Dakar: la historia de Nasser Al Attiyah, un príncipe carismático - Piedra OnLine

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domingo, 8 de enero de 2012

Dakar: la historia de Nasser Al Attiyah, un príncipe carismático

El catarí, último campeón en autos, es además campeón olímpico en tiro al plato y uno de los más queridos por su personalidad. Hoy donó dinero a una ONG.

AL ATTIYAH. El catarí, durante la donación. 
“Estoy feliz porque ahora la gente de Argentina y Chile sabe dónde queda Qatar en el mundo”, dijo el piloto Nasser Al Attiyah. Es uno de los objetivos por los que este extravagante y exótico príncipe corre el Dakar desde el 2007. Es, sin dudas, uno de los más queridos por la gente. Justifica en muchos actos el cariño de la gente. Es un piloto distinto, es parte de la realiza. Es carismático como ninguno.


Debutó en 1989 en las competencias de rally pero durante siete años no pudo competir debido a que el presidente de la Federación de su país pertenecía a una familia rival de los Al Attiyah. Por eso, decidió dedicarse al tiro al plato, deporte en el que participó de los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004. El catarí volverá a una cita olímpica en Londres.

En la jornada de descanso de hoy, en Copiapó, fue uno de los protagonistas, al donar 100 mil dólares a la ONG Un techo para mi país. Pero no es la primera vez que Al Attiyah demuestra interesarse en la gente. Es uno de los competidores que más fotos se saca con los fanáticos, siempre bien predispuesto. Muchas veces se lo vio regalándole sus anteojos o gorras a la gente que le pedía un autógrafo.

En la edición pasada, en la que salió campeón en la categoría autos, se topó con un joven chileno que junto a su mamá levantaban la bandera de Qatar en plena ruta. El piloto detuvo su marcha y se sacó fotos con ellos. Al finalizar el recorrido, le pidió a su equipo que averiguara sobre él chico al que había conocido. Allí se enteró de que su sueño era viajar a Qatar y él, generoso, le regaló un viaje con todo pago.

El catarí figura lejos del puntero en la clasificación general, el francés Peterhansel, en el sexto lugar. Pero él suele estar siempre con una sonrisa, lejos del ambiente hostil que suele haber, entre la adrenalina y la feroz competencia. Es el príncipe solidario. Con eso parece alcanzarle para ser feliz.

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