Es la primera vez que ocurre en la ciudad. Más de 50 vehículos y gente de a pie ocuparon varias calles de la ciudad para apoyar la explotación minera en la zona. Reclamaron la apertura del proyecto Suyai de Minas Argentinas.
Vecinos que quieren la actividad minera en Esquel marcharon ayer
calles de la ciudad, junto a una cantidad estimada en 50 camiones,
maquinaria y vehículos, que con bocinazos y vivas reclamaron por
trabajo digno y la apertura hacia el proyecto Suyai de Minas
Argentinas. Al grito de siiii..!!, hombres, mujeres y jóvenes se
movilizaron de manera pacífica, paralizando el centro, que fue un caos
al arribo de la columna de personas y la larga filas de rodados que
alcanzó las cinco cuadras.
Los camiones se reunieron en la Sociedad Rural, intersección de
Ruta 259 y avenida Irigoyen, de donde se desplazaron hasta llegar a
Ameghino y Belgrano, donde se concentró el público local, y otros que
acompañaron llegando de Trevelin y Paso del Sapo.(Ampliar en más información)
Personal de Tránsito Municipal y una presencia discreta de policías
siguieron la marcha para evitar cualquier tipo de inconvenientes,
aunque la manifestación no hizo ninguna provocación, y cada
participante llevaba el distintivo consistente en un chaleco verde con
la leyenda “Si a la Mina”, y lo mismo rezaban las banderas.
En la tradicional esquina de Rivadavia y 25 de Mayo, se dio lectura
a un documento, y luego se escucharon varios mensajes de trabajadores
y desocupados, incluso una madre con su bebé en brazos reclamó por una
oportunidad a la minería, y la coincidencia fue que se pide la
habilitación del proyecto de Esquel, pero con la inmodificable
condición de cuidar el medio ambiente, y dejar que la propia comunidad
sea la garantía en los controles.
“Esquel necesita despegar”
Prometieron reunirse nuevamente el 20 de noviembre para realizar la
segunda movilización, y con el compromiso de llevar más gente aún,
como también requirieron a quienes se oponen a la minería que acepten
el diálogo.
Jornada durante la marcha habló con varios vecinos, y todos
direccionaron su apreciación a lo mismo: queremos trabajo, queremos
una oportunidad, y también hubo un unísono pedido a los diputados que
escuchen a Esquel, porque “nosotros también nos queremos expresar,
tenemos derecho; basta del no a todo en Esquel”.
En el mensaje central, los vecinos afirmaron que “estamos
convencidos que tenemos que hacernos oir por el resto de los vecinos
de la ciudad, y también por nuestras autoridades”, y enfáticamente
manifestaron que “Esquel necesita despegar y progresar, dándole
posibilidades a gente como nosotros”, advirtiendo que “está demostrado
que el turismo no satisface las necesidades de todos nosotros”.
Los barrios sienten que el Estado da trabajo, pero no alcanza para
todos, y “la explotación de la mina es una potencial fuente de
trabajo”, y admitieron que muchos de ellos en el 2003 votaron por el
No a la Mina, pero “han pasado diez años de aquella vez, y las cosas
han cambiado, pero los problemas en Esquel siguen siendo los mismos y
la falta de trabajo es una constante para nuestra familias y nuestros
jóvenes”.
El documento expresaba que en el 2003 el proyecto era a cielo
abierto, y ahora de explotación subterránea, y “si bien no somos
especialistas en minería, podemos entender bien si nos explican bien
las cosas. Queremos escuchar la nueva propuesta”.
Tramo seguido dijeron: “No venimos a decir si a la mina; dejennós
la posibilidad de escuchar y averiguar nosotros mismos, y conocer el
nuevo proyecto. A la empresa no le vamos a decir si porque si nomás;
vamos a poner nuestras propias condiciones”.
“La gente del no que vea la realidad de los otros; que se abran al
diálogo, y que juntos controlemos a la empresa; tenemos derecho a ser
respetados y escuchados”, fue el mensaje final.