Científicos que analizaron las
consecuencias de la erupción del volcán Puyehue, ocurrida hace un año
en la cordillera chilena y que afectó a Neuquén, advirtieron en un
informe que el fenómeno impactó "en la base de la cadena alimentaria"
de peces en los lagos de la región.
De ese modo, indicaron que
"las poblaciones de organismos filtradores, semejantes al krill del
océano, se redujeron drásticamente", y observaron desplazamientos de
cardúmenes juveniles desde "refugios litorales hacia aguas abiertas con
menor concentración de ceniza pero menos protegidas".
Los
especialistas que analizaron el impacto a mediano y largo plazo de las
cenizas en espejos de agua cordilleranos señalaron que "la recuperación
total de los lagos tardará un año más", según un informe que difundió
hoy el CONICET.
Allí, el Instituto de Investigaciones en
Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-Universidad Nacional
del Comahue) determinó que las consecuencias de la lluvia de ceniza
volcánica fue "variable" en las poblaciones de peces, pero su impacto
"es notable en los organismos más pequeños, que son la base de la
cadena alimentaria".
Esteban Balseiro, investigador principal
del CONICET en el INIBIOMA, explicó que la ceniza "cayó durante siete
meses, pero para microorganismos como las bacterias, que tienen una
vida corta, ese tiempo corresponde al ciclo de 60 generaciones".
Eso, calculó, es "equivalente a 1.500 años de los humanos".
Al
analizar tres lagos del área, observaron que la superficie quedó
cubierta de una capa densa de piedra pómez y que partículas
microscópicas de ceniza ingresaron al agua, que se volvió grisácea y
bajó su exposición a radiaciones ultravioletas.
Ante ello, los
microorganismos que los habitan "se redujeron drásticamente" porque
"ingirieron las partículas que ingresaron al lago y como eran del mismo
tamaño que el alimento, se redujo su supervivencia y reproducción",
añadió el informe.
Balseiro indicó que como esos animales son
eslabones intermedios de la cadena alimentaria, "podrían esperarse
algunos efectos en niveles superiores".
En el estudio sobre los
peces, los especialistas indicaron que en las poblaciones nativas hubo
"desalojo de los cardúmenes juveniles desde los refugios litorales más
afectados hacia aguas abiertas con menor concentración de ceniza pero
menos protegidas", mientras en las introducidas en el último siglo,
como salmones y truchas, hubo diferente afectación.
Víctor
Cussac, investigador principal del CONICET en el INIBIOMA", advirtió
que "con el tiempo, al analizar dinámicas de población en estos lagos
veremos que falta alguna generación de peces por efecto de la ceniza
volcánica".
Al respecto, el informe recordó que como los
salmónidos ponen los huevos bajo la grava en el lecho de los arroyos de
montaña, el decantamiento de entre 5 y 40 centímetros de ceniza tapó
esos nichos e impidió el desarrollo de los embriones.
DyN