Denuncian abuso policial - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

lunes, 27 de agosto de 2012

Denuncian abuso policial

 La presentaciĆ³n fue realizada ante la Justicia el jueves pasado. Fue hecha por una maestra demorada en la madrugada del domingo pasado. Su testimonio.

Un llamado telefĆ³nico la despertĆ³ a eso de las 2.40 de la madrugada del domingo. Alguien le avisaba que su hijo MatĆ­as estaba herido y ella atinĆ³ a llamar a su ex marido para que fuera a buscarlo. Pero minutos mĆ”s tarde la volvieron a llamar, esta vez para decirle que el chico tenĆ­a “dos tiros encima”. Entonces agarrĆ³ el auto y saliĆ³ ella misma a buscarlo.

“Mi hijo estĆ” muy metido en la droga”, nos dice. Y reconoce que lo encontrĆ³ empezando a hachar el poste que sostiene la cĆ”mara de seguridad ubicada en Coronel DĆ­az y Tres de CaballerĆ­a. Y que lo encontrĆ³ con la frente y una pierna lastimada a consecuencia de los disparos anti tumultos.

Al verlo, le gritĆ³ que era mamĆ”, que se quedara tranquilo. MatĆ­as tirĆ³ el hacha y se acercĆ³ a ella llorando, mostrĆ”ndole las heridas. “Estoy cansado de que me peguen, mirĆ” como me tienen, mirĆ” cĆ³mo estoy”. Ella lo abraza y cuando gira para volver a su auto con intenciones de llevarlo al hospital, se encuentra con varios efectivos apuntĆ”ndole con una escopeta. Les dijo que era la madre del chico, que lo habĆ­a tranquilizado, que se lo llevaba, pero junto a su hijo fue introducida a los empujones en el mĆ³vil. AsĆ­ lo cuenta.  (Ampliar en mĆ”s informaciĆ³n)


Lo que sigue en su relato ocurriĆ³ puertas adentro de las comisarĆ­as 23 y 43. En la primera, dice, fue maltratada verbalmente, prepoteada, no la dejaron llamar a un familiar o abogado, no le explicaron por quĆ© estaba detenida, esposada la forzaron a sentarse de cuclillas pateĆ”ndole un tobillo, pudo ver a travĆ©s de una puerta entreabierta a su hijo tirado en el piso mientras era golpeado. Eso cuenta.

(Su auto quedĆ³ en la calle, abierto, con llaves puestas y documentaciĆ³n encima. Los vecinos lo metieron en el interior de un domicilio para que no fuera secuestrado. TerminĆ³ la noche destrozado).

La maestra fue trasladada a la 43 sin explicaciones. “La camioneta iba a 10 mil kilĆ³metros y frenaba bruscamente. ƍbamos a los tumbos adentro, esposados”.

“Al llegar me sacaron las zapatillas, me tantearon como a una delincuente, me metieron descalza en un calabozo mugriento, con olor a pis y a oscuras. No me decĆ­an por quĆ© me tenĆ­an presa. Estaba aislada, pedĆ­a explicaciones y se me reĆ­an. A pesar del frĆ­o tuve que sacarme la ropa para poder respirar, me ahogaba. ReciĆ©n en el cambio de guardia se mostraron mĆ”s humanos y me devolvieron las zapatillas. PedĆ­ un balde con lavandina para fregar la mugre del lugar donde estaba”.

DespuƩs supo, nos cuenta, que a su padre le habƭan dicho en la 23 que estaba demorada por haber sido hallada en estado de ebriedad.

“A las 13.30 llegĆ³ un abogado con mi padre. Quisieron hacerme firmar un papel diciendo que me notificaban mi situaciĆ³n a las 11 y que podĆ­a llamar a un familiar. Lo firmĆ© aclarando que la hora no era cierta. LeĆ­ que estaba demorada por resistencia a la autoridad. ReciĆ©n a las 18 quedĆ© libre”.

“No justifico nada de lo que pudo haber hecho mi hijo. Nada. Si tenĆ­an que llevarlo, no me iba a negar”, concluye llorando a lĆ”grima viva. “Desde el 2009 estoy pidiendo la internaciĆ³n compulsiva de mis dos hijos mayores, los dos con problemas serios de drogas, y nadie hizo nada. Les habĆ­a  conseguido cama en NeuquĆ©n, pero la Justicia no me escuchĆ³. Como eran mayores nada podĆ­an hacer, me dijeron”.

La mujer nos dice que la cƔmara de seguridad debe haber grabado lo sucedido. Y que allƭ estƔ la prueba de todo.

Su denuncia fue radicada el jueves pasado en sede judicial.