Maradona: Yo quiero ser un hombre feliz con la camiseta argentina. - Piedra OnLine

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lunes, 28 de junio de 2010

Maradona: Yo quiero ser un hombre feliz con la camiseta argentina.


El tĆ©cnico albiceleste, un mito del fĆŗtbol todavĆ­a a los 49 aƱos, reflexiona su propio papel como entrenador, sobre la figura de su estrella, Leo Messi, las comparaciones con Ć©l, sobre las posibilidades de ganar el Mundial y sobre el estilo de la selecciĆ³n espaƱola

MARCELO SOTTILE - Pretoria - 27/06/2010

Pide un abrigo para pelearle al frĆ­o. Su adrenalina no alcanza para combatir la noche dura de Pretoria. En otro Maradona, esa incomodidad hubiera provocado la suspensiĆ³n de la entrevista, mĆ”s cuando sus dos relojes marcan mĆ”s allĆ” de las 11 de la noche. Pero este Maradona de Mundial tiene ganas de hablar, de cumplir respetuosamente su palabra. Solo se lo oye a Ć©l, mĆ”s cerca del entrenador que del personaje, Ć©se que aparecerĆ” reciĆ©n al final de la entrevista.

Pregunta. ¿Messi ya estĆ” para ser el Maradona del 86 o hay que pensar en el Maradona del 82?

Respuesta. Messi rompiĆ³ los moldes. Hay que terminar con las comparaciones. Ya estĆ” para salir a la cancha con la corona.

P. Lionel declarĆ³ que estĆ” como estĆ” por usted.

R. Yo le agradezco, pero LĆ­o estĆ” en este nivel porque Ć©l quiere. Se le ve feliz, contento. Disfruta, me pide jugar. Para toda la gente que decĆ­a que Messi no cantaba el himno, que lo veĆ­an triste… ¿A quiĆ©n le gusta perder? Y nosotros perdĆ­amos en las eliminatorias. Ahora todo cambiĆ³ y hacerlo feliz a Messi es orgullo de todos. Incluidos los compaƱeros, porque hoy lo ves y se tira un chiste con Pastore, con GarcĆ©, con quienes no se habĆ­a cruzado en su puta vida. O habla con VerĆ³n. Yo los espĆ­o. La Bruja es un intelectual del fĆŗtbol: sabe mucho mĆ”s de fĆŗtbol que LĆ­o, pero se trenzan a hablar y el guacho [sic] le responde, ¡jĆ”, jĆ” jĆ”! Es lindo estar en el medio de esa conversaciĆ³n.

P. Estaba preocupado por Messi y fue a Barcelona. ¿AhĆ­ empezĆ³ la transformaciĆ³n? ¿QuĆ© cambiĆ³ ademĆ”s de la posiciĆ³n?

R. Nunca pensĆ© en un Messi estĆ”tico en una posiciĆ³n. Yo quiero que Ć©l se sienta cerca de la pelota. Cuando Ć©l tiene esa posibilidad hay chances de salir de contra, de tenerla, de crear una situaciĆ³n de gol o de meter un pase de gol. TodavĆ­a no pudo meter ninguno, pero no se olviden de que yo aparecĆ­ en los cuartos en MĆ©xico 86. AhĆ­ lo vamos a ir todos a abrazar.

P. ¿Ć‰l le dijo dĆ³nde se sentĆ­a mĆ”s cĆ³modo?

R. No, no. Yo le fui a contar a Messi que a mĆ­ nadie me dijo dĆ³nde tenĆ­a que jugar [se golpea una mano sobre la otra]. Entonces, yo no le tenĆ­a que decir a Messi dĆ³nde debĆ­a jugar. Ɖl tenĆ­a que decidirse a jugar donde Ć©l quisiera [sigue golpeando las manos]. Y ya era grandecito y hombrecito como para tener las pelotas de decir ‘esta pelota es mĆ­a, muchachos, soy el que la sabe interpretar mejor que nadie’. Yo lo hice en su momento, ahora le toca a Messi.

P. El mensaje para Lionel fue ‘yo te voy a bancar [respaldar], pero tienes que rebelarte, ser usted mismo’.

R. Es que los tiempos te van marcando. No es el mismo Messi el de los 18 aƱos que el que hoy cumple 23. Los tiempos lo van llevando a madurar a toda velocidad, porque asĆ­ te lo requiere el mundo, el Barcelona, la selecciĆ³n argentina, los Ć”rabes, ¡ja, ja! Y vos tenĆ©s que estar preparado como estĆ” LĆ­o. A mĆ­ me pone bĆ”rbaro cuando me dice ‘quiero jugar’, como pasĆ³ antes de Grecia. ‘Daaaale, poneeeeme’, me pidiĆ³. Eso es algo maravilloso para mĆ­. Aunque yo lo iba a poner en cualquier caso. Eso es lo que yo le quiero contar a la gente: el amor de Messi por la pelota y por la camiseta argentina.

P. ¿Su perfil como entrenador es dejar hacer al jugador?

R. SĆ­, pero cuidado. Dejarle hacer al que entiende quĆ© hay que hacer. Vos no le podĆ©s dejar hacer lo mismo a Messi que a Bolatti o JonĆ”s o Burdisso. Hay que ver a quiĆ©n dejĆ”s hacer. Eso es una interpretaciĆ³n mĆ­a en la cancha. Y tengo que ver con quiĆ©n se lleva mejor, con quiĆ©n tiene mejor feeling, a quiĆ©n prefiere.

P. Otra diferencia en Messi es su cara. Antes hablaba mirando para abajo, ahora va con la cabeza arriba.

R. Es un hombre, es un hombre [remarca]. Y es muy lindo estar a su lado en este momento. Poder hablar con Ć©l, no aconsejarlo porque tiene a sus padres, pero sĆ­ estar cerca.

P. Leo dijo que en las eliminatorias no era Ć©l. ¿A usted le pasaba lo mismo?

R. Ahora tengo tiempo. Y si vos tenĆ©s tiempo para trabajar, las cosas van saliendo. MĆ”s con estos jugadores. PodĆ©s inventar, dejar volar tu imaginaciĆ³n para una pelota parada entre VerĆ³n y Messi, pero despuĆ©s sale sola. Si hay dos en la barrera y vos tenĆ©s dos para patear, si Messi se la toca a VerĆ³n todos van con Ć©l y LĆ­o queda solo. Y ahĆ­ el mano a mano de Messi es mortal. ¿Por quĆ© no aprovechamos eso entonces?

P. Habla del potencial de los jugadores. Y se dice que el valor de la selecciĆ³n pasa por ellos. ¿Se siente orgulloso o desvalorizado?

R. Orgulloso. Yo quisiera ser el Ćŗltimo en besar la Copa, porque la ganaron los jugadores. Que eso quede bien claro. Yo quiero ser un hombre feliz con la camiseta argentina.

P. ¿De todos modos percibe un respeto al Maradona tĆ©cnico que antes no habĆ­a?

R. Yo nunca creĆ­ todo lo que me decĆ­an algunos. SabĆ­a de mi capacidad, lo que podĆ­a dar. Y como no les creĆ­, no es tanto el choque de lo que decĆ­an en las eliminatorias a lo que pueden opinar. Siempre tuve mi personalidad y sabĆ­a que este momento iba a llegar, que iba a tener al Mascherano que tengo hoy y no al Mascherano que estaba con el 50% de su cabeza en el Real Madrid y el otro 50% en el Barcelona. SabĆ­a que iba a tener a este Messi, a este TĆ©vez…

P. Es el Ćŗnico entrenador que da besos. ¿Tiene un estilo distinto? El otro dĆ­a se lo preguntĆ³ un periodista inglĆ©s.

R. Siempre fue lo mismo. Si querĆ©s podemos laburar [trabajar] maƱana, mediodĆ­a, tarde y noche, pero si no hay feeling con los jugadores, no hay historia. Esta historia se escribe a travĆ©s de los futbolistas. Que nadie se crea que hay un mago. AcĆ” la magia la tienen los de pantalones cortos y la tendrĆ”n hasta la Ćŗltima pelota del mundo. Existen los Guardiola, los Mourinho, los Rafa BenĆ­tez, los Menotti, los Bilardo, los Basile, hay un montĆ³n de tĆ©cnicos que han dejado cosas. Pero lo han hecho a travĆ©s de sus jugadores.

P. ¿QuĆ© le diferencia de esos entrenadores?

R. Que llego en el momento justo, con una camada de jugadores argentinos que se han juntado para darle alegrĆ­a a la gente. QuizĆ”s a otros tĆ©cnicos le faltaba uno, o se quedaba el otro en el camino. Yo gracias a Dios los tengo a todos y estĆ”n sanos. ¿Entonces, quĆ© mĆ”s puedo pedir?

P. Los que definen son los jugadores, claro, pero hay tĆ©cnicos que chocan Ferraris. ¿Usted se siente en su mejor momento para no chocar?

R. Puede ser. Yo madurĆ© como un fĆ³rmula 1, porque el Mundial te exige tomar decisiones rĆ”pidas. Igual, esto se venĆ­a gestando hace mucho tiempo. Yo sabĆ­a que cuando nos metiĆ©ramos en la cabeza lo que era la camiseta argentina, lo que es un Mundial, se nos iba a dar. Como decĆ­a de Messi…

P. ¿Vio a algĆŗn futbolista que se le acerque?

R. En este Mundial no vi otro jugador ni al 30% de Messi. No sĆ© si maƱana dirĆ”n que soy soberbio, pero tampoco vi a alguien que sea el 30% de TĆ©vez. Porque Carlitos te emociona jugando. Yo amo a mi equipo. El favorito que me vendieron con Xavi e Iniesta perdiĆ³ 1 a 0 con Suiza. Y no es que tocĆ³ la pelotita. Voy a usar una frase del Negro Enrique: si los arcos estuvieran en los costados y no de un lado y del otro, EspaƱa hubiera ganado 10 a 1. Y es verdad. Porque la tienen, la tienen, la tienen, ¿pero cuĆ”ndo vamos a atacar? Cuando yo dije que no merecimos perder con EspaƱa, en Buenos Aires se me cagaron de risa. Porque ellos tuvieron la pelota, pero si nosotros los empomĆ”bamos con Di MarĆ­a, les sacĆ”bamos dos de diferencia y olvidate.

P. ¿Dice que no estĆ”n entre los favoritos para que eso no lleve al Ć©xtasis argentino?

R. Hay que dejar que los favoritos sean los otros y que se rompan la cabeza entre ellos. Nosotros vamos partido a partido. Ahora tenemos MĆ©xico, en el cruce de octavos.

P. ¿QuiĆ©n dibuja en el pizarrĆ³n las jugadas a balĆ³n parado?

R. Lo hablamos entre los tres, con Mancu y El Negro. Cuando vemos vĆ­deos nos vienen jugadas. Aunque a veces me vienen mĆ”s a mĆ­. Soy el mĆ”s alocado. La jugada de Heinze en el gol contra Nigeria saliĆ³ porque vi que ellos defendĆ­an fuerte. Entonces dije: ‘Si Ć©stos se creen fuertes, les voy a poner gente fuerte y no van a salir de la lĆ­nea del Ć”rea. Les voy a poner tres muros: a Samuel, TĆ©vez, Demichelis. Y vas a ver que los morochos [morenos] no van a poder salir. Y El Gringo en el punto de penal les va a romper el arco’. La hicimos acĆ” en una prĆ”ctica y no pudieron salir nuestros defensores. Yo sabĆ­a que Ć­bamos a abrir el partido asĆ­. Por eso, cuando hicimos el gol, no lo gritĆ©. Yo gritaba: ‘¡SaliĆ³ la jugada!”.

P. ¿Usted era un jugador tĆ”ctico. ¿CuĆ”ndo se dio el traspaso del jugador al tĆ©cnico?

R. Es que tenƩs que pasar ese rƭo de preguntas y resolverlas en tu casa, pensar en el equipo. Dejar las crƭticas de lado y darle mƔs bola a lo que podƩs hacer con los jugadores. Me pasƩ todo un tiempo mirando jugadores. Por eso fue difƭcil armar la lista.

P. ¿De quiĆ©n tomĆ³ cosas como entrenador?

R. Me gusta mucho Mourinho. Y aparte de por cĆ³mo me tratĆ³. Estuvimos varias horas hablando de fĆŗtbol. Mourinho me pareciĆ³ un tipo para llevĆ”rtelo a la mesita de luz y preguntarle cosas. Tengo el telĆ©fono suyo, asĆ­ que por ahĆ­ lo llamo.

P. ¿SerĆ­a capaz de llamarle durante el Mundial?

R. SĆ­, ante una duda, lo llamarĆ­a.

P. Pero no le copiarƭa la tƔctica del partido de la Champions entre Inter y BarƧa.

R. Noooo. Seguro que no. Pero bueno, eso le dio resultado. Es el campeĆ³n de la Champions, imaginate que vos y yo quedamos como boludos si decimos eso. ‘Ah, los boludos estos dicen que no lo harĆ­an. ¿Y a mĆ­ quĆ© me importa?’, podrĆ­a decir.

P. A propĆ³sito de estilos. ¿CuĆ”ndo cambiĆ³ la idea de los cuatro centrales a este equipo ofensivo?

R. Hace mucho que lo tenĆ­a en la cabeza, pero no contaba con los jugadores para hacerlo. Uno estaba cansado, el otro venĆ­a con problemas, el otro se querĆ­a ir de donde estaba… HabĆ­a unos problemas muy grandes. Pero cuando los tuve libres mentalmente, les dije ‘corran para adelante que saben hacerlo’. No es solo defender.

P. ¿En ese punto esta selecciĆ³n se parece a la del 94, en tener la pelota?

R. Es una premisa que repito todos los dĆ­as: si la tenemos nosotros, no la tienen ellos. Y este equipo estĆ” capacitado para manejar mucho mĆ”s la pelota que cualquier otro equipo del mundo por el pie que tiene. Todos juegan bien. Vos lo ves salir a Demichelis del fondo y decĆ­s ’si lo pongo de 9 por ahĆ­ te engancha’. Lo ves a JonĆ”s y decĆ­s ‘mirĆ” este flaco desgarbado’, pero te llega al fondo y engancha.

P. ¿Tiene algĆŗn rival al que quiera enfrentarse?

R. Noooooo, que vayan saliendo. No tengo un rival para elegir.

P. Antes hablaba de EspaƱa.

R. Si lo tenemos en el precipicio, lo vamos a empujar. En un Mundial nadie te perdona. Lo mismo ellos, ¡eh!: si nos tienen a nosotros ahĆ­, nos van a empujar. No te van a dar la mano para agarrarte. Te van a pisar los dedos para que te caigas. Es asĆ­.

P. ¿QuĆ© darĆ­a por salir campeĆ³n del mundo?

R. Un brazo. Yo darĆ­a un brazo por esa Copa.

P. Hace frĆ­o para ir desnudo al Obelisco. ¿Lo pensĆ³ bien?

R. SĆ­, pero no dije cuĆ”ndo iba a ir, ¡ja, ja. ja!

Un corte de manga y se fue.

Tomado de ClarĆ­n

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