Le pedí al intendente Linares un favor personal: yo necesitaba saber dónde vivía la familia Aigo. - Piedra OnLine

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martes, 24 de abril de 2012

Le pedí al intendente Linares un favor personal: yo necesitaba saber dónde vivía la familia Aigo.

“Este sábado fuimos a Junín por una reunión partidaria. Dado que en esa ciudad vive una familia afectada por la muerte del sargento ayudante Aigo, le pedí al intendente Linares un favor personal: yo necesitaba saber dónde vivía la familia Aigo.
Mi intención era acercarme para expresar mis condolencias y las de toda mi familia, incluido mi hijo Juan Marcos. Quedamos en que el domingo por la mañana él iba a indicarme dónde era. Así fue. Me mostró la casa y también ofreció acompañarme, pero yo preferí ir solo”.

Fernández se presentó en el hogar de la viuda cerca de las 11. “Toqué la puerta y atendió una señora que dijo ser la suegra de Aigo. Me presenté, dije quién era, y expliqué que estaba allí para ver si era posible hablar con su hija. La mujer me dijo que sí, que esperara un momentito porque ella no estaba bien, pero dijo que me atendería. Esperé, vino nuevamente esta señora con la viuda de Aigo y al mismo tiempo llegó una camioneta de la que bajaron dos personas. Una de ellas, era Aldo Aigo, hermano José. Volví a explicar mis intenciones, presenté mis condolencias".



"Aldo Aigo, que me pareció una persona muy correcta, dijo que había pensado pedirme una entrevista porque según él, mi hijo no está diciendo toda la verdad. Yo respondí que creía en la palabra de Juan Marcos, aunque entendía que todo estaba siendo objeto de investigación con la justicia. La charla no fue tensa. Después se cruzaron dos vecinos, y se presentaron. Al rato llegó un muchacho y me pidió que Juan Marcos “tirara a los tipos al agua”, como sugiriendo que dijera todo lo que sabe. Ellos aseguraron que mi hijo ya había estado en la zona con “esa gente”, incluso mencionaron fotografías de la inauguración de la radio de Aucapán en el 2007. Yo mismo estuve en esa inauguración, igual que mucha otra gente, y se los dije”.


JCF no fue invitado a entrar en la casa. “Habremos estado 20 minutos charlando, siempre en la puerta. En medio llegó un móvil de la Policía preguntando si había algún problema y todos sorprendidos respondimos que no. Resulta que alguien había llamado al 101 advirtiendo mi presencia en el lugar. Incluso vino una chica que me sacó una foto con su celular; según ella yo estaba ahí como medida de desesperación porque mi hijo está muy complicado en la causa. Les dije que no era así. Que estaba allí para expresar mis condolencias. Mientras ella me increpaba, la familia hacía silencio. Esa chica me pidió que me retirara, y yo accedí a hacerlo”.


"Más tarde, cerca de las 3, me avisaron por teléfono de la denuncia en mi contra. No es eso lo que fui a buscar, siento que fue tergiversada mi intención. Estoy sorprendido y apenado por lo que pasó”.

(la voz de los Andes)