Marité Berbel dará mañana un concierto en la Casa Rosada para levantar en alto la bandera del canto patagónico. Es la primera vez que un artista neuquino es homenajeado en el salón Blanco.
“La vida a veces te pega cachetazos. Pero también se encarga de darte cariños”, dice Marité Berbel, dueña de un apellido arraigado al terruño neuquino. Es que luego de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) en abril pasado, la cantante e hija del gran poeta Don Marcelo (hombre que pintó el Sur como nadie) mañana se convertirá en la primera artista local en presentarse en el salón Blanco de la Casa Rosada. Con una trayectoria de más de tres décadas levantando la bandera de la música patagónica, Marité ofrecerá su concierto a las 20 que será emitido por la TV Pública, según adelantó.(Ampliar en más información)
La invitación a la emblemática casa donde ya fueron homenajeadas figuras del folklore nacional y del rock, como el Chaqueño Palavecino, Soledad, León Gieco, además de Charly García, Luis Alberto Spinetta, entre otros, cayó de sorpresa cuando la cantautora se encontraba caminando tranquilamente por las calles de la ciudad al recibir un llamado telefónico desde el gobierno nacional. “No sé cómo sacaron el número del celular pero éste homenaje para mí es muy movilizador, porque es impensado que te llamen para cantar en la Casa Rosada”, contó María Teresa Edith, más conocida como Marité.La neuquina que comenzó su carrera en la década del 70 junto con sus hermanos Hugo y Néstor consideró que si bien es un escenario de relevancia, para ella los espacios se “vuelven importantes después de la presentación”. “Podés estar en el Luna Park, pero si el público no se conectó, ese escenario no pasa a ser el más importante de tu vida”, detalló Berbel.
“Sí, es indudable que tiene condimentos especiales. Es la primera vez que un “chato” -término utilizado en el norte de la provincia para identificar a lugareños- de acá va estar en ese salón y recibiendo un homenaje”, agregó.
La “Negra” -como la llaman en su entorno íntimo- nacida en 1957 subrayó que el tributo no es sólo a su figura sino a “una acumulación de cosas que han pasado” desde que su padre comenzó a escribir en segundo grado. “Esto comenzó con Marcelo Berbel, siguió por Los Hermanos Berbel, después por Marité y hoy por Marité y Traful (su hijo). Por eso este premio es tremendo. Todos nos movimos en la misma línea y hoy Traful se ha puesto la camiseta de la música Patagónica y transita el mismo camino”, explicó.
Sopapos y caricias
Marité llegará al salón Blanco acompañada con una formación conformada por Traful (guitarra, bajo, flauta traversa, voces), Nicolás Baeza (teclados y acordeón), Joaquín Gutiérrez (vientos), Marcos Churrarín (guitarra), Luis Díaz (percusión) y Luis Trujillo, trutruca y cencerro.
En cuanto al repertorio que ofrecerá, aún no está definido aunque no faltarán clásicos como “Piñonero”. “Estamos en disyuntiva. Tenemos una hora de concierto y es una tarea difícil escoger las canciones. Lo que no va faltar es la bandera de Neuquén y el ramillete de piñones. La bandera tiene un significado muy especial porque era con la cual mi papá (Marcelo) engalanaba su casa para las fiestas patrias. Me acompaña a todos los escenarios y también estuvo presente cuando canté en la Antártida”, dijo.
En total, la artista realizará unas diez canciones en una presentación que se emitirá a todo el país.
Para la “Negra”, en el cierre de este 2013, ha sido un año raro debido al difícil momento que atravesó al sobrellevar el ACV. “Por un lado, la vida te da un sopapo, y por el otro me da semejante caricia con el homenaje que recibiremos en la Casa Rosada. Por ahí estos premios que llegan suceden porque las pruebas que vas pasando consisten en no bajar nunca los brazos. Estando en mi momento más difícil me preocupaban muchas cosas (familias, nietos y amigos) aunque había una en especial que era si iba a poder seguir cantando”, contó Marité.
Pese a ese impacto que sacudió su vida y la de su entrono, la “Negra” salió airosa y hoy afirma que hasta que su “garganta está mejor”. “Creo que todo esto se debe a ver la vida de otra manera. Estas pruebas te hacen observar las cosas con distinto color. Y puede ser que a mi voz le pase algo que pasó en mi cabeza y corazón por dentro”, evaluó.
En agosto pasado después de ese incidente la cantante volvió al ruedo en el Cine Teatro Español con su espectáculo "De pie". En ese retorno la voz de la neuquina se mostró intacta. Precisamente, Marité contó que cuando comenzó a retomar el cantó "pensó en su padre y hermanos diciendo cómo debía pensar una nota para afinar y cómo tenía que respirar". "La única vez que estuve tres días seguidos acompañada para solucionar los problemas de garganta -en 2007 se estaba quedando sin voz- fue en Cosquín. Luisa Calcumil me sacaba a caminar y hacíamos ejercicios como soplar globos y otras cosas más. Al lado de mi cama Traful me pegó un papel con todas las prácticas que debo hacer con la voz. Pero el papel se está destiñendo", dijo entre risas Marité, quien destacó que su hijo es en esta etapa uno de sus puntales.
