El apoyo al presidente chileno Piñera está por el piso. La oposición también es cuestionada.
Estudiar en la universidad cuesta unos 800 dólares al mes en Chile.Santiago de Chile (dpa) > Los 40 escolares en huelga de hambre en Chile, algunos hace ya un mes, son la mayor tragedia de las protestas estudiantiles que azotan ese país y que ya derrumbaron el apoyo al presidente Sebastián Piñera a mínimos históricos.
"Estamos angustiados, queremos que el Gobierno nos escuche", dijo Gloria Negrete, la joven de 18 años que inició la movilización el 17 de julio en un liceo rural de Buin, en las afueras de Santiago.
"Qué más quieren que hagamos ¿Que todos los estudiantes estemos en huelga de hambre?", la secundó el huelguista Matías Ortega (18), padre de Wladimir, un niño de dos años que lo visita a diario.
Gloria, quien según el médico Erick Folch comenzó a perder masa muscular producto del ayuno, permanece internada en el Hospital San Luis, hasta donde fueron llevados Matías Ortega y Felipe Sanhueza para evaluación.
Como ellos, decenas de muchachos están en huelga de hambre en sus liceos en la capital y regiones, pidiendo educación gratis y de calidad. En Chile, toda la educación universitaria es pagada y gran parte de la escolar.
En la plaza aledaña al colegio, tomado hace semanas, los profesores reciben delegaciones y reclaman contra el sistema educacional, heredado de la dictadura del fallecido general Augusto Pinochet.
"Muchos estudiantes son hijos de temporeros, gente humilde que no ve ningún avance, pese a que Chile tiene recursos para resolver esto", explicó el profesor de biología Christopher White, en alusión al ingreso per capita de 16.000 dólares de este país.
A su lado, la profesora de Historia Abelina Núñez, sentada bajo un árbol añoso, recordó que todo comenzó con unos lápices. "Los golpeaban contra las mesas y entonces nos parecía chistoso", evocó.
La profesora de Filosofía Ximena Muñoz, tras fustigar a las autoridades, propuso acabar con el modelo de financiamiento educativo que privilegia la entrega de subvenciones a centros privados que proveen educación a los pobres.
"Esto tiene que cambiar, si ni siquiera nosotras, que somos profesoras, tenemos dinero para mandar a nuestros hijos a la universidad", alegó.
En Chile, país miembro de la OCDE, las matrículas universitarias suben hasta los 500 dólares y las mensualidades rozan los 800. En contraste, en la mitad de los hogares ingresan menos de 900 dólares al mes.
Un estudiante, de hecho, puede egresar de su carrera con una deuda de 50.000 dólares, a pagar con una tasa de seis por ciento que el gobierno ofreció reducir ante las marchas que ya duran tres meses.
La crisis estudiantil, cruzada por disparidades en ingresos y salud también, derrumbó el apoyo al gobierno del millonario Sebastián Piñera a mínimos históricos, pero también el de la oposición que estuvo en el poder entre 1990 y 2010, cuando se consolidó el modelo educativo.
En los pasillos de gobierno pocos creen que la derecha permanezca en el poder, al que llegó luego de ganar por primera vez las elecciones desde 1958.
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