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Matrimonio gay
Si el kirchnerismo jamás sacó una ley que restringiera derechos a las minorías, como aseguró la Presidenta en referencia al proyecto de unión civil, tampoco hizo nada para aprobar el matrimonio homosexual cuando controlaba el Congreso. Más bien lo contrario: los diputados de la centroizquierda, el socialismo y el GEN, que lo impulsaron desde el año pasado, fueron testigos de cómo el oficialismo en sus últimos meses de hegemonía dejaba sin quórum el debate en las comisiones, presuntamente por el viaje de Cristina al Vaticano, en noviembre.
El proyecto había comenzado a tratarse en las comisiones de Legislación General –presidida por Vilma Ibarra, cercana al oficialismo y una de las autoras junto con la socialista Silvia Augsburger– y Familia, en ese momento encabezada por la oficialista Juliana Di Tullio, a favor de la iniciativa. Pero no hubo dictamen por las ausencias del kirchnerismo, el PRO, el peronismo disidente y el radicalismo, en este último caso con alguna excepción.
Cuando el debate se retomó este año, con la nueva composición de la Cámara, dividió transversalmente la mayoría de los bloques. Tal vez en un intento por recuperar la simpatía de sectores progresistas, Néstor Kirchner se presentó en el recinto en la madrugada del 5 de mayo para votar por primera y única vez desde que asumió. Una semana antes, el bloque oficialista había priorizado demorar el ingreso de la reforma al impuesto al cheque proveniente del Senado, no bajó a dar quórum y se frustró la sesión.
El Frente para la Victoria dio libertad de conciencia, como el resto de los bloques, y registró 46 votos a favor y 30 en contra. Di Tullio trabajó para sumar apoyos, Patricia Fadel para restarlos y la postura de Kirchner provocó un “aporte” para garantizar la aprobación: 10 diputados oficialistas y dos aliados que resistían el matrimonio gay se ausentaron del recinto. Lo mismo podría suceder en el Senado.
Matrimonio gay
Si el kirchnerismo jamás sacó una ley que restringiera derechos a las minorías, como aseguró la Presidenta en referencia al proyecto de unión civil, tampoco hizo nada para aprobar el matrimonio homosexual cuando controlaba el Congreso. Más bien lo contrario: los diputados de la centroizquierda, el socialismo y el GEN, que lo impulsaron desde el año pasado, fueron testigos de cómo el oficialismo en sus últimos meses de hegemonía dejaba sin quórum el debate en las comisiones, presuntamente por el viaje de Cristina al Vaticano, en noviembre.
El proyecto había comenzado a tratarse en las comisiones de Legislación General –presidida por Vilma Ibarra, cercana al oficialismo y una de las autoras junto con la socialista Silvia Augsburger– y Familia, en ese momento encabezada por la oficialista Juliana Di Tullio, a favor de la iniciativa. Pero no hubo dictamen por las ausencias del kirchnerismo, el PRO, el peronismo disidente y el radicalismo, en este último caso con alguna excepción.
Cuando el debate se retomó este año, con la nueva composición de la Cámara, dividió transversalmente la mayoría de los bloques. Tal vez en un intento por recuperar la simpatía de sectores progresistas, Néstor Kirchner se presentó en el recinto en la madrugada del 5 de mayo para votar por primera y única vez desde que asumió. Una semana antes, el bloque oficialista había priorizado demorar el ingreso de la reforma al impuesto al cheque proveniente del Senado, no bajó a dar quórum y se frustró la sesión.
El Frente para la Victoria dio libertad de conciencia, como el resto de los bloques, y registró 46 votos a favor y 30 en contra. Di Tullio trabajó para sumar apoyos, Patricia Fadel para restarlos y la postura de Kirchner provocó un “aporte” para garantizar la aprobación: 10 diputados oficialistas y dos aliados que resistían el matrimonio gay se ausentaron del recinto. Lo mismo podría suceder en el Senado.
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