Mapuches: hablemos de la identidad - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

miƩrcoles, 1 de junio de 2011

Mapuches: hablemos de la identidad



El Jinete HipotĆ©tico cabalgĆ³ hacia el sur porque siempre estuvo interesado en comprender cĆ³mo evoluciona la identidad de los pueblos originarios. Y conversĆ³ con los dos antropĆ³logos sociales, quienes le contaron sobre las tradiciones y los cambios de las comunidades mapuches.

Por Leonardo Moledo

–Ustedes se dedican a estudiar los mapuches...

Juan Carlos Radovich: –Somos antropĆ³logos sociales, y en realidad nos dedicamos a estudiar diversos problemas, entre los que se cuentan los conflictos Ć©tnicos, las identidades, la antropologĆ­a econĆ³mica, las formas de vida, los impactos de grandes obras. Y los mapuches estuvieron involucrados en varios de nuestros proyectos. Empezamos a trabajar a principios de los aƱos ’80, y en el aƱo 1986 terminamos asesorando la re-locaciĆ³n de la comunidad mapuche a raĆ­z de la construcciĆ³n de la represa Piedra del Aguila.

–¿CĆ³mo es la sociedad mapuche?

Alejandro Balazote: –Yo dirĆ­a que son parte de esta sociedad. No hay una sociedad separada de la sociedad capitalista en que vivimos todos...

R.: –En general cuando se piensa en indios se piensa en individuos aislados, ahistĆ³ricos. Y en realidad estĆ”n profundamente vinculados al mercado de trabajo, a la mercantilizaciĆ³n de sus productos, a la gestiĆ³n de recursos...

–Pero teniendo eso en cuenta, ¿cĆ³mo viven?

B.: –Yo creo que los mapuches han cumplido y cumplen en el sistema de relaciones interĆ©tnicas un rol de subordinaciĆ³n muy importante. El avasallamiento que se dio durante el surgimiento del Estado-NaciĆ³n, la privaciĆ³n de su territorialidad, el genocidio, los obligaron a repensar sus procesos identitarios, su economĆ­a, su relaciĆ³n con el Estado...

R.: –Y a partir de ahĆ­ pensar en estrategias para llevar a cabo sus reivindicaciones.

–¿Hay organizaciones y formas de vida propiamente mapuches?

R: –SĆ­, claro. Siempre que se piensa en los mapuches se piensa en los mapuches rurales. Pero el ’75 por ciento, aproximadamente, vive en pueblos y ciudades. Y es precisamente en los pueblos y las ciudades donde han logrado crear organizaciones originales que comenzaron a recuperar, paulatinamente, aspectos de su identidad y de su cultura. Cuestiones que tienen que ver con la historia, con la lengua, con la cultura. Y a partir de eso se da, tambiĆ©n, el reclamo al Estado de la puesta en prĆ”ctica de ciertas polĆ­ticas.

–Vamos a las comunidades mapuches que viven en Ć”mbitos rurales. ¿CĆ³mo son? ¿Los chicos van a la escuela?

R.: –SĆ­. Es raro que una comunidad no tenga una escuela propia o compartida. Donde no la hay, es porque hay un pueblo cercano que estĆ” a pocos kilĆ³metros. Son escuelas provinciales a las que, en algunos casos, van solamente chicos mapuches y, en otro caso, va tambiĆ©n gente no mapuche.

–¿La lengua se estĆ” perdiendo?

B.: –Bueno, hay algo todavĆ­a. Los ancianos siguen hablando mapuche y hay una cierta revalorizaciĆ³n de la lengua. en las comunidades, en quĆ© se habla en espaƱol. Aunque hay gente que habla mapuche.

–¿CuĆ”l es el rol de la mujer en la sociedad mapuche?

R.: –Podemos decir que, a la luz de los cambios en la sociedad en general, la mujer ha ganado en protagonismo. Ha habido cambios en la divisiĆ³n sexual del trabajo, en la participaciĆ³n polĆ­tica... Y ademĆ”s tienen una postura de que hay un tema de gĆ©nero a salvar en la propia comunidad.

B.: –Lo que no quiere decir que se haya conseguido la no discriminaciĆ³n. En una sociedad mayor donde la mujer es discriminada, las comunidades tambiĆ©n tienen ciertos niveles de discriminaciĆ³n.

–¿Y son comunidades autoritarias?

R.: –No. Si vamos a la organizaciĆ³n polĆ­tica, vemos que antiguamente se elegĆ­a al jefe a partir de un linaje dominante. Puede ser que en algunos casos se siga dando asĆ­, pero ahora la mayorĆ­a elige a sus jefes en votaciones.

B.: –E incluso hay mujeres que son jefes, lo cual era impensable hace un tiempo. Por otro lado, hay una fuerte valorizaciĆ³n del consenso. Las cosas pueden demorar mĆ”s, pero tienen que estar bien consensuadas. Y tambiĆ©n hay una valorizaciĆ³n del discurso.

–¿Y la salud cĆ³mo se maneja? ¿Con mĆ©todos tradicionales o a la occidental?

B.: –Se maneja con todo tipo de formas. Como en toda sociedad, hay mecanismos y herramientas de medicina popular (algunos que son propios y otros que son heredados, por ejemplo, de los conquistadores espaƱoles). Pero ninguno reniega de la medicina convencional. Y lo que reclaman es que hay aspectos culturales que no son tenidos en cuenta en los planes sanitarios o en las formas de encarar las polĆ­ticas en salud.

–Hace un tiempo hubo un caso entre los guaranĆ­es de un chico cuya comunidad se oponĆ­a a que fuera operado, ¿no?

R.: –Pero esos casos son excepciones. La gente concurre a los lugares de salud en la medida en que le son eficaces. Ellos saben, por otro lado, que hay cosas que los mĆ©dicos no les pueden curar. Y ahĆ­ concurren a lugares alternativos.

–Bueno, en ese caso, finalmente fue operado y el chico se salvĆ³. ¿Y hay propiedad privada?

R.: –No, propiedad privada no. Eso varĆ­a de acuerdo a las provincias. En el caso de NeuquĆ©n, por ejemplo, hay un reconocimiento de una cantidad de reservas indĆ­genas desde el aƱo 1964, y despuĆ©s hubo un proceso en el que a muchas de ellas se les dio la propiedad en tĆ©rminos de una asociaciĆ³n civil sin fines de lucro. Es decir que la tierra no estĆ” parcelada, sino que es un territorio colectivo que nadie puede vender.

B.: –Y eso es muy importante para las comunidades que estĆ”n en zona petrolera, porque cobran derecho de servidumbre.

–Las que estĆ”n en territorio petrolero tienen que ser muy ricas.

B.: –Algunas. Las que reciben servidumbre.

R.: –Hay un par de comunidades que estĆ”n asentadas sobre un territorio en el que se producĆ­a, hace un tiempo, el 35 por ciento del gas del paĆ­s.

–Tienen suerte de vivir en esta Ć©poca. En otra Ć©poca los hubiesen matado.

R.: –SĆ­, claro. Pero no hay que pensar que los indios estĆ”n exentos de la represiĆ³n.

–¿Y hay consejo de ancianos o ese tipo organizaciones antiguas?

R.: –En este proceso de revalorizaciĆ³n identitaria hay una fuerte tendencia a revalorizar la palabra de los mayores, e incluso a reforzar ciertos roles como, por ejemplo, el de las mujeres que son depositarias del conocimiento religioso de la lengua y que llevan a cabo parte de los actos rituales en algunas ceremonias. E incluso, la palabra del lonko (el jefe).

B.: –No existe un consejo formal de ancianos, pero sĆ­ una valoraciĆ³n de la palabra de los antiguos. Siempre que van a un evento donde tienen que mostrar su reclamo y su identidad, la presencia de los mayores es marcada. Son los depositarios del saber de la comunidad.

–¿Y la religiĆ³n?

R.: –El cristianismo metiĆ³ sus garras de distinta manera. La Iglesia CatĆ³lica intentĆ³ compatibilizar elementos de un lado y de otro. El Obispado de NeuquĆ©n en la dĆ©cada del ’70 fue muy importante en la defensa de las comunidades. Pero tambiĆ©n son importantes otras religiones, como el pentecostalismo, el evangelismo...

–En realidad esos obispos fueron los que enfrentaron a la dictadura. No Bergoglio.

R.: –Ni monseƱor Plaza.

–¿Y religiĆ³n mapuche?

R.: –Bueno, en este momento de revalorizaciĆ³n polĆ­tica y organizativa, hay una revalorizaciĆ³n de cierta cosmovisiĆ³n y de la creencia en determinados seres que forman parte del territorio.

–¿Y hay emigraciĆ³n de esas comunidades?

R.: –SĆ­. Hay un dicho que dice: “La familia crece, la tierra no”. Los recursos no alcanzan para todos y, en general, en las comunidades se mantiene una cantidad de poblaciĆ³n estable.

–¿Y quiĆ©n se va?

R.: –Depende de la estructura familiar, de cuĆ”ntos hay para trabajar, de cuĆ”ntos hombres y mujeres hay, de la proximidad a los centros urbanos...

B.: – La ganaderĆ­a es la actividad econĆ³mica principal. Muchos tienen trabajo asalariado en estancias...

–Los explotan.

B.: –SĆ­.

–¿Como a todos o mĆ”s?

R.: –MĆ”s. Porque el hecho de ser indĆ­genas muchas veces es un elemento para favorecer la desigualdad y la sobreexplotaciĆ³n.

–En una casa mapuche en el campo, ¿hay televisiĆ³n? ¿Internet? ¿Computadoras?

R.: –En el campo no. Pero todo depende de la ubicaciĆ³n.

–¿Hay mapuches universitarios?

R.: –No muchos, pero hay.

–¿Y quĆ© estĆ”n haciendo ahora ustedes?

B.: –No hacemos sĆ³lo investigaciĆ³n acadĆ©mica, sino que tratamos de aportar nuestro granito de arena a los reclamos territoriales. Por ejemplo, en Villa La Angostura hay dos comunidades que reclamaban sus derechos territoriales ancestrales sobre parte del cerro Belvedere (el lugar de mayor valorizaciĆ³n inmobiliaria de Villa La Angostura), que fueron desalojadas violentamente a fines de 2009. Y el aƱo pasado presentamos un libro, justamente, que es el producto de una investigaciĆ³n sobre la historia de estas comunidades.

–Y la investigaciĆ³n acadĆ©mica, ¿en quĆ© consiste?

R.: –BĆ”sicamente estudiamos el impacto y los efectos sociales que generan los procesos de inversiĆ³n de capital en ciertas poblaciones.

B.: –Y, en relaciĆ³n a eso, los conflictos territoriales y los procesos identitarios. Las Ćŗltimas investigaciones se centran en el estudio de la disputa por la gestiĆ³n de los recursos naturales.

–¿Va a desaparecer la comunidad mapuche?

B.: –No.

CIENCIA › DIALOGO CON JUAN CARLOS RADOVICH Y ALEJANDRO BALAZOTE, ANTROPOLOGOS SOCIALES

No hay comentarios:

Publicar un comentario