Bab-al-Azizia no solo era el cuartel general del ex mandatario
libio Muammar Kadafi en Tripoli, emblema de una dictadura feroz e
implacable, sino tambiĆ©n el cĆrculo del infierno reservado a las
vĆctimas de los apetitos sexuales del coronel.
Hace tiempo
corrĆan versiones sobre las mujeres del dictador y sus presuntas
conquistas. Pero reciĆ©n ahora, un libro logrĆ³ correr el velo sobre los
esclavos sexuales de Kadafi. Fue escrito por la prestigiosa periodista
francesa Annick Cojean, se llama "Les proies" (Las presas) y en Ć©l
logra hundir la pluma en historias donde no hay lĆmites para el dolor,
la humillaciĆ³n y el aniquilamiento de las personas.(Leer en mĆ”s informaciĆ³n)
La primera
en hablar con la periodista fue Soraya, un nombre ficticio para una
joven que hoy tiene 23 aƱos y pasĆ³ cinco en Bab-al-Azizia, adonde la
llevaron cuando apenas tenĆa 15 aƱos, despuĆ©s de que un grupo de
Amazonas -las guardias personales de Kadafi- la vieron en los bancos
de una escuela secundaria de Sirte.
En el tƩrmino de pocas horas
fue arrancada de su colegio, de su familia y de su ciudad para ser
llevada a Tripoli, a la corte del coronel. Una suerte comĆŗn a otros
cientos de jĆ³venes, de ambos sexos, destinados a satisfacer al
dictador.
El relato de Soraya es desgarrador: desde su primer
encuentro con Kadafi, que la esperaba desnudo en su inmensa cama
diciƩndole que era un padre pero tambiƩn un hermano para ella, hasta
la obligaciĆ³n de usar ropa sexy, beber alcohol, fumar y aspirar
cocaĆna. Una personalidad sin lĆmites, a quien todo le estaba permitido.
Soraya ni siquiera tenĆa paz en RamadĆ”n, el mes sagrado para
los musulmanes durante el que no pueden tener relaciones sexuales.
Cuando la Amazona la llevaba ante Kadafi, le explicaba que -por
respeto a los preceptos del profeta Mahoma, Ć©l no eyacularĆa.
SegĆŗn
Annick Cojean, una verdadera red de cazadores de "carne fresca",
integrada por diplomƔticos, militares, empleados y miembros del
protocolo, se encargaba de saciar la interminable sed sexual de
Kadafi. Y todos estaban dispuestos a hacer lo imposible para
agraciarse con el mandatario libio.
Kadafi desfilaba por
prisiones, casamientos y hasta salones de belleza en busca de mujeres
para someterlas sexualmente, cuenta el libro que acaba de publicarse.
Uno
de los episodios reconstruidos por el libro recuerda que Kadafi enviĆ³
a Senegal a uno de sus representantes para que llevaran al paĆs a 100
modelos con la excusa de asistir a un concurso de belleza, pero en
realidad iban a ser sometidas por el dictador. El plan fue abortado
cuando los funcionarios senegaleses descubrieron que las jĆ³venes
mujeres, entre las que habĆa adolescentes, estaban por dejar el paĆs en
jets privados y sin documentos.
La periodista francesa extendiĆ³
su investigaciĆ³n a otras vĆctimas de Kadafi, que confirmaron y
brindaron detalles escalofriantes del trato que padecieron.
Los
testigos citados son solo mujeres, porque el tabĆŗ de las relaciones
homosexuales es difĆcil de desarraigar en la sociedad Ć”rabe y no hay
hombres dispuestos a admitir que tambiĆ©n fueron vĆctimas.
Sin
embargo, la autora del libro dijo saber de hombres –a veces
funcionarios- violados por Kadafi, que asĆ mantenĆa su poder sobre
ellos en un tremendo pacto de silencio.
Entre las muchas mujeres
obligadas a servir de juguete sexual a Kadafi habĆa, relata Cojean,
tambiĆ©n mujeres casadas, esposas de funcionarios pĆŗblicos y
dignatarios.
La periodista tambiƩn repasa la locura del dictador
libio antes de su caĆda y muerte, cuando decidiĆ³ usar las violaciones
como arma: "ViĆ³lenlas a todas, las viejas, las niƱas, todas", ordenĆ³.
"El
dictador obligaba a sus hombres –escribe en su libro- a ingerir
grandes cantidades de Viagra y les ordenaba violar a las mujeres, las
hijas y las madres de los rebeldes, sin importar la edad. Algunas de
estas violaciones eran filmadas, y se difundĆa el video a otros
soldados para instigarlos a hacer lo mismo".
"Incluso pronunciar
la palabra violaciĆ³n en Libia es complicado. Me costĆ³ encontrar
vĆctimas, pero finalmente pude hallar una que me dijo que habĆa sido
violada: no durante la revoluciĆ³n, sino antes y por el propio Kadafi.
AsĆ comencĆ© a desenrollar una historia increĆble", dijo Cojean en
declaraciones a la prensa francesa.
El libro tiene su origen en un
artĆculo publicado por Cojean en el diario Le Monde sobre Soraya. Y
que luego, de la mano de otras historias, se transformĆ³ en "Las
presas".
Fuente: ANSA