Por Federico Kotlar
¿Misión imposible? Para nada. Juan MartĆn Del Potro demostró en el Arena Belgrado que nada es imposible. Porque jugó un partido brillante. Desde lo tĆ©cnico y desde lo tĆ”ctico. Supo de la dolencia de Novak Djokovic y lo desgastó. Lo fue agotando de a poco. Hasta que tras una hora y 32 minutos, el nĆŗmero uno del mundo pegó un alarido que silenció el estadio, tiró su raqueta y se desplomó en el suelo. El tanteador favorecĆa al tandilense, que ganaba 7-6 (5) y 3-0 hasta ese momento, el del abandono.
Con un Del Potro gigante, Argentina llegó a su cuarta final en la Copa Davis y ahora espera EspaƱa, seguramente en Valencia. Pero ya habrĆ” tiempo para pensar en Rafael Nadal y compaƱĆa. El presente dice que Argentina pisó fuerte desde el primer dĆa en Serbia y ganó una serie que no pintaba sencilla. Fue batacazo. Y fue alegrĆa. Emoción. Como la que expresó Del Potro tras la victoria. "CreĆamos que podĆamos ganar", dijo entre lĆ”grimas. Y enseguida se abrazó con David Nalbandian, el que impulsó con su triunfo sobre Tipsarevic este resonante triunfo.
El primer set fue palo y palo. A puro saque. Comenzó Nole con su efectividad. Lo siguió Delpo con su solidez. En el quinto game, cuando estaban 2-2, Djokovic mostró su primer sĆntoma de dolor. Fue tras un passing shot del argentino que se fue largo. El serbio no festejó el punto. Se puso de cuclillas y se tomó la espalda. Fue el principio del fin. Las caras de preocupación se fueron sumando. La de los hinchas locales, la de sus compaƱeros, la de su capitĆ”n y hasta la de su padre, sentado en uno de los palcos.
Del Potro se avivó e hizo correr al reciente ganador del US Open. Creció su juego. Djokovic falló pelotas increĆbles, de esas a las que no nos tiene acostumbrados. Pese a las muestras de dolor, Djokovic se puso 6-5. Los serbios lo celebraron porque enseguida Nole se colocó 0-15. Pero el servicio de Delpo no falló. Fue, entonces, el momento del tie break.
La paridad del tie break se quebró tras el 4-4. Porque Djokovic se apuró y la tiró larga. Delpo tomó las riendas. Regaló una pelota sencilla en la red y le dio aire al serbio. Pero el local la dejó en la red y el tandilense festejó con el puño cerrado. Ahora, Argentina estaba apenas a dos parciales de la victoria.
Hasta que llegó ese grito desgarrador de Djokovic. Y las lĆ”grimas del Del Potro. Y la cuarta final para los argentinos en la Copa Davis por el 3-1 de los de Tito VĆ”zquez. Quedó en el recuerdo el esfuerzo de Nole, por dar la cara por los suyos. Pero el fĆsico no lo dejó. Le dijo basta. Del Potro le ganó por primera vez (ahora el historial es de 4-1 para el serbio). No fue misión imposible. Fue la tercera caĆda del mejor del mundo en 67 partidos en esta temporada. De visitante, ante su gente, en una semifinal de la Copa Davis, la que Argentina quiere sumar de una vez por todas en sus vitrinas.

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