La Junta de Gobierno y la Convención giran en sistemas planetarios diferentes. Sin embargo, no parece que se pueda alterar el cronograma electoral, ni que se modifiquen aspectos sustanciales. Se presentaron los avales, las listas, y quedó confirmado que sólo habrá dos, síntesis de la guerra Sapag-Sobisch.
Con la presentación de las dos listas que se preveía iban a presentarse en la interna del MPN –la Azul y la Blanca- comenzó a transitarse el último mes de una campaña que sigue caracterizada por una singularidad: la Junta de Gobierno (y consecuentemente la Junta Electoral) enfrentada con la Convención partidaria, y viceversa.
No es un mero detalle. Es el síntoma de una dolencia: el definitivo quiebre entre Jorge Sapag, actual gobernador, con su desafiante adversario, actual presidente del partido, Jorge Sobisch.
La carta orgánica del MPN se ha transformado en una herramienta que cada cual usa según la conveniencia. Se estira, se achica, se pierde, y hasta ha tenido un hijito a partir de una reforma fabricada por la Convención, que tampoco ha sido aceptada por la otra parte.
Así, los azules reivindican a la Convención como “órgano máximo”, y acotan a la Junta de Gobierno como organismo de aplicación de lo que los convencionales deciden.
Los blancos sostienen que la convención trabaja contra natura, a destiempo, modificando cosas que ya se habían determinado y aceptado. Concretamente, asegura que el proceso electoral queda en manos de la Junta Electoral partidaria (integrada por miembros de la Junta de Gobierno), y que la Convención no puede meter mano allí: lo único que queda como instancia es la Justicia, pero no cualquier justicia, sino la electoral.
El último round de esta pelea permanente, paralela a la pelea de fondo, que será juzgada inapelablemente por las urnas, fue la integración de las listas de candidatos a diputados. La lista Azul la integró siguiendo la decisión de la Convención de tomar la provincia como distrito único, sin los clásicos circuitos que establecía la carta orgánica; aunque cuando la presentó distinguió a qué localidad representa cada candidato, por las dudas, respetando de alguna manera la cuestión de los circuitos; también se subrayó el tema cupos: femenino, y joven.
La Blanca se ciñó a la representación por circuitos, desconociendo expresamente lo determinado por la Convención, y con el argumento de que esto era precisamente lo que había que hacer. Al mismo tiempo, aplicó una interpretación propia de la Junta Electoral sobre la manera en que debían garantizarse los famosos cupos femenino y juvenil.
La Convención rápidamente reaccionó con nuevas notas a la Junta de Gobierno, y dejando entrever que habría que recurrir a la Justicia. Apenas horas antes, el candidato de la Blanca, Sobisch, había acusado a sus oponentes de maniobras dilatorias a través de la judicialización de la interna.
Estas diferencias, y otras, podrán o no ser resueltas por la Justicia. No parece, igualmente, que sean capaces de frenar el proceso de las elecciones internas.
La magnitud del enfrentamiento es superlativa. Sapag y Pechen presentaron más de 21 mil avales y 30 mil firmas, que no sirven más que para reforzar la idea de que los “independientes” prefieren la continuidad del actual gobierno, al menos en esta instancia. Sobisch y Jorge Lara (el candidato a vice) presentaron más de 26 mil avales.
La lista de candidatos a diputados que presentó la Azul tiene una clara preponderancia de diputados en funciones: José Ruso, Graciela Muñiz Saavedra, Rolando Figueroa, Silvia de Otaño, y Darío Mattio, la encabezan. Dispersos en el fárrago de nombres, asoman los dos intendentes convencionales naranjas, Raúl Béttiga y Marcelo Pieroni.
La Lista Blanca integró por circuitos a nombres como Jorge Chaneton, Germán Chapino, Gladis Del Carmen Fuentealba, Adrián Genaro, Ernesto Bobadilla, Ricardo Corradi, Margarita Mamet, Cristóbal Muñoz.
Con la presentación de las dos listas que se preveía iban a presentarse en la interna del MPN –la Azul y la Blanca- comenzó a transitarse el último mes de una campaña que sigue caracterizada por una singularidad: la Junta de Gobierno (y consecuentemente la Junta Electoral) enfrentada con la Convención partidaria, y viceversa.
No es un mero detalle. Es el síntoma de una dolencia: el definitivo quiebre entre Jorge Sapag, actual gobernador, con su desafiante adversario, actual presidente del partido, Jorge Sobisch.
La carta orgánica del MPN se ha transformado en una herramienta que cada cual usa según la conveniencia. Se estira, se achica, se pierde, y hasta ha tenido un hijito a partir de una reforma fabricada por la Convención, que tampoco ha sido aceptada por la otra parte.
Así, los azules reivindican a la Convención como “órgano máximo”, y acotan a la Junta de Gobierno como organismo de aplicación de lo que los convencionales deciden.
Los blancos sostienen que la convención trabaja contra natura, a destiempo, modificando cosas que ya se habían determinado y aceptado. Concretamente, asegura que el proceso electoral queda en manos de la Junta Electoral partidaria (integrada por miembros de la Junta de Gobierno), y que la Convención no puede meter mano allí: lo único que queda como instancia es la Justicia, pero no cualquier justicia, sino la electoral.
El último round de esta pelea permanente, paralela a la pelea de fondo, que será juzgada inapelablemente por las urnas, fue la integración de las listas de candidatos a diputados. La lista Azul la integró siguiendo la decisión de la Convención de tomar la provincia como distrito único, sin los clásicos circuitos que establecía la carta orgánica; aunque cuando la presentó distinguió a qué localidad representa cada candidato, por las dudas, respetando de alguna manera la cuestión de los circuitos; también se subrayó el tema cupos: femenino, y joven.
La Blanca se ciñó a la representación por circuitos, desconociendo expresamente lo determinado por la Convención, y con el argumento de que esto era precisamente lo que había que hacer. Al mismo tiempo, aplicó una interpretación propia de la Junta Electoral sobre la manera en que debían garantizarse los famosos cupos femenino y juvenil.
La Convención rápidamente reaccionó con nuevas notas a la Junta de Gobierno, y dejando entrever que habría que recurrir a la Justicia. Apenas horas antes, el candidato de la Blanca, Sobisch, había acusado a sus oponentes de maniobras dilatorias a través de la judicialización de la interna.
Estas diferencias, y otras, podrán o no ser resueltas por la Justicia. No parece, igualmente, que sean capaces de frenar el proceso de las elecciones internas.
La magnitud del enfrentamiento es superlativa. Sapag y Pechen presentaron más de 21 mil avales y 30 mil firmas, que no sirven más que para reforzar la idea de que los “independientes” prefieren la continuidad del actual gobierno, al menos en esta instancia. Sobisch y Jorge Lara (el candidato a vice) presentaron más de 26 mil avales.
La lista de candidatos a diputados que presentó la Azul tiene una clara preponderancia de diputados en funciones: José Ruso, Graciela Muñiz Saavedra, Rolando Figueroa, Silvia de Otaño, y Darío Mattio, la encabezan. Dispersos en el fárrago de nombres, asoman los dos intendentes convencionales naranjas, Raúl Béttiga y Marcelo Pieroni.
La Lista Blanca integró por circuitos a nombres como Jorge Chaneton, Germán Chapino, Gladis Del Carmen Fuentealba, Adrián Genaro, Ernesto Bobadilla, Ricardo Corradi, Margarita Mamet, Cristóbal Muñoz.
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