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sábado, 4 de junio de 2011

TSUNAMI DE CONFLICTOS EN NEUQUÉN

Los docentes del establecimiento dieron clase con dos grados bajo cero. Trajeron algunos de los animales que crían en la granja del colegio. Escuela agrotécnica protestó en el centro neuquino No tiene calefacción ni luz. Y no recibe partidas alimentarias. A la crisis de las EPET se sumaron problemas en la EPEA de Plottier.

NEUQUÉN (AN).- Alumnos y profesores de la escuela agrotécnica 2 de Plottier dictaron una clase pública en el monumento a San Martín para denunciar falta de calefacción, luz y partidas alimentarias. Perdieron seis semanas de clases en un colegio donde los estudiantes mantiene la granja y alimentan a los animales. Desde el lunes pasado cursan la mitad de las horas cátedras.

Los problemas del establecimiento se suman a la crítica situación de las escuelas técnicas de la provincia.

Una grupo de alumnos de tercer a sexto año cursaron ayer las clases de avicultura y de parques y jardines, al aire libre con una temperatura de dos grados bajo. "No es problema para nosotros. Así tenemos clases todos los días dentro de la escuela", dijo una de las estudiantes.

La EPEA es un colegio de jornada completa que funciona en un predio de 17 hectáreas, en el sector de chacras de Plottier. Los chicos ingresan a las 8 y se retiran a las 17. Por lo que se hace necesario una vianda caliente a mediodía para poder salir al campo a realizar tareas agrícolas y ganaderas.

"Desde hace dos semanas tuvimos que cerrar el comedor porque nos quedamos sin comida en el depósito y desde el Consejo de Educación no mandan las partidas alimentarias. Además estamos funcionando sin calefacción, con instalaciones eléctricas en mal estado y con algunos cursos sin luz", detalló Florencia Salazar, presidente del Centro de Estudiantes.

A la escuela agrotécnica asisten 430 chicos de Plottier y localidades de los alrededores, incluso hay chicos que vienen desde Cutral Co, Zapala y Picún Leufú. Para poder afrontar el frío y las temperaturas bajo cero, directivos y profesores decidieron dictar clases con horarios alternados. Una semana los alumnos cursan de 13 a 18 y otra semana de 8 a 12. "Con el consiguiente perjuicio de que se dictan la mitad de los contenidos que se deberían dictar y clases se ven alteradas", puntualizó Nieves Sosa, profesora del colegio.

"Ésta es una escuela que no puede dejar de dar clases porque hay quintas que hay que mantener, árboles que cosechar y animales que alimentar y los encargados de esas tareas son los alumnos. Pero no podemos pedirles que pasen nueve horas de actividad sin más comida que unas galletitas y mate. Hay chicos de familias carenciadas que vienen a la escuela a comer", agregó Nora López, profesora de educación física.

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