FERNANDEZ SE ACORDO DE ALGUNAS COSAS - Piedra OnLine

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martes, 13 de marzo de 2012

FERNANDEZ SE ACORDO DE ALGUNAS COSAS

SegĆŗn se supo extraoficialmente, el testigo Marcos FernĆ”ndez, se acordĆ³ de algunas cosas que habrĆ­an sucediĆ³ antes del asesinato del sargento JosĆ© Aigo.

Mientras los familiares de Aigo marchaban a Tribunales para mostrar el descontento que hay en la ciudad de JunĆ­n de los Andes por el trato que ha tenido el caso a manos del Juez Cosentino, FernĆ”ndez ampliaba su declaraciĆ³n como testigo.
Lo primero que dijo que se acordĆ³ de algunas cosas, porque en primera instancia se habĆ­a sentido “miedo” porque los uniformados los habrĆ­an golpeado al ser demorado el dĆ­a del hecho, habrĆ­a puesto a disposiciĆ³n de las autoridades judiciales una foto donde estarĆ­a compartiendo un festejo de cumpleaƱos con uno de los buscados, que supuestamente no coincidirĆ­a con una de la fotografĆ­as que se han publicado de los asesinos.
En su primera declaraciĆ³n como testigo, el hijo del Intendente de San Martin de los Andes, no habĆ­a dado muchos datos de sus compaƱeros, pero hoy lunes se acordĆ³ de algunos detalles. (Click en el tĆ­tulo)

En las primeras visitas a Tribunales FernĆ”ndez habrĆ­a dicho sobre que pasĆ³ en el momento del inicio del encontronazo con la PolicĆ­a “luego de una curva vi unas luces, seguĆ­ avanzando y a doscientos metros aproximadamente se prendieron las balizas del mĆ³vil y nos hicieron frenar. Aigo me pidiĆ³ la documentaciĆ³n del vehĆ­culo, se la di, me pidiĆ³ que me bajara, que le mostrara lo que llevaba en la mochila, se lo mostrĆ© y la guardĆ©”.

“DespuĆ©s le pidiĆ³ a la persona que iba adelante que hiciera lo mismo, que le mostrara lo que llevaba en la mochila. Se lo mostrĆ³. “Le pidiĆ³ a la otra persona que estaba atrĆ”s que se bajara y que abriera su mochila. Le mostrĆ³ la mochila y Aigo encontrĆ³ la funda de una pistola. AhĆ­ hizo bajar a su compaƱero que estaba en el mĆ³vil. DespuĆ©s me pidiĆ³ que corriera el asiento de atrĆ”s de la camioneta, me preguntĆ³ quĆ© llevaba ahĆ­ y le dije ‘el cricket”.

“Me preguntĆ³ si tenĆ­a armas”, prosiguiĆ³. “Le dije que no. Yo estaba al lado de la puerta del acompaƱante. El asiento se levanta, pero en ese momento no lo pude levantar. Entonces Aigo dijo ‘voy a tener que demorarlos porque no colaboran’. AhĆ­ le pidiĆ³ los documentos a la persona que iba adelante. En ese momento esta persona reacciona de una manera re violenta, le dice que se quede quieto y empieza a disparar. Cuando empiezo a sentir los disparos me tiro al piso”. “El que iba adelante se llamaba Juan Carlos o yo lo conozco como Juan Carlos. Es quien hizo los disparos. No contĆ© cuĆ”ntos, pero fueron muchos”, “Juan Carlos tiene pelo largo atado, barba candado finita; y Roberto, que era un hombre callado, es de tez mĆ”s blanca y mĆ”s rubio”.

El Lunes, FernƔndez habrƭa aportado un foto donde se identifica al menos a uno de los involucrados en el asesinato, un chileno llamado Alexis Cortes Torres (Roberto) quien habrƭa sido el autor de los disparos contra el sargento JosƩ Aigo, el otro sujeto seria un tal Juan Carlos, quien viajaba en el primer tramo del viajo junto a su mujer, una tal Mariana.
En primera instancia viajaba FernƔndez, el tal Juan Carlos y Mariana, luego habrƭa hecho un alto en el camino para que se suba un tal Roberto, habrƭa subido en Bariloche.
En San Martin de los Andes, habrĆ­an cargado combustible y algunos comestibles en un sĆŗper mercado, la mujer (Mariana) habrĆ­a saludo con un beso a Juan Carlos y le habrĆ­a deseado “suerte” y se habrĆ­a retirado de la escena.
Los tres ocupantes, Marcos FernƔndez, Juan Carlos y Roberto, se habrƭan dirigido a la zona de Yuco para subir a un tercero viajero, que nunca habrƭa llegado.
Al no aparecer, supuestamente los tres viajeros decidieron continuar su recorrido hacia Alumine donde se toparon con la PolicĆ­a y se desencadena el tiroteo y la muerte de Aigo.
FernĆ”ndez, reconociĆ³ que le pagaron al llegar San Martin de los Andes 1.600 dĆ³lares, como primera pago, que no conocen supuestamente a los sujetos, que no escucho nada extraƱo en el trayecto de sus acompaƱantes , que no le llamo la atenciĆ³n que la mujer se bajara sin mediar palabras a 200 km donde de su casa.

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