El MPN ante una disyuntiva tóxica - Piedra OnLine

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domingo, 18 de julio de 2010

El MPN ante una disyuntiva tóxica

Esta semana comenzaría a quedar claro el mapa electoral para la interna del 15 de agosto. El gobierno buscó oxígeno en una semana de vacaciones. La realidad siguió, imperturbable y amenazante. El caso del peaje puede ser el testigo para la obvia necesidad de un cambio.

Esta semana quedaría definido el mapa electoral interno del MPN ante la confirmación o no de los posibles ocupantes de la candidatura para presidir el partido en la Lista Azul: Ana Pechen o el mismo Jorge Sapag. Las versiones coincidieron en señalar sobre el fin de semana que Pechen ya habría dicho que sí. Y Sapag parece lejos de asumir ahora lo que se había negado a asumir antes. Pero hay que esperar, porque sólo existen versiones, sin palabra oficial, y de hecho los dos funcionarios no han hablado con la prensa.

La vicegobernadora estuvo de vacaciones durante la semana que pasó. El gobernador, en la casa de su madre, en Buenos Aires. Como el vicepresidente primero de la Legislatura también se tomó unos días de descanso, a cargo del Ejecutivo estuvo Graciela Muñiz Saavedra, la diputada que es a la vez vicepresidente segunda de la Legislatura. El gobierno no encontró otra manera de zafar del ahogo, de la presión constante, factores agravados por la tragedia que se llevó la vida de Luz Sapag, que hacer un impase en medio de la tormenta permanente que es la provincia de Neuquén.

Durante la catarsis sanitaria del gobierno, la realidad no se detuvo, obviamente. La interna retomó su ritmo, con acciones proselitistas de Jorge Sobisch y José Brillo. El petrolero Guillermo Pereyra envió el mensaje de que aceptaría gustoso, e impulsaría, la candidatura de Jorge Sapag por la Lista Azul. Una versión que se echó a rodar indicó que el diputado Omar Lorenzo preparaba el traje para asumir la candidatura vacante (Lorenzo es pre-candidato a intendente).

Los gremios estatales se preocuparon en recordar que el año todavía tiene cinco meses y medio de actividad, y que necesitan seguir reacomodando los salarios, porque la inflación del INDEC forma parte del reino de las fantasías, y esto es Neuquén, no Disneylandia. Preparan una cartera llena de elementos extorsivos que obedientes políticos de la oposición están dispuestos a tolerar porque a ellos también les sirve. Por ejemplo, el peaje de la ruta 7.

¿Esta historia es la más problemática que enfrenta la gestión de Sapag? No se puede afirmar, porque en realidad hay muchas que la oposición puede utilizar sin llegar al límite que ha llegado Kirchner con Macri. Pero sí es evidente que es un punto que el gobierno quisiera hacer desaparecer, si tuviera algún convenio con el mundo de Harry Potter.

Nadie ha abordado con toda claridad, o por lo menos con el contexto completo, el tema del peaje. En la región, ha sido desde su creación una ordalía de estafas admitidas institucionalmente.

La empresa del peaje entre Cipolletti y Neuquén fue perdonada y subsidiada por el gobierno de Kirchner. Vialidad Nacional asumió lo que la empresa debía hacer (los accesos al tercer puente). Se le permitió hacer un puente que es la mitad de largo de lo que el contrato de concesión había establecido. Hubo hasta una denuncia penal promovida por la Defensoría del Pueblo de la Nación.

El tercer puente, cortito y al pie, quedó construido sin accesos, y así estuvo dos años completos. Nadie o pocos dicen que en el contrato que sigue vigente se estipula que para pasar por ese puente habrá que pagar también peaje, con casillas que en los planos están ubicadas en Cipolletti.

Políticos y organizaciones sociales llaman a no cobrar más peaje, en ningún lado de la región. Tienen razón: no hay excusas para hacerlo, porque las empresas que resultan concesionarias no tienen trabajo de mantenimiento ni de servicios que prestar. Pero además, es un negocio extraño: en los últimos 20 años, Neuquén ha construido más obras que Nación y ciertamente que Río Negro, para mantener más o menos aceitado el tránsito entre ambas provincias. No ha recupera un peso de lo que ha invertido y sigue invirtiendo, por ejemplo, con la autovía que unirá el tercer puente con la ruta 22, pasando Plottier.

En este contexto, que el Estado neuquino avalara un traspaso de acciones de una empresa a otra en el peaje de la ruta 7, cuando la concesión vencía el año que viene; que esa empresa avalada se hubiera formado hace solo un año con el fin de explotar el peaje en la ruta 7; que se le extienda el contrato (cambiando sus condiciones) hasta el año 2025; y que se le permita aumentar la tarifa con el presunto fin de recuperar plata que puso el Estado…son todos elementos difíciles de tragar para cualquiera. Para la oposición, es un bocado de cardenal, un bocadillo gourmet servido en bandeja de plata.

No es, con todo, una novedad en el MPN que enfrente disyuntivas que el mismo partido crea, a caballo de la prepotencia por la obra pública que siempre lo ha caracterizado. ¿Por qué esta oportunidad sería distinta a otras, históricas? Tal vez la diferencia se base en razones de estricta coyuntura. Ha crecido el interés y las posibilidades para desbancar al MPN del gobierno de la provincia. A la vez, en el partido hay una interna que exige definición, y que tiene en carpeta un tema obsesivo, recurrente, a punto de explotar: o se termina la corrupción estructural del Estado, o la primera víctima política de una acumulación tóxica que lleva muchos años, será el MPN.

Rubén Boggi

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