*Sapag propone un “mix” a Cristina: habrá polémica
La cuestión de refinanciamiento de la deuda neuquina, y el qué hacer con las cinco demandas que tiene Neuquén contra el Estado nacional, le provocará inexorablemente un costo político al gobernador neuquino. El gobierno intenta reducirlo a una mínima expresión. Pero es difícil que lo logre totalmente.
Sapag participó de la inauguración de un cajero del BPN en Campo Grande, junto al intendente de esa localidad, Omar Gutiérrez y el senador Miguel Pichetto (foto prensa institucional)
Jorge Sapag negociará con Cristina Fernández la inclusión al plan de refinanciamiento de la relativa deuda neuquina, sobre la base de una mixtura de fórmulas que procurarán gambetear la dura exigencia nacional de retirar los juicios como condición.
Así lo informó el propio mandatario este jueves, al hacer declaraciones después de inaugurar un cajero automático del Banco Provincia de Neuquén en territorio rionegrino, en Campo Grande. Sapag reiteró que hay cinco demandas iniciadas contra el Estado nacional, aclaró que hay tres que pueden tener una resolución más o menos rápida (negociada), y dos que presentan un poco más de problemas. Pero fundamentalmente dijo que no se trata de retirar o dejar juicios, sino que se puede jugar con variantes: acuerdos, transacciones, recurrencia a la Suprema Corte…recetas variadas para un menú que inexorablemente traerá polémicas, y le significará, por más que pase y se haga la catarsis en la Legislatura, un costo político.
El gobernador está más o menos seguro que obtendrá un plazo más allá del 31 de este mes para sellar un acuerdo. No duda, aparentemente, de que el acuerdo es posible y necesario, en función de los 1.890 millones de pesos que Neuquén podría reducir en parte, con un ATN, y refinanciar el resto, con una tasa de 6 por ciento y sin la aplicación del CER, el índice de actualización más impiadoso, aunque se aplique la inflación del INDEC y no la real que sufre la Argentina.
También aceptó este miércoles que ya envió una propuesta de solución al gobierno. Es una carpeta con la mixtura de propuestas –no develada- para cada una de las demandas en cuestión, y que reafirma que el interés neuquino es entrar al dichoso PAF. (ó PAD, porque Nación habla, sin verdad, de “desendeudamiento”).
Sapag no usa la palabra “resignar” en el tema de los cinco juicios. Por el contrario, enfatiza que no se puede “resignar” los derechos de la provincia, o sus intereses, que a veces son los mismos y a veces no, según la óptica que se aplique. Más allá de la peligrosidad de la semántica en un tema áspero, lo previsible es que habrá un coro acusador de una parte de la oposición, y otro quizá más inquietante que surgirá de su propio partido, el MPN.
La explicación a esto es que por un lado es políticamente lógico que se cuestione una decisión que Sapag debe tomar sólo porque el gobierno de Cristina Fernández y Néstor Kirchner lo exige. Es un gesto nacional desmesurado exigir que se depongan demandas ante la Justicia, sólo para refinanciar una deuda. Si se hablara de condonación…tal vez se podría negociar más sencillamente.
No es este el único punto que provocará polémica. Hay un tema más directo aún: ¿de cuánta plata se habla? No se sabe con exactitud, pero hay estimaciones. Es una cuestión bien concreta: para refinanciar 1.890 millones ¿cuánto debo “perder” de cobrar, en un hipotético aunque no improbable futuro?
El lunes, el tema se debatirá en la sesión especial de la Legislatura. Antes y después, formará parte de esta anticipada campaña electoral hacia el 2011 que viven los políticos neuquinos.
Rubén Boggi
La cuestión de refinanciamiento de la deuda neuquina, y el qué hacer con las cinco demandas que tiene Neuquén contra el Estado nacional, le provocará inexorablemente un costo político al gobernador neuquino. El gobierno intenta reducirlo a una mínima expresión. Pero es difícil que lo logre totalmente.
Sapag participó de la inauguración de un cajero del BPN en Campo Grande, junto al intendente de esa localidad, Omar Gutiérrez y el senador Miguel Pichetto (foto prensa institucional)
Jorge Sapag negociará con Cristina Fernández la inclusión al plan de refinanciamiento de la relativa deuda neuquina, sobre la base de una mixtura de fórmulas que procurarán gambetear la dura exigencia nacional de retirar los juicios como condición.
Así lo informó el propio mandatario este jueves, al hacer declaraciones después de inaugurar un cajero automático del Banco Provincia de Neuquén en territorio rionegrino, en Campo Grande. Sapag reiteró que hay cinco demandas iniciadas contra el Estado nacional, aclaró que hay tres que pueden tener una resolución más o menos rápida (negociada), y dos que presentan un poco más de problemas. Pero fundamentalmente dijo que no se trata de retirar o dejar juicios, sino que se puede jugar con variantes: acuerdos, transacciones, recurrencia a la Suprema Corte…recetas variadas para un menú que inexorablemente traerá polémicas, y le significará, por más que pase y se haga la catarsis en la Legislatura, un costo político.
El gobernador está más o menos seguro que obtendrá un plazo más allá del 31 de este mes para sellar un acuerdo. No duda, aparentemente, de que el acuerdo es posible y necesario, en función de los 1.890 millones de pesos que Neuquén podría reducir en parte, con un ATN, y refinanciar el resto, con una tasa de 6 por ciento y sin la aplicación del CER, el índice de actualización más impiadoso, aunque se aplique la inflación del INDEC y no la real que sufre la Argentina.
También aceptó este miércoles que ya envió una propuesta de solución al gobierno. Es una carpeta con la mixtura de propuestas –no develada- para cada una de las demandas en cuestión, y que reafirma que el interés neuquino es entrar al dichoso PAF. (ó PAD, porque Nación habla, sin verdad, de “desendeudamiento”).
Sapag no usa la palabra “resignar” en el tema de los cinco juicios. Por el contrario, enfatiza que no se puede “resignar” los derechos de la provincia, o sus intereses, que a veces son los mismos y a veces no, según la óptica que se aplique. Más allá de la peligrosidad de la semántica en un tema áspero, lo previsible es que habrá un coro acusador de una parte de la oposición, y otro quizá más inquietante que surgirá de su propio partido, el MPN.
La explicación a esto es que por un lado es políticamente lógico que se cuestione una decisión que Sapag debe tomar sólo porque el gobierno de Cristina Fernández y Néstor Kirchner lo exige. Es un gesto nacional desmesurado exigir que se depongan demandas ante la Justicia, sólo para refinanciar una deuda. Si se hablara de condonación…tal vez se podría negociar más sencillamente.
No es este el único punto que provocará polémica. Hay un tema más directo aún: ¿de cuánta plata se habla? No se sabe con exactitud, pero hay estimaciones. Es una cuestión bien concreta: para refinanciar 1.890 millones ¿cuánto debo “perder” de cobrar, en un hipotético aunque no improbable futuro?
El lunes, el tema se debatirá en la sesión especial de la Legislatura. Antes y después, formará parte de esta anticipada campaña electoral hacia el 2011 que viven los políticos neuquinos.
Rubén Boggi
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