciĆ³n de la fotografĆ­a, obtenida por NCM Noticias, es el mĆ”s reciente de los episodios de la huelga, en la que el movimiento estudiantil ha mostrado una capacidad inusitada para sobrepasar con Ć©xito las acciones gubernamentales con una sofisticaciĆ³n tecnolĆ³gica que incluye hasta la operaciĆ³n de su propia estaciĆ³n radial y restablecer por su cuenta el acceso a la red cibernĆ©tica cuando la UPR les cortĆ³ el servicio.

Los estudiantes mantienen tomados -con campamentos y en algunos casos barricadas- los tres recintos metropolitanos de de RĆ­o Piedras, Carolina y BayamĆ³n, asĆ­ como los de las ciudades de Ponce, MayagĆ¼ez, Humacao y Arecibo, junto con el recinto de la montaƱa en Utuado. En Cayey el movimiento fue desatado por el profesorado y sĆ³lo han quedado fuera los recintos de Aguadilla y Ciencias MĆ©dicas.

La huelga universitaria viene a ser la confrontaciĆ³n mĆ”s grave y prolongada que enfrenta el Gobierno, que ha declarado a la educaciĆ³n superior un “privilegio” demasiado costoso para las arcas pĆŗblicas. A pesar de que la UPR debe recibir un porciento fijo de las rentas del Estado, se le ha excluido de recibir la porciĆ³n que le corresponderĆ­a de los nuevos impuestos mientras se le ha endeudado con construcciones y obras de grandes proporciones, algunas de las cuales han pasado a manos privadas, lo que ha creado una situaciĆ³n deficitaria de cientos de millones que se busca atajar con posibles aumentos en el costo de matrĆ­cula, reducciĆ³n de exenciones de pago para estudiantes y otras medidas de austeridad fiscal.

La queja de los universitarios no es nueva y ya en 2005 se desatĆ³ una huelga, que fue combatida por el Gobierno promoviendo la promociĆ³n desde el Palacio de Santa Catalina de un contra movimiento de estudiantes opuestos a la huelga. En aquella ocasiĆ³n, el funcionario a cargo de la estrategia explicĆ³ en privado a los periodistas que no veĆ­a razĆ³n para sufragar con los impuestos que pagaba la educaciĆ³n superior del hijo de su vecino.

En aquella ocasiĆ³n, Puerto Rico estaba bajo fuego de una entidad acreditadora de Estados Unidos que reclamaba era impropio que este paĆ­s caribeƱo y colonia estadounidense desde 1898 sufrague con dinero pĆŗblico la educaciĆ³n superior casi en su totalidad. En esos aƱos, se contratĆ³ una firma consultora estadounidense vinculada al Departamento de la Defensa y al concepto de “industria de las universidades” mientras el Colegio de Contadores PĆŗblicos Autorizados recomendĆ³ que se desmembrara el sistema y se abriera paso a privatizarlo por pedazos.

Esta vez, sin embargo, las gestiones para descarrilar a los estudiantes no han sido tan exitosas y el Gobierno se ha topado con una tormenta perfecta en la que todos los elementos parecen combinarse para mantener la ofensiva estudiantil, que exige una salida negociada a la crisis.

El intento del descarrilamiento mediante la divisiĆ³n del estudiantado quedĆ³ humillado esta semana cuando apenas un puƱado se presentĆ³ a las inmediaciones del campus de RĆ­o Piedras y cancelĆ³ la manifestaciĆ³n convocada. Peor aĆŗn, el rector interino de BayamĆ³n, Arturo AvilĆ©s, organizĆ³ un referĆ©ndum controlado para evitar la huelga y aunque lo ganĆ³ 300 a 83, ni siquiera se atreviĆ³ hacer pĆŗblicos los resultados ese dĆ­a cuando el Consejo General de Estudiantes logrĆ³ reunir cerca de 1,500 asistentes a la asamblea que decretĆ³ el paro.

El costoso adiestramiento de una unidad de choque de la guardia universitaria, con capacidad para el uso de armas quĆ­micas, resultĆ³ en una derrota igualmente humillante en la madrugada del 21 de los corrientes. La unidad enfrentĆ³ una masa estudiantil por el control de un portĆ³n estratĆ©gico en RĆ­o Piedras y los 19 efectivos que participaron resultaron todos lesionados hasta con gas pimienta. DespuĆ©s de eso, la toma de los portones por parte de los estudiantes no encontrĆ³ resistencia y la rectora interina Ana Guadalupe le dijo al tribunal que su motivo principal para decretar el cierre del centro docente fue que “perdimos el control de los portones”.

La rectora Guadalupe tomĆ³ la decisiĆ³n a media maƱana luego de que ni uno solo de los casi 20,000 estudiantes se presentĆ³ a clases el primer dĆ­a del paro.

Su intento de lograr un interdicto rĆ”pido que viabilice el uso de la fuerza anti motines de la PolicĆ­a nacional para romper la huelga y recuperar el control del recinto, se topĆ³ con el problema de que la orden de que los estudiantes se abstuvieran de impedir la entrada de gente al campus no se ha podido poner en vigor porque no son ellos, sino los policĆ­as los que no permiten que persona alguna entre por el portĆ³n principal de la UPR. Los estudiantes contrademandaron y lograron que el tribunal ordenase a la rectora poner fin al cierre institucional en defensa de que la UPR estĆ” consagrada como foro pĆŗblico para el debate libre de ideas y la libertad de asociaciĆ³n.

A la hora del cierre se aguardaba por una decisiĆ³n del juez JosĆ© NegrĆ³n FernĆ”ndez sobre el recurso que permitirĆ­a a la UPR usar finalmente la fuerza.

Entretanto, el apoyo a la huelga crece y en un maratĆ³nico concierto al que asistieron varios miles frente al campus de RĆ­o Piedras, se recibieron mensajes de apoyo de artistas como Calle 13, Ricky Martin y Juanes. De igual forma, ha puesto sobre la palestra la fuerza de grupos polĆ­ticos como la OrganizaciĆ³n Socialista Internacional, el Movimiento al Socialismo, el Partido Independentista PuertorriqueƱo y la FederaciĆ³n de Universitarios Pro Independencia.

Hasta ahora, sin embargo, el movimiento estudiantil no ha servido de detonante para desatar la huelga general que buscan grupos sindicales y sociales, asĆ­ como de la oposiciĆ³n polĆ­tica.

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