Recordando reflexiones de mi amigo Jorge Huergo ...por Beltran.- - Piedra OnLine

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viernes, 18 de abril de 2014

Recordando reflexiones de mi amigo Jorge Huergo ...por Beltran.-

"Lo que voy a narrar ocurrió un verano, allá por 1980, en Chiquilihuín, una comunidad mapuche donde viví algún tiempo. Había una gran sequía y comenzó el Nguillatún con ese deseo colectivo de que lloviera. Se hacían los ruegos, se rezaban los tahieles familiares , se gritaban los “Aú!” alrededor del rehue, pero nada . Don Segundo Quilaleo, el jefe de la rogativa, iba y venía cavilando una idea que se iba haciendo obsesiva. De repente, como en secreto, toda la comunidad lo sabía: Don Segundo se iba a poner el poncho de Castilla, negro, pesado, grueso, abrigadísimo para esa tarde veraniega de sol espeso; un poncho que algunos mapuches y paisanos usan cuando llueve, por tratarse de un abrigo impermeable que cubre las piernas cuando se está de a caballo, como si fuera una carpa.

Don Segundo apareció desde el oeste, donde era su ruca , de a pie nomás, con el poncho puesto. Dio unas vueltas buscando algún pocito de agua en ese mallín alto al lado del cual se hacía la rogativa. Cuando lo encontró, sólo rodeado por algunos vecinos y por algún entrometido ignorante como yo, Don Segundo se agachó, sumergió sus manos y comenzó una oración en mapuche, mirando alternadamente el agua y el cielo, bajando y sumergiendo sus manos, levantándolas y abriendo sus brazos, mojando su poncho. Estuvo así un rato. “Está pidiendo a El Chen Chao El Che Ñuqué que traiga la lluvia”, dijo un vecino viejo, Don Juan, que era peumá y mi gran amigo, y una especie de intérprete para mí. Hacía muchísimos años que nadie hacía ese rito. Todos, y sobre todo Don Segundo, estaban inseguros, un poco incrédulos, como si hubiesen metido las manos y profanaran la memoria sin ningún permiso. 
No pasaron dos horas, que el cielo se fue encapotando y comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia.
No me impactó tanto que lloviera –yo estaba seguro que llovería; no lo dudaba. Me impactó un hecho sólo llamativo para un huinca medio intelectual como yo: que se pusiera el poncho de Castilla como si lloviera; como incorporando (a pesar suyo) la certeza de que iba a llover; como haciendo cuerpo un preanuncio donde incluso la mayor esperanza parecía dudosa para todos. 
Esto me vino a la memoria al querer explicar lo que siento con el proceso de cambio que vivimos en nuestro país. ¿Quiénes se animaron a ponerse el poncho de Castilla durante “la seca” neoliberal que prolongó a la Dictadura? ¿Quiénes lo in-corporaron, aún cuando la esperanza parecía asediada e imposible? Yo lo miraba a Don Segundo y no tenía dudas, como un progresista suele mirar los procesos históricos: desde fuera. Pero él (y ellos y ellas) hasta último momento estuvieron incrédulos. Todos, de algún modo, sabían que estaban tocando algo sagrado: la memoria de hechos que desde antaño no ocurrían, de ritos que sus ancestros realizaban pero que sólo eran objeto de relatos memorables (como podría ser el 17 de octubre, la vuelta de Perón, las movilizaciones de los 70 o las primeras vueltas de las Madres en la Dictadura).
Creo que es hora de empezar a hacer esa historia reciente en la que muchas organizaciones y espacios comunitarios y populares no privilegiaron tanto las seguridades del discurso neoliberal (que venían de la mano de la cooperación internacional y del lenguaje de “ciudadanía”) sino que pusieron el cuerpo en la construcción de aquello que interpelaba, que impelía desde la memoria. Una sociedad donde volviera a crecer el sueño de la justicia social, la libertad, la dignidad, la palabra. Esas organizaciones y espacios que se animaron a ponerse el poncho preanunciando (vuelvo a decir: desde el cuerpo) la lluvia, y también los brotes, las floraciones, los frutos que la lluvia trae consigo... Vivimos un tiempo de construcción y de búsquedas... Un tiempo para hacer oír las voces de las distintas identidades en el espacio público, de modo de seguir restituyendo al sujeto político. Vivimos un tiempo para no perder el tiempo." Nuevos horizontes de la comunicación/educación comunitaria y popular -Jorge Huergo - febrero 2012