El lugar ya sufre problemas de agua, contaminación y deforestación.
Hanga Roa.- Pascua, una isla chilena de sólo 160 km2 en el océano Pacífico donde este domingo se verá un eclipse total de sol, se prepara para que este fin de semana se duplique el número de personas, en un lugar que ya sufre problemas de agua, contaminación y deforestación.
Sólo el domingo cuatro vuelos aterrizarán en el aeropuerto de Mataveri con 1.032 personas, un número cuatro veces más alto que lo habitual, ya que normalmente sólo hay un vuelo al día. Además se suma la llegada de 12 embarcaciones por vía marítima, y aquellos que llegarán durante la semana.
El eclipse solar total empezará en Polinesia francesa, antes de que la sombra de la Luna caiga sobre la Isla de Pascua y sus misteriosas estatuas gigantes, para terminar su recorrido en Chile y Argentina.
La noche se instalará temporalmente en pleno día sobre un estrecho corredor de 11.000 km de largo atravesando el Pacífico sur.
En Pascua, 4.000 habitantes se disponen a recibir a más de 4.000 visitantes por el eclipse.
Según explicó a la AFP el gobernador de Pascua, Pedro Edmunds Paoa, "la isla tiene la capacidad suficiente para absorber esta cantidad de turistas, una cifra parecida a las que tenemos en el mes de enero" (verano austral).
Las autoridades han aumentado las dotaciones de seguridad para este fin de semana, así como los guardas de los sitios patrimoniales. Y según la alcaldesa de Hanga Roa, Luz del Carmen Zasso, muchos han ampliado la capacidad en sus cabañas para aumentar su capacidad ante tanta demanda.
Tal y como explica la investigadora del Centro de Estudios de Isla de Pascua y Oceanía de la Universidad de Chile, Paula Vargas, en la isla existen "tanto aquellos que reciben abiertamente a todos los extranjeros, como personas con posturas más reaccionarias, que consideran que llega demasiada gente para un ambiente tan pequeño".
La disyuntiva no se produce por el eclipse, sino que viene de lejos. En noviembre del año pasado, y tras las fuertes demandas de los isleños, el gobierno chileno envió al Parlamento un proyecto de ley que pretende fijar controles migratorios en Isla de Pascua y regular la entrada de turistas.
La isla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es habitada por unos 4.000 habitantes, en su mayoría de la etnia Rapa Nui de origen polinesio, y su población no aborigen se ha incrementado cerca de un 30% en los últimos años, provocando distorsiones en la convivencia y el ecosistema.
Hanga Roa.- Pascua, una isla chilena de sólo 160 km2 en el océano Pacífico donde este domingo se verá un eclipse total de sol, se prepara para que este fin de semana se duplique el número de personas, en un lugar que ya sufre problemas de agua, contaminación y deforestación.
Sólo el domingo cuatro vuelos aterrizarán en el aeropuerto de Mataveri con 1.032 personas, un número cuatro veces más alto que lo habitual, ya que normalmente sólo hay un vuelo al día. Además se suma la llegada de 12 embarcaciones por vía marítima, y aquellos que llegarán durante la semana.
El eclipse solar total empezará en Polinesia francesa, antes de que la sombra de la Luna caiga sobre la Isla de Pascua y sus misteriosas estatuas gigantes, para terminar su recorrido en Chile y Argentina.
La noche se instalará temporalmente en pleno día sobre un estrecho corredor de 11.000 km de largo atravesando el Pacífico sur.
En Pascua, 4.000 habitantes se disponen a recibir a más de 4.000 visitantes por el eclipse.
Según explicó a la AFP el gobernador de Pascua, Pedro Edmunds Paoa, "la isla tiene la capacidad suficiente para absorber esta cantidad de turistas, una cifra parecida a las que tenemos en el mes de enero" (verano austral).
Las autoridades han aumentado las dotaciones de seguridad para este fin de semana, así como los guardas de los sitios patrimoniales. Y según la alcaldesa de Hanga Roa, Luz del Carmen Zasso, muchos han ampliado la capacidad en sus cabañas para aumentar su capacidad ante tanta demanda.
Tal y como explica la investigadora del Centro de Estudios de Isla de Pascua y Oceanía de la Universidad de Chile, Paula Vargas, en la isla existen "tanto aquellos que reciben abiertamente a todos los extranjeros, como personas con posturas más reaccionarias, que consideran que llega demasiada gente para un ambiente tan pequeño".
La disyuntiva no se produce por el eclipse, sino que viene de lejos. En noviembre del año pasado, y tras las fuertes demandas de los isleños, el gobierno chileno envió al Parlamento un proyecto de ley que pretende fijar controles migratorios en Isla de Pascua y regular la entrada de turistas.
La isla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es habitada por unos 4.000 habitantes, en su mayoría de la etnia Rapa Nui de origen polinesio, y su población no aborigen se ha incrementado cerca de un 30% en los últimos años, provocando distorsiones en la convivencia y el ecosistema.
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