Un argentino ganó el Pulitzer en fotografía por su labor en la guerra siria - Piedra OnLine

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martes, 16 de abril de 2013

Un argentino ganó el Pulitzer en fotografía por su labor en la guerra siria


“Es una completa sorpresa porque no sabía que estábamos compitiendo por ese premio. Para mí, es como una buena palmada en el hombro”. Así recibió el fotógrafo argentino Rodrigo Abd (36) el anuncio de que es uno de los ganadores del Pulitzer en Fotografía dentro de la categoría Noticias de Ultimo Momento. El jurado premió sus fotos y las de otros cuatro colegas suyos, todos miembros del equipo de la agencia Associated Press, que el año pasado ingresaron a Siria para retratar las imágenes de la guerra civil en ese país de Medio Oriente.(Ampliar en más información)


Los otros premiados con el galardón más importante del periodismo internacional que entrega la Universidad de Columbia de Nueva York son el español Manu Bravo, el mexicano Narciso Contreras, el egipcio de origen palestino Khalil Hamra y el jordano Muhammed Muheisen. “Fuimos rotando en la cobertura del conflicto y nunca estuvimos juntos. Está buenísimo que el premio sea grupal porque nuestro trabajo siempre es muy individualista”, remarcó Abd a Clarín por teléfono desde Lima, su destino actual en AP, la agencia de noticias para la cual trabaja desde 2003. Antes, Abd había estado cuatro años en los diarios La Razón y La Nación. Él estuvo destinado tres semanas en Siria entre febrero y marzo de 2012, y las fotos por las cuales fue premiado se registraron en la población de Idib, cerca de la frontera con Turquía.
“Son un ejemplo distinguido de fotografías de noticias de última hora”, dijo el jurado del Pulitzer al valorar la producción de Abd y del staff de AP. “Cada una de las fotos tiene una historia detrás, porque fue muy difícil llegar hasta ahí. Lo hicimos con un camarógrafo de la agencia escondidos en un tractor para no ser advertidos por el ejército sirio”, reveló el fotógrafo argentino. Recordó que en ese momento, la población aún se encontraba bajo el control del Ejército Sirio de Liberación y no era tan fluido y seguro el tránsito desde Aleppo hasta la frontera turca.
El día después de realizada esa producción fotográfica, en la que se ven niños que manipulan armas y otros llorando sin consuelo, las tropas del régimen de Bashar Al-Assad ingresaron a Idib. “Pudimos salir la noche anterior, a través de un túnel. Nunca estás seguro en un escenario así porque los límites de hasta dónde se puede ir son muy difusos. Fue una cobertura muy difícil y peligrosa, de las más riesgosas en la que estuve”, agregó el reportero gráfico que también cubrió la guerra de Afganistán y la revolución en Libia, entre 2010 y 2011. A comienzos de año ya había ganado el premio World Press Photo, en la categoría Información General, por el retrato de Aída, una mujer de Idib, herida durante un ataque de las tropas leales al gobierno en el que murieron su marido y sus dos hijos. Desde 2003, acumula más de dos decenas de galardones y menciones por sus trabajos.
“Cada cobertura tiene su dificultad, pero también hay riesgos en algunas zonas de América Latina”, agregó Abd, que ha cubierto para AP el terremoto de Haití, las revueltas políticas en ese país en 2004 y las de 2003 en Bolivia y las elecciones presidenciales de 2007 y 2011 en Venezuela. En los últimos años, ha realizado también coberturas en Guatemala y en Perú.
Por el premio, Abd y sus colegas recibirán 10.000 dólares. “Han producido imágenes memorables bajo un riesgo extremo”, destacó el jurado del Pulitzer que se entrega desde 1917.
“Es muy importante a nivel profesional y está muy bien que te reconozcan por lo que hacés”, admite el fotógrafo, que de todos modos coloca ese reconocimiento en el lugar que cree más justo. “Uno nunca trabaja pensando en los premios. Lo hace porque cree en lo que hace y está convencido de eso y de la dedicación que pone en cada foto. Lo que yo busco siempre es que el producto sea lo más noble posible” remarcó. El peso propio que tiene el nombre de semejante premio juega en la mente de un reportero entre la utopía y la incredulidad. “Esta foto no es para un Pulitzer, decimos habitualmente y es porque uno lo ve como algo inalcanzable e ilusorio, al que nunca podrá llegar”. Sin embargo, Rodrigo lo logró.