Un padre vio la señal de alerta. Desgano, malas palabras, cambios repentinos en el comportamiento de su hija hizo que el matrimonio que dio el puntapie inicial tomara la decisión de cambiarla de institución.
Pero luego llegó la lamentable sorpresa. En el primer encuentro que tuvieron con la nueva maestra que iba a tutelar a su hija ésta le consultó a los padres a qué jardín asistía, y cuando ellos mencionaron al jardín de infantes Tribilín, en la localidad bonaerense de San Isidro, la joven maestra señaló haber trabajado allí y aseguró que en ese lugar se maltrataba a los chicos. Incluso, su denuncia incluyó que en distintas oportunidades se les habría golpeado a los niños.