Neuquén >
"Sí, Japón queda lejos, hay que cruzar el mar", dice y sonríe Motomi
Alai, un nipón de 25 años que está recorriendo Latinoamérica en
bicicleta. Por la Ruta 237, 100 kilómetros antes de Bariloche, el joven
pedalea sobre la ruta neuquina.
Con una risa finita y simpática, Motomi cuenta que empezó su viaje en
México hace un año y que pretende llegar a Ushuaia, luego volver a
Buenos Aires y quedarse unos meses a vivir en Mar del Plata con un
amigo, así perfecciona el español que aprendió en el viaje.
Motomi lleva el pelo atado, anteojos y guantes en las manos. Apenas
tiene una camperita fina puesta. Su bicicleta está llena de cosas que le
pesan balanceadas entre las dos ruedas.
"¿Por qué lo hago? Porque me interesa mucho la gente de Latinoamérica,
siento mucho amor aquí. Los japoneses no expresan sus sentimientos y
ustedes demasiado. Bueno, tal vez no demasiado pero sí mucho más", dice y
vuelve a reír. (Ampliar en más información)
El lugar donde la gente fue más cálida para él fue en Colombia y
Venezuela, dice que allí todos lo hospedaron muy bien, que le abrieron
las puertas de sus casas sin conocerlo. Más al sur también hay
amabilidad pero dice notar una diferencia.A Argentina entró por la frontera con Bolivia y bajó hasta la altura de Catamarca, donde cruzó a Copiapó y ahí bajó por Chile hasta cruzar por Mendoza y comenzó su travesía por la Patagonia argentina.
"Espero estar en Ushuaia en tres meses. Desde ahí me voy a Buenos Aires y luego a Mar del Plata a estudiar español con un amigo. Luego volveré a Japón", dice.Decisiones
Estaba cansado de su trabajo y de la gente de su país por lo que quiso conocer un continente nuevo. En la ruta conoció muchos ciclistas argentinos, franceses y alemanes con quien se acompañaron en el camino. En el trecho neuquino iba solo. Vivencias
Intenta llegar siempre a dormir a una ciudad y encontrar alguien que lo hospede con buena voluntad pero si no lo consigue, se arma una carpa al lado de la ruta. Ya comió asado y empadanas en Tucumán, le gustaron las últimas.
Con una risa constante, Motomi se sube a la bicicleta y sigue viaje a orillas del lago Piedra del Águila para poder llegar a Bariloche antes de que anochezca.