Internet contra la censura en Venezuela - Piedra OnLine

InformaciĆ³n del Mundo

sƔbado, 22 de febrero de 2014

Internet contra la censura en Venezuela

Luis Carlos Dƭaz, activista y periodista venezolano, nos habla sobre la censura mediƔtica en Venezuela - y quƩ hacen los ciudadanos para evadirla.
En las Ćŗltimas dos semanas, las protestas y manifestaciones estudiantiles en diferentes ciudades de Venezuela han hecho que el mundo voltee hacia la regiĆ³n. El gobierno venezolano, encabezado por el presidente NicolĆ”s Maduro, ha tomado la decisiĆ³n de inhibir la cobertura mediĆ”tica de los acontecimientos, obligando a los ciudadanos a buscar otras formas de consumir y producir la informaciĆ³n.

En una entrevista concedida por Skype, el activista y periodista Luis Carlos DĆ­az explica a la gente fuera de Venezuela cuĆ”les son los antecedentes del conflicto, cuĆ”l es la reacciĆ³n hacia los medios y cĆ³mo la gente ha generado redes de informaciĆ³n para sobrellevar la censura. AsĆ­ es el bloque mediĆ”tico en Venezuela (explicado para los no venezolanos).

¿De dĆ³nde viene el conflicto?

Aunque la tensiĆ³n en Venezuela es un fenĆ³meno complejo, Luis Carlos identifica algunas causas principales. Para entender la situaciĆ³n, es necesario ir hasta las elecciones presidenciales en Venezuela, posteriores a la muerte de Hugo ChĆ”vez. En dicha votaciĆ³n, el actual presidente NicolĆ”s Maduro venciĆ³ a su contendiente Henrique Capriles por un margen de 1,48% de los votos, generando una enorme polarizaciĆ³n en el paĆ­s.
La respuesta de Capriles fue acudir a las instituciones para solicitar la anulaciĆ³n de los comicios. El excandidato no llamĆ³ a la oposiciĆ³n a las calles, por lo que Luis Carlos explica que eso acumulĆ³ el malestar de la ciudadanĆ­a a pesar de no presentarse protestas significativas durante 2013.
En 2014, una serie de situaciones ha contribuido al estallido social:
Estos sucesos se acumularon y, aunados a la latente inconformidad social, crearon las condiciones para la protesta. Luis Carlos seƱala que la protesta de TĆ”chira a inicios de febrero fue uno de los detonantes para que los estudiantes salieran a las calles, en reclamo por el encarcelamiento de los manifestantes en Coro (a 598 kilĆ³metros de San CristĆ³bal, la capital de TĆ”chira).
Los opositores Leopoldo LĆ³pez y MarĆ­a Corina Machado aprovecharon la coyuntura para llamar a la gente a las calles, en un movimiento denominado en redes como #lasalida.
Estos sucesos han llevado a semanas intensas de protestas y de enfrentamientos entre ciudadanos y fuerzas armadas, asĆ­ como la denuncia de cuerpos paramilitares. La tensiĆ³n tocĆ³ uno de sus puntos Ć”lgidos con la marcha del 12 de febrero -en redes, el #12F-, con la muerte de tres manifestantes.

La cortina mediƔtica

"El flujo de informaciĆ³n es controlado por el Estado", indica Luis Carlos. El activista relata que la ComisiĆ³n Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) se puso en contacto con las emisoras de radio y televisiĆ³n y les hizo una prohibiciĆ³n tĆ”cita para cubrir las protestas. Si bien la amenaza no fue directa, "[Conatel] les advirtiĆ³ [a los medios] que les podĆ­a caer la ley, que habrĆ­a consecuencias".
(cc) Kira Kariakin / Flickr
De este modo, los medios venezolanos han optado por la autocensura. Luis Carlos comenta que, en el caso de la radio, han tomado la postura de que "las cosas no ocurren": estaciones de radio que Ćŗnicamente transmiten mĆŗsica, desentendiĆ©ndose de la labor informativa. En caso de que un medio elija hacer un seguimiento noticioso, lo manda a los espacios de la noche, a menciones de dos o tres minutos.
Si un suceso importante tuvo lugar a las 2 de la tarde -indica Luis Carlos- no se reporta en vivo, sino varias horas despuƩs.
En el caso de la televisiĆ³n, los canales locales tambiĆ©n han optado por dar preferencia a los contenidos de entretenimiento. El resultado es que sĆ³lo CNN y el canal colombiano NTN24 hicieron una cobertura plena de los disturbios. Sobre NTN24, el gobierno venezolano tomĆ³ la medida de retirar la seƱal de los proveedores de televisiĆ³n restringida por cable o vĆ­a satelital,orillĆ”ndolo a transmitir mediante YouTube.
Sobre la prensa escrita, el gran problema es el abastecimiento del papel. Al 11 de febrero, seis diarios habĆ­an salido de circulaciĆ³n por falta de papel para imprimir. Esto ha repercutido tambiĆ©n en el nĆŗmero de hojas de los diarios - y por ende, en los espacios para cobertura.

Internet y las protestas en Venezuela

El cerco mediĆ”tico ha hecho que los ciudadanos de Venezuela recurran a la red para mantenerse informados, pero ni siquiera ahĆ­ estĆ”n libres de censura. De acuerdo con Luis Carlos, se estima que 44% de los venezolanos tiene acceso a Internet (para 2011, la cifra era de 40%); esto es, mĆ”s de 12 millones de personas.
Se calcula que 10,5 millones de venezolanos son usuarios de Facebook y hay entre 3 y 4 millones de cuentas de Twitter en el paĆ­s -no necesariamente todas activas-. AsĆ­ mismo, para mayo de 2013, se estimaba que mĆ”s de una cuarta parte de la poblaciĆ³n del paĆ­s se conectaba a Internet a travĆ©s de un telĆ©fono mĆ³vil.
En la naciĆ³n, el principal proveedor de Internet (ISP) es la CompaƱƭa AnĆ³nima Nacional TelĆ©fonos de Venezuela (CANTV), que representa 87% de las conexiones del paĆ­s. Esto es especialmente riesgoso porque, de acuerdo con Luis Carlos, el gobierno venezolano tiene varios antecedentes de censura en la red, entre los cuales destacan:
El Ćŗltimo suceso de censura ocurriĆ³ la semana pasada, cuando los usuarios de CANTV seƱalaron que no podĆ­an acceder a las imĆ”genes de Twitter(donde los ciudadanos han subido contenidos para hacer cobertura de las protestas).
El vocero de Twitter, Nu Wexler, seƱalĆ³ que la empresa no era responsable del bloqueo; en respuesta, el gobierno de Venezuela acusa que los responsables son "grupos desestabilizadores" ajenos a ellos.

InformaciĆ³n responsable y sin intermediarios

Luis Carlos define al proceso de informaciĆ³n entre ciudadanos como algo "artesanal". Las denuncias ciudadanas llegan a travĆ©s de las redes sociales, pero ellos esperan a contrastar la informaciĆ³n antes de darla por hecho. "TodavĆ­a hay periodistas en las calles", afirma Luis Carlos; son ellos quienes dan validez a los reportes hechos por la gente.
TambiĆ©n algunas cuentas oficiales ayudan. El activista narra que en las protestas de Chacao, varios reportes se respaldaron con la informaciĆ³n dada por el alcalde a travĆ©s de su Twitter.
En ese sentido, la reputaciĆ³n es crucial. "Trabajamos con cĆ­rculos basados en confianza", seƱala Luis Carlos. Comenta que es difĆ­cil dar por hecho algo si sĆ³lo se cuenta con una fotografĆ­a; surgen dudas sobre su fiabilidad o su procedencia.
Otro problema que han enfrentado son los trolls: gente que por diversiĆ³n, ignorancia o saƱa sube imĆ”genes que no corresponden con la realidad: desde la icĆ³nica foto de la plaza de Tian'anmen hasta muertos en Egipto o Palestina. Estas imĆ”genes, aparentemente inofensivas, le han dado al gobierno de Venezuela un argumento para desacreditar todas las fotografĆ­as que aparecen en redes sociales - incluso aquellas que sĆ­ corresponden con las protestas.
TambiĆ©n hay quienes contribuyen tragĆ”ndose los engaƱos. La actrizAmanda GutiĆ©rrez publicĆ³ en Twitter la imagen de un supuesto manifestante siendo vĆ­ctima de abuso sexual. La foto era falsa, sacada de un filme porno. Ese incidente ha sido usado como pretexto para denunciar una supuesta campaƱa orquestada contra el gobierno de Maduro.
"Estamos en una fase de aprendizaje rĆ”pido", seƱala Luis Carlos. Los ciudadanos de Venezuela estĆ”n en un momento en el que deben entender quĆ© mensajes consumir y difundir para no caer en desinformaciĆ³n, so riesgo de dar argumentos de represiĆ³n y censura.

Haz que te vean (y te oigan)

Suena paradĆ³jico, pero para la protesta, la visibilidad es el mejor escudo. "El riesgo mayor es que la gente no teja redes: puedes publicar mucho, pero si estĆ”s solo, te pueden pasar cosas", advierte Luis Carlos. Para Ć©l, la mejor manera de evitar abusos de la autoridad ("no estamos al nivel de IrĆ”n o China... aĆŗn", apunta) es usar tu nombre. De esa forma, eres protegido por tu propia comunidad y al gobierno "le cuesta mĆ”s trabajo [reprimirte]".
En este contexto, han aparecido herramientas que ayudan a la poblaciĆ³n a librar el cerco. Por ejemplo, para comunicarse, muchas personas estĆ”n descargando la aplicaciĆ³n Zello, que permite intercambiar mensajes de voz a travĆ©s de canales privados -a manera de un walkie-talkie-. Son usados por los miembros de las protestas estudiantiles para coordinarse o para acceder a informaciĆ³n como la paridad de cambio con el dĆ³lar.
FotoAhora es otra aplicaciĆ³n mĆ³vil que busca legitimar la informaciĆ³n. Este programa de reciente apariciĆ³n permite que los usuarios compartan imĆ”genes en Twitter con la fecha y el lugar registrados al momento de la toma. De este modo, se combate que se suban fotografĆ­as viejas, de otro contexto, montajes o trucadas.
AdemĆ”s de las redes sociales como Twitter, Facebook y YouTube, otra plataforma que ha sido utilizada -tanto por protestantes como por simpatizantes de Maduro- es Taringa! El servicio seƱala que su post mĆ”s visitado al dĆ­a es uno titulado “Esto sucede en Venezuela y nos censuran”.

Solidaridad internacional

"Sobre Venezuela, las pasiones existen tambiĆ©n afuera", apunta Luis Carlos, al indicar que el conflicto en su paĆ­s es algo que trasciende sus fronteras. Es cierto: es un discurso ideolĆ³gico en el que prĆ”cticamente cualquier habitante de AmĆ©rica Latina tiene una opiniĆ³n. Pero para el activista, el tema va mĆ”s allĆ”: es una cuestiĆ³n de derechos humanos.
"Se trata de demostrar que hay ciudadanos que no sĆ³lo no se sienten representados, sino violentados porque [el gobierno] ocupa e impone un modelo que no respeta tus derechos, no porque seas de izquierda o de derecha".
© joellawho / Flickr
Para Luis Carlos, los miembros de la comunidad internacional -tĆŗ, yo, cualquiera- debemos servir como articuladores y bisagras para quienes estĆ”n interesados en el tema. Solidaridad es el tĆ©rmino clave; solidaridad ante el bloqueo y la censura, ante las violaciones de derechos humanos. Nuestra labor -continĆŗa el activista- es brindar informaciĆ³n y contexto: formarse, leer y solidarizarse.
"Diez fotografĆ­as falsas no tumban miles de fotos [reales] de gente armada, abusos y detenciones", concluye. Tiene razĆ³n: estĆ” en nuestra responsabilidad (dentro o fuera de Venezuela) que todas las voces sean escuchadas. Porque cualquier ataque la libertad de expresiĆ³n -provenga del gobierno que sea- es un ataque a todos. Internet contra la censura en Venezuela: no sĆ³lo desde dentro, sino desde todas partes.
Gracias a Luis Carlos DĆ­az por su tiempo para la elaboraciĆ³n de este artĆ­culo y aCony Sturm por su apoyo en la investigaciĆ³n. Pueden seguir a Luis Carlos a travĆ©s de Twitter (@luiscarlos) y mirar su #HangoutPolĆ­tico para seguir el tema de Venezuela a travĆ©s de la red.