
Argentina cerró la primera fase a pleno. Triunfo 2 a 0 ante Grecia, puntaje ideal, cruce favorable en octavos (el domingo ante MĆ©xico, que perdió frente a Uruguay) y un gol de MartĆn Palermo de derecha. El equipo de Diego mostró otra vez una cara favorable, pese a los cambios y la fĆ©rrea marca de los griegos, que se fueron a casa. Demichelis abrió el triunfo y Messi "acarició" su gol.
SudĆ”frica > ¿Cómo no ilusionarse? ¿Cómo no emocionarse con ese final cargado de fĆŗtbol y de un grito que movilizó al paĆs? MartĆn Palermo y su grito de gol cargado de felicidad cerraron una primera fase perfecta del equipo argentino. Que tuvo paciencia, fĆŗtbol y ganas para enlazar su tercer victoria en fila, pasar de ronda con puntaje ideal como en el ''''''''98 y esperar a MĆ©xico, el domingo, con una ilusión sustentada en un conjunto que tiene un nivel individual muy alto y que aĆŗn con muchas variantes (Maradona metió siete tras el triunfo ante Corea del Sur) se mostró aceitado.
La victoria 2 a 0 ante una Grecia ultra defensiva, que necesitaba sumar para seguir en carrera pero jamĆ”s abandonó su postura temerosa, llegó reciĆ©n en los Ćŗltimos minutos pero debió resolverse antes. MartĆn Demichelis hizo el primero (otra vez con una pelota parada, como en los dos juegos iniciales) con un fierrazo y el Loco, que habĆa entrado un rato antes para buscar su milagro, cumplió con la confianza del Diez.
Argentina no sufrió casi nunca y dominó un grupo en el que tambiĆ©n pasó el conjunto surcoreano, tras empatarle a Nigeria. El domingo, a las 15.30, lo espera MĆ©xico. Mismo rival en octavos de final que en el 2006. Aquella vez Maxi RodrĆguez destrabó un duelo cerradĆsimo en el suplementario. Ahora las diferencias parecen mĆ”s amplias. Pero habrĆ” que lucharla.
Una muralla
La selección alternativa que armó Maradona, forzado por lesiones, amonestaciones y el cansancio de sus jugadores, no perdió poder de ataque, pero se encontró con lo que prometió el alemÔn Otto Rehhagel desde un principio, una cerrada barrera griega con por momentos hasta ocho jugadores defendiendo muy cerca de su Ôrea.
Por primera vez en este Mundial, Messi tuvo una marcación cuerpo a cuerpo, a cargo del corpulento Sokratis Papastathopoulos, que se encargó de seguir al mejor jugador del mundo. El flamante capitÔn tuvo varias llegadas claras en todo el partido, pero fue el arquero griego quien le impidió marcar su primer gol en SudÔfrica y luego el palo.
En el primer tiempo, ni la habilidad de La Pulga ni la velocidad de Agüero ni la experiencia de Milito pudieron con la defensa helena. Tampoco con las oportunas intervenciones de Tzorvas, que salvó las pocas llegadas albicelestes y fue la figura. El plantel de Maradona dominó durante gran parte del tiempo la pelota, pero sólo a los 18 minutos tuvo la primera llegada clara al arco griego con un remate de Agüero que salvó Tzorvas. Apenas segundos después, el arquero sacó por arriba un potente disparo que lanzó Verón desde afuera del Ôrea.
Konstantinos Katsouranis sorprendió con una veloz salida de contraataque que logró frenar la defensa argentina, mientras el partido se iba trabando cada vez, con un Maradona enojado en la banda protestando por las faltas contra Messi. Argentina no se rindió y siguió intentando, con Verón recuperando pelotas y distribuyendo el juego, aunque con pocas posibilidades de alcanzar a Messi, que tuvo una par y siempre encontró buenas respuestas del arquero. En tanto, Clemente RodrĆguez se destapó en el campo sorprendiendo una y otra vez por el lateral izquierdo.
A los 32, Milito logró perforar la barrera por el lateral derecho, pero el arquero desvió la pelota, Agüero tomó el rebote, que con lo justo desvió un defensor cuando tenĆa destino de red. Los griegos volvieron a aprovechar de contraataque y Samaras sorprendió a los defensores con un disparo que logró desviar Demichelis para el costado.
Sobre el final del primer tiempo, los griegos avanzaron sobre el Ôrea argentina y fue Sergio Romero quien se encargó de llevar seguridad desviando primero un disparo con los puños y luego atajando otra pelota.
Encontró la llave
En el complemento, Samaras se alzó como Ćŗnica alternativa helena y tuvo dos claras. Pero Grecia seguĆa parado de contra pese a su mayor necesidad. Argentina siguió insistiendo, con un decidido Clemente RodrĆguez, que a los 11m le erró por poco al arco heleno. Decidido a buscar agilidad en ataque, Maradona hizo entrar a Ćngel Di MarĆa, Javier Pastore y casi al final al veterano MartĆn Palermo, quien volvió a ser "San Palermo", el hĆ©roe del estilo maradoniano.
Bolatti, tuvo la chance mĆ”s clara, con una volea dentro del Ć”rea que el arquero Tzorvas atajó sin dar rebote. Con errores, chocando, Argentina siguió buscando, con hidalguĆa, con decisión, equivocĆ”ndose una y otra vez, hasta que salió el tiro para el lado de la justicia, Demichelis tomó un rebote dentro del Ć”rea y puso el partido 1 a 0.
En un córner, el central ganó de arriba, y resolvió con un remate al Ć”ngulo despuĆ©s que la pelota le queda picando. Tras el gol, con algo mĆ”s de espacios, Pastore fue un socio perfecto para Messi, que buscaba su primer grito de todas formas. Pero habĆa otro goleador con ganas y antes del final llegó el tiempo para que Palermo se hiciera presente en la historia de los mundiales, con lo suyo, el gol, que marcó luego de aprovechar un rebote luego de un remate de Messi. De derecha la mandó a la red y desató la fiesta.
SudĆ”frica > ¿Cómo no ilusionarse? ¿Cómo no emocionarse con ese final cargado de fĆŗtbol y de un grito que movilizó al paĆs? MartĆn Palermo y su grito de gol cargado de felicidad cerraron una primera fase perfecta del equipo argentino. Que tuvo paciencia, fĆŗtbol y ganas para enlazar su tercer victoria en fila, pasar de ronda con puntaje ideal como en el ''''''''98 y esperar a MĆ©xico, el domingo, con una ilusión sustentada en un conjunto que tiene un nivel individual muy alto y que aĆŗn con muchas variantes (Maradona metió siete tras el triunfo ante Corea del Sur) se mostró aceitado.
La victoria 2 a 0 ante una Grecia ultra defensiva, que necesitaba sumar para seguir en carrera pero jamĆ”s abandonó su postura temerosa, llegó reciĆ©n en los Ćŗltimos minutos pero debió resolverse antes. MartĆn Demichelis hizo el primero (otra vez con una pelota parada, como en los dos juegos iniciales) con un fierrazo y el Loco, que habĆa entrado un rato antes para buscar su milagro, cumplió con la confianza del Diez.
Argentina no sufrió casi nunca y dominó un grupo en el que tambiĆ©n pasó el conjunto surcoreano, tras empatarle a Nigeria. El domingo, a las 15.30, lo espera MĆ©xico. Mismo rival en octavos de final que en el 2006. Aquella vez Maxi RodrĆguez destrabó un duelo cerradĆsimo en el suplementario. Ahora las diferencias parecen mĆ”s amplias. Pero habrĆ” que lucharla.
Una muralla
La selección alternativa que armó Maradona, forzado por lesiones, amonestaciones y el cansancio de sus jugadores, no perdió poder de ataque, pero se encontró con lo que prometió el alemÔn Otto Rehhagel desde un principio, una cerrada barrera griega con por momentos hasta ocho jugadores defendiendo muy cerca de su Ôrea.
Por primera vez en este Mundial, Messi tuvo una marcación cuerpo a cuerpo, a cargo del corpulento Sokratis Papastathopoulos, que se encargó de seguir al mejor jugador del mundo. El flamante capitÔn tuvo varias llegadas claras en todo el partido, pero fue el arquero griego quien le impidió marcar su primer gol en SudÔfrica y luego el palo.
En el primer tiempo, ni la habilidad de La Pulga ni la velocidad de Agüero ni la experiencia de Milito pudieron con la defensa helena. Tampoco con las oportunas intervenciones de Tzorvas, que salvó las pocas llegadas albicelestes y fue la figura. El plantel de Maradona dominó durante gran parte del tiempo la pelota, pero sólo a los 18 minutos tuvo la primera llegada clara al arco griego con un remate de Agüero que salvó Tzorvas. Apenas segundos después, el arquero sacó por arriba un potente disparo que lanzó Verón desde afuera del Ôrea.
Konstantinos Katsouranis sorprendió con una veloz salida de contraataque que logró frenar la defensa argentina, mientras el partido se iba trabando cada vez, con un Maradona enojado en la banda protestando por las faltas contra Messi. Argentina no se rindió y siguió intentando, con Verón recuperando pelotas y distribuyendo el juego, aunque con pocas posibilidades de alcanzar a Messi, que tuvo una par y siempre encontró buenas respuestas del arquero. En tanto, Clemente RodrĆguez se destapó en el campo sorprendiendo una y otra vez por el lateral izquierdo.
A los 32, Milito logró perforar la barrera por el lateral derecho, pero el arquero desvió la pelota, Agüero tomó el rebote, que con lo justo desvió un defensor cuando tenĆa destino de red. Los griegos volvieron a aprovechar de contraataque y Samaras sorprendió a los defensores con un disparo que logró desviar Demichelis para el costado.
Sobre el final del primer tiempo, los griegos avanzaron sobre el Ôrea argentina y fue Sergio Romero quien se encargó de llevar seguridad desviando primero un disparo con los puños y luego atajando otra pelota.
Encontró la llave
En el complemento, Samaras se alzó como Ćŗnica alternativa helena y tuvo dos claras. Pero Grecia seguĆa parado de contra pese a su mayor necesidad. Argentina siguió insistiendo, con un decidido Clemente RodrĆguez, que a los 11m le erró por poco al arco heleno. Decidido a buscar agilidad en ataque, Maradona hizo entrar a Ćngel Di MarĆa, Javier Pastore y casi al final al veterano MartĆn Palermo, quien volvió a ser "San Palermo", el hĆ©roe del estilo maradoniano.
Bolatti, tuvo la chance mĆ”s clara, con una volea dentro del Ć”rea que el arquero Tzorvas atajó sin dar rebote. Con errores, chocando, Argentina siguió buscando, con hidalguĆa, con decisión, equivocĆ”ndose una y otra vez, hasta que salió el tiro para el lado de la justicia, Demichelis tomó un rebote dentro del Ć”rea y puso el partido 1 a 0.
En un córner, el central ganó de arriba, y resolvió con un remate al Ć”ngulo despuĆ©s que la pelota le queda picando. Tras el gol, con algo mĆ”s de espacios, Pastore fue un socio perfecto para Messi, que buscaba su primer grito de todas formas. Pero habĆa otro goleador con ganas y antes del final llegó el tiempo para que Palermo se hiciera presente en la historia de los mundiales, con lo suyo, el gol, que marcó luego de aprovechar un rebote luego de un remate de Messi. De derecha la mandó a la red y desató la fiesta.
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