Lo planteó el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Rodríguez, durante el cierre de los primeros talleres de capacitación en los barrios. Reconoció que la cartera necesita estrechar lazos con Nación.
Las capacitaciones barriales en reparación de motos, cajeros y recepcionistas se repetirán en distintas zonas de la ciudad. (Fabian Ceballos) -
Enfrentado con los referentes locales, gestionará directamente en el ministerio nacional.
Al frente del Ministerio de Desarrollo Social luego de dos polémicas administraciones, el actual ministro del área, Alfredo Rodríguez, se trazó objetivos a corto plazo, la mayoría orientados a resolver problemas de arrastre en una cartera históricamente relacionada con el pulso de las campañas electorales.
Dos años más tarde, afirma que la manera de administrar las áreas sociales en los gobiernos “está cambiando en el país” y que se debe apuntar a brindar herramientas porque “el clientelismo ya no corre más”.
Lo afirmó tras la entrega de certificados a unas 55 personas que se capacitaron en oficios en el primer tramo de los talleres barriales. A los tradicionales cursos de corte y confección o cocina, esta vez se sumaron prácticas menos habituales, como la reparación de motos y capacitación para cajeros, recepcionistas y mozos.
Todos continuarán el resto del año en otras zonas de la ciudad.
Las gestiones con el gobierno nacional apuntan a fortalecer estos programas, que no funcionan atados a un plan.
Por ejemplo, se apunta, indicó Rodríguez, a que Nación otorgue un cupo para que una parte del programa para confeccionar un millón de guardapolvos llegue a la provincia.
El punto clave en estas gestiones es que la relación con los referentes locales del ministerio que conduce Alicia Kirchner no es la mejor y que el ministerio provincial tiene varios programas y fondos suspendidos por incumpliminetos en la rendición de fondos en 2008. “No sé si es imposible recomponer, pero lo estamos haciendo directamente con Buenos Aires.
En las próximas semanas estaremos gestionando todas estas acciones con Nación”, apuntó.
Alternativas
El ministerio provincial tiene, aproximadamente, 2.500 empleados, desde personal de planta permanente, temporaria, política, planes y contratos. La estructura es la más grande después de Salud, Educación y la Policía.
Es quizás la más politizada del Estado y la que más se presta a prácticas clientelistas. “Hay épocas y épocas. Así es que, cuando en un momento contener de una forma servía, ahora ya no y hay que buscar alternativas”, dijo Rodríguez, quien sostuvo que “ya no corre el clientelismo” y que en ese punto es “la oferta la que aumenta la demanda”. “No somos ningunos avanzados.
Lo están haciendo en un montón de gobiernos del país. Yo lo experimenté en el municipio de El Chañar”, evaluó quien fue el tercer ministro de Desarrollo Social entre la primera gestión de Sapag y que continúa en la segunda.
