"EscuchĆ© los disparos, pero no vi nada. Yo estaba en el tercer piso de la escuela y una compaƱera nos dijo gritando que fuĆ©ramos hasta el auditorio", en el cuarto piso, narrĆ³ Pamela, una chica de 13 aƱos que pudo salvar su vida.
Rio de Janeiro.- Pamela tiene 13 aƱos y ahora no quiere volver a su escuela, la Tasso da Silveira, en la periferia de Rio de Janeiro, porque tiene miedo que se repita un tiroteo como el de este jueves, al que sobreviviĆ³ pero en el que perdiĆ³ a su amiga Larissa y a otros nueve compaƱeros.
"Tengo miedo de volver a la escuela", lanzĆ³ Pamela Cristina Ferreira, que cursa el sĆ©ptimo aƱo en esta escuela en del barrio Realengo, en las afueras de la ciudad. "Y yo no quiero que ella vaya, voy a buscar una nueva escuela para ella", siguiĆ³ su madre, Simone Ferreira, de 38 aƱos, en diĆ”logo con la AFP.
Pamela saliĆ³ ilesa del ataque a balazos de este jueves perpetrado por un ex alumno de 24 aƱos, que se suicidĆ³ tras dejar 10 muertos y 12 heridos.
"EscuchƩ los disparos, pero no vi nada. Yo estaba en el tercer piso de la escuela y una compaƱera nos dijo gritando que fuƩramos hasta el auditorio", en el cuarto piso, narra la niƱa claramente afectada.
"Bloqueamos las puertas del auditorio con unos armarios bajo la direcciĆ³n de los profesores, todos estĆ”bamos en pĆ”nico, pero nos quedamos tranquilos hasta que llegĆ³ la policĆa y todo acabĆ³", continuĆ³.
En el hospital Albert Schweitzer, fuertemente custodiado por la PolicĆa Militar, se concentraron los familiares de las vĆctimas y heridos en el ataque. Pamela recibiĆ³ allĆ la terrible noticia de que su compaƱera de clases, Larissa, de 15 aƱos, muriĆ³.
"MuriĆ³ en el quirĆ³fano", dijo parco un hombre que las acompaƱaba. Simone y Pamela estaban con Daniella (28 aƱos), prima de Larissa, que sabĆa "por una compaƱerita de ella que la habĆan herido en el brazo".
A pocos pasos, una mujer desconsolada repetĆa "mi niƱa se me fue" aferrada a su compaƱero. PrefiriĆ³ no contar su historia.
"Es increĆble", "no lo puedo creer", "nunca habĆa pasado algo asĆ", comentaban los vecinos de Realengo, que ayudaron en el traslado de muchas de las vĆctimas.
"Vivo a cinco minutos del colegio. Ella -una de las heridas- llegĆ³ a mi casa con un disparo en las costillas. Al verla, la llevĆ© al hospital inmediatamente", contĆ³ JosĆ© Marques, de 28 aƱos, narrando su historia con Renata, quien "gracias a Dios estĆ” bien", segĆŗn confirmaron sus mismos padres.
"Ella estaba en las escaleras cuando comenzĆ³ todo, pero estĆ” bien", precisĆ³ Vera, la madre de esta niƱa de 13 aƱos.
Frente a la escuela municipal Tasso da Silveira, en la casa de Elizer, un trabajador del correo de unos 50 aƱos, habĆa marcas de sangre. Dos niƱos lograron saltar el muro y tocaron a su puerta. Fueron llevados al hospital.
Otro padre contĆ³ los momentos que viviĆ³ durante el ataque.
"Mi esposa me llamĆ³ desesperada para que viniera, nuestra hija de 11 aƱos estudia ahĆ. EstĆ” bien, pero quedo preocupado", expresĆ³ Jorge.
Como Simone, muchos padres se preguntaban cĆ³mo este ex alumno logrĆ³ entrar al edificio y cometer esta masacre. "¿CĆ³mo entrĆ³ a la escuela, si hay dos puntos de control? No entiendo", reclamaba un padre. Nadie le dio una respuesta...
"Yo la verdad nunca pensĆ© que esto ocurrirĆa aquĆ, parece mentira. Esto sĆ³lo lo habĆa visto yo en Estados Unidos... ¿Y ahora? ¿CĆ³mo me quedo tranquilo cuando mi hijo vaya a la escuela?", terminĆ³ diciendo Jorge.
En AmĆ©rica Latina, Argentina registra un precedente similar que ocurriĆ³ el 28 de setiembre de 2004, cuando un alumno de 15 aƱos matĆ³ a tres compaƱeros de clasee hiriĆ³ a cinco con un arma en la ciudad de Carmen de Patagones, al sur de Buenos Aires.(AFP-NA).-
Rio de Janeiro.- Pamela tiene 13 aƱos y ahora no quiere volver a su escuela, la Tasso da Silveira, en la periferia de Rio de Janeiro, porque tiene miedo que se repita un tiroteo como el de este jueves, al que sobreviviĆ³ pero en el que perdiĆ³ a su amiga Larissa y a otros nueve compaƱeros.
"Tengo miedo de volver a la escuela", lanzĆ³ Pamela Cristina Ferreira, que cursa el sĆ©ptimo aƱo en esta escuela en del barrio Realengo, en las afueras de la ciudad. "Y yo no quiero que ella vaya, voy a buscar una nueva escuela para ella", siguiĆ³ su madre, Simone Ferreira, de 38 aƱos, en diĆ”logo con la AFP.
Pamela saliĆ³ ilesa del ataque a balazos de este jueves perpetrado por un ex alumno de 24 aƱos, que se suicidĆ³ tras dejar 10 muertos y 12 heridos.
"EscuchƩ los disparos, pero no vi nada. Yo estaba en el tercer piso de la escuela y una compaƱera nos dijo gritando que fuƩramos hasta el auditorio", en el cuarto piso, narra la niƱa claramente afectada.
"Bloqueamos las puertas del auditorio con unos armarios bajo la direcciĆ³n de los profesores, todos estĆ”bamos en pĆ”nico, pero nos quedamos tranquilos hasta que llegĆ³ la policĆa y todo acabĆ³", continuĆ³.
En el hospital Albert Schweitzer, fuertemente custodiado por la PolicĆa Militar, se concentraron los familiares de las vĆctimas y heridos en el ataque. Pamela recibiĆ³ allĆ la terrible noticia de que su compaƱera de clases, Larissa, de 15 aƱos, muriĆ³.
"MuriĆ³ en el quirĆ³fano", dijo parco un hombre que las acompaƱaba. Simone y Pamela estaban con Daniella (28 aƱos), prima de Larissa, que sabĆa "por una compaƱerita de ella que la habĆan herido en el brazo".
A pocos pasos, una mujer desconsolada repetĆa "mi niƱa se me fue" aferrada a su compaƱero. PrefiriĆ³ no contar su historia.
"Es increĆble", "no lo puedo creer", "nunca habĆa pasado algo asĆ", comentaban los vecinos de Realengo, que ayudaron en el traslado de muchas de las vĆctimas.
"Vivo a cinco minutos del colegio. Ella -una de las heridas- llegĆ³ a mi casa con un disparo en las costillas. Al verla, la llevĆ© al hospital inmediatamente", contĆ³ JosĆ© Marques, de 28 aƱos, narrando su historia con Renata, quien "gracias a Dios estĆ” bien", segĆŗn confirmaron sus mismos padres.
"Ella estaba en las escaleras cuando comenzĆ³ todo, pero estĆ” bien", precisĆ³ Vera, la madre de esta niƱa de 13 aƱos.
Frente a la escuela municipal Tasso da Silveira, en la casa de Elizer, un trabajador del correo de unos 50 aƱos, habĆa marcas de sangre. Dos niƱos lograron saltar el muro y tocaron a su puerta. Fueron llevados al hospital.
Otro padre contĆ³ los momentos que viviĆ³ durante el ataque.
"Mi esposa me llamĆ³ desesperada para que viniera, nuestra hija de 11 aƱos estudia ahĆ. EstĆ” bien, pero quedo preocupado", expresĆ³ Jorge.
Como Simone, muchos padres se preguntaban cĆ³mo este ex alumno logrĆ³ entrar al edificio y cometer esta masacre. "¿CĆ³mo entrĆ³ a la escuela, si hay dos puntos de control? No entiendo", reclamaba un padre. Nadie le dio una respuesta...
"Yo la verdad nunca pensĆ© que esto ocurrirĆa aquĆ, parece mentira. Esto sĆ³lo lo habĆa visto yo en Estados Unidos... ¿Y ahora? ¿CĆ³mo me quedo tranquilo cuando mi hijo vaya a la escuela?", terminĆ³ diciendo Jorge.
En AmĆ©rica Latina, Argentina registra un precedente similar que ocurriĆ³ el 28 de setiembre de 2004, cuando un alumno de 15 aƱos matĆ³ a tres compaƱeros de clasee hiriĆ³ a cinco con un arma en la ciudad de Carmen de Patagones, al sur de Buenos Aires.(AFP-NA).-
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