La medida es preventiva en caso de que el material volcánico llegue al embalse. Quieren evitar que la arena tome contacto con las turbinas, por lo que será derivada al vertedero directamente.
Alicurá es el primero de los cinco embalses desde la naciente del Limay (archivo)
Técnicos del Organismo Regulador de la Seguridad de Presas (ORSEP) y de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) instalaron una barrera flotante para desviar la enorme alfombra de arena volcánica que viene desplazándose lentamente a través del río Limay y que se encuentra a tan solo 20 kilómetros de la cola del embalse de Alicurá.
El objetivo de esta barrera es evitar que la arena tome contacto con las turbinas de la represa y que pueda generar problemas en la generación de energía.
Así lo confirmó el titular del ORSEP, Francisco Giuliani, quien explicó que la barrera en cuestión consiste en una serie de tubos lastrados que quedan flotando en la superficie del embalse y que fueron distribuidos para desviar el material volcánico en caso de que siga avanzando hacia la represa.
En declaraciones a RTN, el ingeniero dijo que el material será desviado directamente al vertedero para que siga su curso por el río Limay, aunque es probable que buena parte de esta arena se humedezca y vaya decantando, como ya ocurrió en otros sectores aguas arriba.
Guiliani dijo que esa “alfombra” de arena y ceniza volcánica, compuesta en su mayoría por sílice, tiene un desplazamiento variable ya que depende de la dirección del viento.
Técnicos de la AIC habían confirmado recientemente que los primeros estudios realizados indican que la arena no es tóxica por lo que no constituye un peligro de contaminación para el agua.
La densa alfombra de arena tiene sectores donde el espesor alcanza los 50 centímetros, mientras que en zonas más debilitadas por la misma correntada de río disminuye a los 20 centímetros.
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